EL JUEVES 28 DE ENERO DE 2010: DÉCIMA CENA DE GRUPO EL MIERCOLESTOCA



 
Esta vez nuestra cena de grupo se desplaza a Pinedo a encontrarnos con un restaurante que se esfuerza por mantener una buena y amplia oferta de la gastronomía valenciana: Creu de la Conca (c/ Mosén Cuenca nº 38). Vamos a degustar una cena con productos y platos valencianos y la bodega Salvador Poveda de Alicante vendrá a maridar nuestra cena, aportando, para nuestro disfrute, su afamado Fondillón *

* En la décima cena de elmiercolestoca pudimos disfrutar dos elaboraciones de este maravilloso vino, destacando el Gran Reserva de Fondillón “Sacristía” de Salvador Poveda (Selección de las mejores añadas del siglo XX) que nos fué ofrecido al final de la cena por cortesía de la bodega.

Esta cena, como siempre, tendrá lugar el último jueves del mes, que será el 28 de enero de 2010.


Fondillon Gran Reserva 1987 - Fondillon de AlicanteEsgarraet: pimiento asado con migas de bacalao, olivas del cuquillo y aceite de oliva.
    
      Titaina:  Pisto de tomate con piñones, pimiento verde, tollina (atún de salazón).

      Mandonguilles:  Albondigas de bacalao caseras.

 
Primer plato principal
Arroz meloso de carranc (cangrejo)

Segundo plato principal

      Suquet de Rap:  Guiso de rape con patatas

Postre

      Flan de naranja:  uno de los postres mas clásicos nuestros que se creo en la Genuina hace 20 años.

Incluidos el pan, agua y café en el precio de la misma, así como el vino que maride dicha cena.




Información sobre plazas y disponibilidad: karoleta@elmiercolestoca.com y quesoy@elmiercolestoca.com

Formalización de la reserva hasta el 26 de Enero de 2010: Caixa Popular en la cuenta 3159 0018 14 2155226612.
Confirmación de la reserva: Escribe a karoleta@elmiercolestoca.com y te contestaremos si hemos recibido correctamente el ingreso.
Recuerda que el precio es de 30€ por plaza

Empezamos bien el año ¿si?...¿te la vas a perder? mmmmm No dejes que te la cuenten.

27 de enero de 2010. D trufa y cuchara

Estamos en el distrito de L'Eixample, en el barrio del Pla del Remei y vamos a buscar un local que nos recomendó Marisa (gracias Marisa), y que Quesoy se adelanta por la mano y se lo arrebata a Karoleta, práctica esta muy habitual en la búsqueda de locales nuevos donde cenar los miércoles.
Entramos a un local solitario, también algo muy habitual en las cenas de los miércoles, muy blanco, con una luz ténue y mesas con buena distancia entre unas y otros. Nos ubican en una de las mesas, la que han preparado para nuestra cena y nos traen las cartas para que vayamos eligiendo. Nos avisan desde el principio que hay entradas de vinos de los que no disponen.
Vemos que los precios de los vinos están muy pero que muy ajustados y hay algunos de nuestros amores: Santa Rosa, Malleolus, Mauro...Nos decidimos por Malleolus que nos dicen que no les queda. Pues Mauro entonces, pero al mirarlo en la cava viene disgustado porque tampoco les queda, y para que no sigamos buscando nos trae, por si nos apetece, un Ribera del Duero del 2005: Alión, un vino cremoso, goloso, redondo, lleno de aromas sutiles y unos taninos potentes pero que están deliciosamente ensamblados de tal manera que se perciben dulces, nada astringentes ni ásperos. Simplemente impresionante. Nos enamora. Lo invitamos a nuestra mesa. Sabemos que va a ser un muy buen acompañante de nuestra cena, para bajar un poco su temperatura nos facilitan junto a la mesa una generosa champañera para ir consiguiendo la temperatura de consumo.
Como platos entrantes nos decidimos por un foie casero (Quesoy tenía ganas de tomar un buen foie después del fiasco en el local de  hace dos miercoles) y nos viene un plato con un fantástico foie regado con una bonita sal en láminas en un color rosado, con unas tostas de pan y una deliciosa confitura de violetas. Bueno, buenísimo. También pedimos unas vieiras sobre un lecho de salsa de tomate, perejil, reducción de vino dulce y pimentón de la Vera. Mmmmmm ¡pero qué buenas!. Rebañamos el plato. Como último entrante aceptamos la recomendación de unos huevos encapotados: sobre unas lonchas de jamón ibérico y una suave bechamel con pollo, descansan unos huevos escalfados. Y todo ello cubierto con pan rallado y frito. Ciertamente plato acertado, sin asomo de grasa en el rebozado, con la sorpresa de la yema liquida y la suave bechamel...¡delicioso!
Como plato fuerte nos inclinamos por un rabo de toro: tremenda ración de rabo de toro con hueso y patatitas fritas en cuadritos. En el plato hay un pequeño hueco lleno de una salsa dulzona que le da un contrapunto excelente al estofado de rabo de toro. Realmente bueno.
Como postre nos decidimos por unos higos al merlot. Nos avisan que no disponen del helado de canela que es el que acompaña a estos higos. Esta vez vienen con un buen helado de chocolate. Lástima que para los higos, suaves y delicados, este helado sea excesivamente fuerte. Lo tomamos por separado: primero los higos, muy suaves, y luego el helado, más contundente. Al finalizar la cena comentamos esto: un helado de vainilla le hubiera ido fenomenal, seguro que el de canela, su verdadero compañero, sería un acompañante fantástico. O aderezar los higos con algún licor más potente (ron, coñac...) para maridarlos con chocolate.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto que viene bien elaborado y Karoleta con un chupito de Jack Daniel's.

1. Ingredientes reconocibles: 9
2. Saludable: 7
3. Emplatado y decoración: 9
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 8
9. Vajilla y cristalería: 9
10. Relación calidad-precio: 9
Total puntos: 69 sobre 80
Precio medio alto (sin contar el vino)

En Valencia, c/ Grabador Esteve nº 7   Tel 963 346 420

20 de enero de 2010. Monte Orandi

Esta noche nos vamos al distrito de La Saidia, al barrio de Santo Antoni a encontrarnos con un local recomendado por un seguidor de nuestra blog y buen amigo: gracias Santi.
Pese a que el local es grande, el
que esten las mesas en distintos ambientes a distintas alturas, hace que no se perciba lo grande del comedor.
La mesa que nos han resevado (sólo vemos otra mesa ocupada) está al lado de la fantástica cava acristalada. Las mesas son amplias y muy bien vestidas.
Nos traen las cartas  y nos dejan con la lectura no sin antes dejarnos un cestillo con panes variados y grisines.
Los vinos, pese a ser muchos, son bastante clásicos pero encontramos vinos de otros paises, pocos pero ahí están. Dado que la cena va a ser potente, nos decidimos por un vino tinto argentino, un malbec: Bodega Lurton, Malbec reserva del 2003. Potente y goloso tinto, que viene a buena temperatura aunque Quesoy le hubiera gustado más fresco. Pedimos que nos lo decanten para que se abra y podamos disfrutar de todos sus matices.
Para comenzar nos traen un detalle: una vichysoisse muy suave que nos prepara las papilas para disfrutar de una buena cena.
Como platos entrantes nos inclinamos por un revuelto con setas y foie: una corona genenrosa de virutas de foie que hace del revuelto un plato de foie por su intenso sabor. Nos encanta. Otro entrante es una coca de langostinos con queso: una lámina de excelente hojaldre, con una capa de delicioso pisto y unos hermosos langostinos con un queso gratinado por encima. Sin dudarlo: nos enamora y se convierte en el plato estrella.
Para limpiar nuestra boca de los entrantes y disfrutar de la carne en todo su explendor nos traen un sorbete de manzana: una bolita de sorbete helado de manzana con unas virutas de peta-zetas. Buen detalle.
Como plato fuerte pedimos un entrecot a la piedra: excelente carne laminada para asarla en unas piedras individuales que nos ponen a nuestro lado acompañado de verduras variadas. La carne es muy tierna, de sabor delicioso. Buena calidad, sin duda.
Como postre pedimos el que más chocolate lleva: una mouse de castaña cubierta de chocolate templado con frutas varias. La mouse es muy suave, muy agradable y el chocolate le proporciona un buen contraste.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto que viene en una taza y plato realmente bonitos.

1. Ingredientes reconocibles: 10
2. Saludable: 8
3. Emplatado y decoración: 8
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 9
9. Vajilla y cristalería: 9
10. Relación calidad-precio: 9
Total puntos: 71 sobre 80
Precio medio alto (sin contar el vino)

En Valencia c/ Luz Casanova, nº 5.  Tel 963 658 763

13 de enero del 2010. Marina Alta 5

Esta noche nos vamos a buscar un local recomendación de Lidia. Muchas gracias. Nos vamos al distrito de Campanar, al barrio de Sant Pau a encontrarnos con Marina Alta 5. Al entrar vemos un local amplio, con varios espacios: uno más informal, un bar, otro que es un mostrador-tienda donde comprar un amplio surtido de charcutería y vinos,  y  al fondo, otro a modo de restaurante, donde se van situando a un lado o a otro, pero sin divisorias, a los comensales en función de que sean fumadores y no fumadores. Escogemos una mesa de buen tamaño y buena luz para facilitarnos las fotos de los platos.
Nos traen las cartas y comenzamos a elegir qué platos van a componer nuestra cena de hoy. Karoleta lee salazones y ya no puede quitar los ojos de ¡¡¡salazones!!! (lee que son huevas de merluza y de atún....¡Bien!).
Tenemos claro que la bebida, el vino o cava, va a ser de la Bodega Hispano-Suiza dado que Lidia, su relaciones públicas, ha sido quien nos ha recomendado este local y Quesoy, que conoce personalmente tanto la bodega como sus vinos, no tiene dudas en la elección del cava de Requena, Tamtum Ergo, realizado con el mimo y la composición de un champagne tan afamado como el Dom Perignon, con pequeña burbuja, equilibrado, pero sin demasiada acidez pese a estar elaborado con Pinot Noir. Rico cava. Hacemos corto a lo largo de la cena.
Y tenemos claro que como entrantes van a ser: unas anchoas del cantábrico (dos anchoas de buen tamaño, no excesivamente desaladas, bien desbarbadas y aunque llevan bastante tiempo en aceite, nos gustan), un plato (muy hermoso y bien decorado) de jamón de Trévelez, cortado a máquina y algo de queso (buen jamón gustoso y tierno, con unas cuñas que nos parecen de queso semi-curado, aunque habíamos pedido queso curado), todo esto acompañado siempre de pan tostado con un tarrito con tomate rallado y aceite. Un bloc de hígado de oca trufada: el plato de la discordia.
Quesoy esperaba y deseaba un bloc de foie casero, por el alto precio que tiene en carta. Sin embargo la ración que nos sirven tiene la textura de un paté, con la trufa inyectada con alginatos y con un polvo de pimienta negra incrustado por todo el foie que por su potencia no permite siquiera distinguir el de oca, del hígado de pato. Por todo esto preguntamos como lo habían confeccionado y con gran sorpresa, nos encontramos con una lata de conserva, de la cual habían extraido nuestro foie. Pese a que nos pusieron una lata entera, y en la lata ponía lo que habíamos pedido, la sensación no fue la deseada y la falta de información que tuvimos sobre el plato, sinceramente lamentable.
En este momento de la cena nos traen lo que queríamos de segundo plato fuerte y nos lo sirven pese a que faltan los salazones. Tras indicar que en la comanda lo hemos pedido para despues de los salazones, nos lo retiran y en su lugar nos traen un suculento  plato de huevas de merluza y de atún que hace las delicias de Karoleta. Pedimos más pan porque el salazón pide algo más para mitigar su imponente sabor.
Como segundo plato principal, habiamos pedido criolla gallega sobre habas (una especie de longaniza muy especiada), pero era la segunda vez que aterrizaba en nuestra mesa y esta vez recalentado e incluso se había tostado en exceso la criolla. Comentamos el suceso y nos lo retiran (tampoco nos lo cobran). Lo que comenzó siendo un mal detalle, tras enmendarlo, se convierte en un buen detalle. No pedimos nada en su lugar porque ya el apetito nos ha abandonado hace rato.
Nos vamos a los postres: muchos helados industriales y pocos caseros (muchos de ellos no los tienen, falta el postre de fresa, el de platano y tambien el de chocolate), así que entre la piña natural y un pudding casero, nos decantamos por este último.

Quesoy remata la cena con su consabido ristreto, que debe explicar y que viene con un intenso y agradable sabor.

1. Ingredientes reconocibles: 10
2. Saludable: 7
3. Emplatado y decoración: 5
4. Raciones generosas: 8
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 8
8. Equilibrio: 6
9. Vajilla y cristalería: 6
10. Relación calidad-precio: 6
Total puntos: 56 sobre 80
Precio medio (sin contar el cava)

En Valencia c/ Marina Alta nº 5   Tel 963 489 702

6 de enero del 2010. Restaurante Shish- Mahal


Esta noche de reyes, nos vamos al distrito de Algirós, al barrio de La Vega Baixa a encontrarnos con un clásico de la cocina oriental en Valencia: El restaurante indo-pakistaní Shish - Mahal.

Entramos a un local bastante grande y con bastantes mesas ocupadas, con un ambiente que huele a incienso y con luces suaves (aunque Quesoy lo recordaba con menos luz). Nos ubican en una mesa del fondo, que es la zona de no fumadores, nos traen las cartas y nos dejan leyendo.
La carta de vinos, como siempre en estos locales, es corta y llena de vinos clásicos, con algún apunte de vinos valencianos más novedosos. Nos llama la atención un vino tinto del Penedés, Vallformosa, una zona no habitual de vinos tintos, y como nos sentimos intrépidos nos inclinamos por este: Cabernet Sauvignon del 2002, un tinto recio, algo impresentable, rotundo y que pedimos que nos lo decanten. Como no tienen decantador, pedimos que nos lo aboquen a una jarra para que se oxigene y trajine y pierda algo de su altivez. Lo conseguimos a medias, menos mal que la comida es tremendamente especiada y picante, eso lo mantendrá a raya.

Como aperitivo, detalle de la casa, viene una torta tandori (una lámina crujiente con muchos cominos) acompañada de una selección de salsas: una de yogur de un color verde intenso, otra dulzona con trocitos de plátano y la picante, aunque más que picante, que lo está, la notamos salada.
Para comer pedimos de entrantes unas samosas de carne: de buen tamaño y muy llenas de carne (aunque echamos de menos el picante. La cocina está muy occidentalizada, sin picantes, si con especias pero ninguna de las picantes), unas Pakoras (verduras rebozadas con harina de garbanzos, especiadas y hechas unas 'pelotillas'. Estaban francamente buenas pese a lo pesado de la harina de garbanzos).
Como plato principal pedimos un lamb Karahi (un cordero estilo Karahi que pedimos nos lo pongan picante, picante medio alto. Y siiiiiiiiiiiii por fin picante. Delicioso y tierno cordero, eso si, escaso, pero con una rica salsa picante) que acompañamos con un arroz especial (especiado) y una chees nan (una torta hinchada rellena de queso). Nos dejamos bastante arroz pero nos devoramos el cordero.
Llegamos al postre desentrenados por el parón 'miercolero' pero nos pedimos un requesón  y leche con cardamomo y azúcar: nos recuerda a un arroz con leche pero lleno de los grumos que deja el requesón.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto que debe explicar.

1. Ingredientes reconocibles: 6
2. Saludable: 7
3. Emplatado y decoración: 5
4. Raciones generosas: 8
5. Cocina regional: si
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 7
9. Vajilla y cristalería: 6
10. Relación calidad-precio: 8
Total puntos: 56 sobre 80
Precio bajo (sin contar el vino)

Buen local para cenas de grupos y amantes de la comida oriental y picante (aunque hay que pedir que los platos sean picantes, si no vienen 'occidentalizados').

En Valencia c/ Poeta Artola nº 13   Tel 963 698 203