19 de noviembre de 2014. Come & Calla c/ Poeta Antonino Chocomeli, 1 Tf 962056517

Especialidad del local: tapas de siempre renovadas
Ambiente: informal, acogedor
Plato que no te puedes perder: corazones de alcachofa con cecina de León (siempre que sean temporada de alcachofas, claro)
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: no tenían el cava Privat pero nada mal el que si tenían
  
1 Ingredientes reconocibles: 8
2 Saludable: 9
3 Emplatado y Decoración: 8
4 raciones generosas: 9
5 Cocina regional: No
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 9
8 Equilibrio: 9
9 Vajilla y cristalería: 8
10 Relación calidad-precio: 9
Puntuación EMT 69 sobre 80
Puntuación PIG 4



Estamos en el distrito de Campanar, en el barrio de Campanar y venimos a cenar al nuevo local de Alejandro Platero y Raquel. En este local vamos a encontrarnos con las tapas de siempre pero actualizadas en las manos de Alejandro. 
En este local, a los fogones está Alejandro (otro Alejandro) y en sala Carlos (quien nos atenderá durante toda la noche y resolverá nuestras dudas sobre los platos). Nos recibe este último y nos deja que elijamos mesa (hay una mesa ocupada y durante nuestra cena se llenaran otras tantas, cosa que nos gusta). Nos trae las cartas y nos deja con ellas.

Es una carta fácil: entrantes fríos, calientes, pepitos, pataquetas y otras posibilidades, una carta de vinos corta pero bien elegida, unos postres y buenos precios.
De la cocina sale Raquel. Esta noche estamos de poco incógnito. Como siempre encantadora es quien nos da la mala noticia que aún no han recibido el cava Privat. Bueno, lo sustituimos por un Cinta Púrpura de Juve Camps: imperioso, con buena persistencia. Pero vayamos al principio.
Nos traen unos chips de plátano macho y yuca junto a unas cervezas artesanas Turia, tenemos mucha sed que va a ser complicado cubrir con una botella de cava. Además el primer plato que viene son los deliciosos corazones de alcachofas con cecina de León. Impresionantes, tiernas, sabrosas. La cecina ahumada, gustosa. Un plato de diez. Las alcachofas se llevan muy mal con los vinos, los cavas así que las hemos tomado con la cerveza. Ha sido una batalla bastante equilibrada.
Buñuelos quemados de bacalao. Delicados, jugosos. Me encantan estos buñuelos.
Croquetas de ropavieja: como en casa, bien jugosas, con un crujiente rebozado. Muy buenas.
Gambones crujientes con mahonesa de chipotle. Le pedimos más picante pero siguen teniendo sus reservas con el picante. Lo entiendo. A quien no le gusta el picante este le puede fastidiar este plato. Mi tolerancia al picante, como la de Quesoy, es bastante buena y lo hemos echado de menos.
Pepito de pisto con tonyina: el pepito de toda la vida. El tomate con cero acidez (cosa que agradezco) pero con algo de falta de sazón. Quesoy echa de menos el huevo duro y los piñones. ¡Qué vuelta a la juventud!
Pepito de sobrasada con queso curado y miel. Bien resuelto pero sería bueno que la sobrasada fuera algo más contundente (con más pimentón) para que su presencia fuera la principal y no quedara desdibujada por el queso y la miel. De todas formas es un pepito rico rico.
Como postre nos pedimos unos quesos artesanos: un picón (sabroso), un gorgonzola (suave y tremendamente cremoso) y un queso de Lleida (potente y rico) que nos hacen quedar ahítos de esta cena.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto mientras yo tomo un four roses con hielo. Al finalizar la cena, Alejandro sale a sala a hablar con los comensales. Le comentamos los peros que hemos encontrado y lo delicioso de los platos. Amena conversación con quien maneja la cocina.

5 de noviembre de 2014. Restaurante Coloniales Huerta c/ Maestro Gozalbo,13 Tel 963 348 009

Especialidad del local: cocina de mercado
Ambiente: informal, acogedor
Plato que no te puedes perder: Langostinos rebozados en kalinda y salsa chipotle
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: era un menú cerrado (cena-maridaje)
  
1 Ingredientes reconocibles: 8
2 Saludable: 9
3 Emplatado y Decoración: 8
4 raciones generosas: 9
5 Cocina regional: No
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 9
8 Equilibrio: 9
9 Vajilla y cristalería: 8
10 Relación calidad-precio: 9
Puntuación EMT 69 sobre 80
Puntuación PIG 4

En este local ya hemos estado. Estuvimos el 14 de septiembre de 2011  y el 21 de septiembre de ese mismo año (volvimos porque teníamos ganas de probar sus salazones). Esta vez volvemos porque hay una cena maridaje con una bodega que nos apetece, Bodega Manuel Manzaneque (denominación de origen Finca Élez). Así que una vez más venimos a disfrutar del buen hacer de este local. 
Estamos en el distrito de L'Eixample. Como cada uno acude al local, Sergio (quien nos atenderá en ciertos platos y procurará que podamos hacer buenas fotos de las botellas de vinos) me conduce a nuestra mesa. Nos han puesto en una mesa un tanto aislada (mesa que me encanta) porque se encuentra rodeada de estanterías con productos que puedes comprar (dado que este local tiene una gran zona destinada a compras de productos gourmet. 
Mientras espero pido una cerveza que, como siempre, viene acompañada de papas con sabor a romero y unas deliciosas aceitunas negras.
Dado que es una cena-maridaje, Verónica (distribuidora de la bodega) hará introducciones de cada uno de los vinos. Pero comencemos.
El primer vino es un chardonay joven, fresco con toques cítricos y muy glicérico. Muy agradable de tomar. Viene maridando una impresionante burrata con tartar de tomate. La burrata estaba cremosa, sabrosa y jugaba bien (pero ganando) con el tartar de tomate y las lonchas de mojama.
El siguiente plato es un carpaccio de presa ahumada con lascas de parmesado. Buen plato que viene acompañado del primer tinto, un tinto joven (tempranillo y cabernet sauvignon) nada ácido, para ser joven debido a su paso por barrica. 
El plato estrella de la noche fueron unos langostinos rebozados en kalinda y con salsa de chipotle. Le pedimos a Sergio que traiga aparte algo más de salsa (adoro el picante). El conjunto de lo crujiente y sabroso del langostino con la salsa de chipotle (bastante modosa pero suficientemente picante) hacen un plato soberbio y divertido. Viene con un blanco tremendo: un chardonay fermentado en barrica. Pertenece al grupo de blancos a los que me he rendido, son potentes, redondos, golosos. Y este forma parte del grupo: combate perfectamente con el picante, limpia la boca y deja las papilas preparadas para el siguiente bocado. Matrimonio perfecto.
El plato principal de carne son unas costillas braseadas con jugo de cítricos. La carne deliciosa, tierna y potente de sabor (Quesoy la encuentra algo pasada. Yo la encuentro perfecta. Por una vez no estamos de acuerdo). La pincelada de cítricos, aligera el bocado. Muy buen plato. Viene con un tinto llamado Nuestra selección: Tempranillo, merlot y cabernet sauvignon, potente pero amable, redondo y con muy buena persistencia.
Como postre nos traen una selección de quesos (bastante potentes) con dados de membrillo que hacen la delicia de nuestros paladares. Ya lo estaban pero con este plato todos los vinos están tremendamente buenos. Viene con un 'huertonic' un combinado de oporto y tónica. Si, pese a lo estravagante de la mezcla es un combinado refrescante, fácil de beber y de grato sabor.
Como Sergio sabe de mi gusto por el picante, trae a nuestra mesa un chile (no se de qué tipo) seco y hecho copos para que lo probaramos. Tremendo picante, adormece la lengua pero está espectacular.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto mientras apuro el poco vino que ha quedado en mis copas.