Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: Si en cuanto a la comida, aunque en la carta de vinos (ya muy reducida) había al menos dos ausencias.
Puntuación EMT: 67 sobre 80
Puntuación EMT: 67 sobre 80
3. Emplatado y decoración: 8
4. Raciones generosas: 8
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 10
8. Equilibrio: 9
9. Vajilla y cristalería: 8
10. Relación calidad-precio: 8
La Cena: Nos vamos al distrito de Ciutat Vella, al barrio de La Seu, a encontrarnos con un local con cocina de fusión: oriental y mediterránea, mezcla de sabores y buenos productos.
Entramos en un local diáfano, funcional y bien iluminado y dado que está vacío (sólo nos acompañarán otros comensales en esta noche de miércoles) nos dejan que elijamos la mesa que más nos guste. Elegimos una bien iluminada para facilitar la toma de fotografías de nuestros platos y nos disponemos a leer las cartas. Mientras lo hacemos degustamos unos chips de patatas caseros.
De la carta de vinos, dos de los que elegimos, Balaguer y Aastic no los tienen por fallos en la distribución pero tras preguntar por los que no estan en la carta, nos informan de uno que nos interesa. A por él. Es un tinto de la D.O. Utiel Requena, un vino experimental de nombre Sentencia, con una producción muy limitada (1200 botellas, de la que nos toca la 766) nos enamora el nombre, sobre todo a quesoy y nos gusta la etiqueta, aunque con información escueta.
Sabemos que los buenos vinos experimentales (en nuestro caso ha sido realizado por un farmacéutico) hay que probarlos, disfrutarlos y aprender de ellos: barricas nuevas, mucho trabajo, todo por hacer. No nos equivocamos. El color es intenso, de un amoratado muy vistoso, aromas peculiares y un sabor delicioso, bien integrado, amable, elegante y sin filtrar. Nos encanta.
Sabemos que los buenos vinos experimentales (en nuestro caso ha sido realizado por un farmacéutico) hay que probarlos, disfrutarlos y aprender de ellos: barricas nuevas, mucho trabajo, todo por hacer. No nos equivocamos. El color es intenso, de un amoratado muy vistoso, aromas peculiares y un sabor delicioso, bien integrado, amable, elegante y sin filtrar. Nos encanta.
Buena cena, muy indicada para los amantes de las especias, de lo diferente y de las sorpresas.
La comanda: Ante la ausencia de un menú de degustación (existe, pero sólo a mediodia), nos decidimos por unos entrantes y un plato fuerte (todos los platos están diseñados para compartir). Cuando estabamos decidiendo un tercer entrante, nos indican que estamos pidiendo mucho (no sabemos la amplitud de los platos) y decidimos dejar en dos el número de los entrantes. Con todos estos cálculos nos decidimos por:
Tataki de atún sobre unas algas con wasabi y jengibre: ricas lonchas de atún, tierno y sabroso, sobre unas algas con tremendo sabor que junto al wasabi hacen un bocado impresionante. Nos gusta mucho.
Mini hamburguesas de pollo y gambas (bien especiadas y con un recuerdo de leche de coco y a aceite de sésamo) con algas, curry, kefir y un pan hojaldrado. Entrante bien integrado de sabores. Muy recomendable para quien les guste las especias.
Como plato fuerte nos decidimos por unas carrilleras con puré de chirivías. La carne tierna y jugosa, inmersas en una salsa que no detectamos el sabor de todas las especias dado que es un conjunto de ellas: hinojo, anís estrellado, canela, pimienta Sichuan y jengibre que conjuntas dan un toque anisado. Por encima, un puñado de sésamo. Delicioso.
El puré de chirivías es cremoso, sabroso y conjuga a la perfección con la carne. El plato nos encanta: especias, carne jugosa y tierna, puré cremoso y gustoso. Un deleite. Quesoy intentando averiguar las especias de la salsa (detecta el sabor de la canela...) termina a cucharadas toda la salsa.
Como postre nos decidimos por un Cous cous duce crujiente con crema de café y chocolate: sorprendente cous cous dulce, muy crujiente que junto a la crema de café y lo rotundo del chocolate montan un postre de impresión. Nos lo devoramos.
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