25 de marzo de 2015 Rte. Japones Momiji Mercado de Colón de Valencia Teléfono 960709175






Especialidad del local: cocina japonesa

Ambiente: muy informal
Plato que no te puedes perder: makisushi y yakimono de salmón
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: era un menú de degustación
 
1 Ingredientes reconocibles: 5 (maldita incultura oriental que tenemos)
2 Saludable: 10
3 Emplatado y Decoración: 9
4 raciones generosas: 7
5 Cocina regional: si
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 9
8 Equilibrio: 9
9 Vajilla y cristalería: 8
10 Relación calidad-precio: 10
Puntuación EMT 67 sobre 80
Puntuación PIG 4

Una noche más de miércoles vamos a cenar cocina japonesa. Estamos en uno de los locales que están situados en el sótano del mercado de Colón. Lo encontramos sin problema y dado que tenemos reserva (hay bastantes clientes) tienen mesa para nosotros y nos ofrecen también la barra donde veríamos el ir y venir de la cocina (está toda abierta y a la vista de los comensales de barra). Pedimos una mesa y nos dejan con las cartas y la carta de vinos.
El local, bueno mejor dicho, el espacio dado que no está delimitado y es una noche bien fresca, nos tiene un poco ateridos. Así que sin problema, nos encienden una de las estufas de terraza que tienen para hacernos más cálida la cena.
Tenemos claro que va a ser uno de los menús de degustación. Y para acompañarlo nos inclinamos por un cava Babel: cava de Castellón de las bodegas Vinya Natura, 100% macabeo. Un cava fresco, sencillo de tomar, con toques cítricos que no pretenden competir con la comida. Hará correctamente su labor.
Nos inclinamos por el menú Kurosawa que se compone de nueve platos. Veamos si los escribo y describo correctamente.
Como aperitivo nos traen un hassun, dakon (nabo japonés) encurtido. Este nabo me encanta y suelo hacerlo en casa así, encurtido, porque no tiene misterio y siempre está delicioso. Nos abre las papilas para lo que se nos viene encima.
Knaragaki. Una ostra bien aderezada con ponzu con ese toque cítrico y cebollino. Nos encanta.
Sakizuke: ensalada de algas. Diversas algas con diversas texturas y aliñadas finamente.
Kwanmono: sopa de miso con una almeja. Sopa sana, sin complicaciones. Pedimos una cuchara porque está ardiendo pese a que esta sopa de bebe a sorbos pero estaba tremenda.
Sashimi: de atún. Fresco, cremoso, lleno de sabor.
Mushimono: como un flan de huevo con huevas de salmón crujientes por toda la superficie. También muy caliente pero rico de verdad.
Kuchigawari: pescado marinado como algo hecho (por el marinado) por fuera pero totalmente crudo por dentro. 
Sushi: nigirisushi de salmón (cremoso, delicado sabor. Muy bueno) y makisushi de atún (con un toque picante). En este plato ya pedimos más salsa picante. Nos traen dos: una es como un tomate lleno de picante (muy buena) pero la que ganó por goleada fue la salsa Layu picante, con aceite de sésamo que hace que parezca inofensiva pero no, es tremenda. El pescado con esta salsa sube varios puntos. No apto para los que no gusten del picante.
Yakimono: llegamos al final con asados. Lo primero es un salmón que está delicioso. Se deshace al tocarlo, cremoso, con potente sabor a humo. De premio. Y un trozo como de papada, que han conseguido deshacer toda la grasa y dejar crujiente la piel. Impresionante.
Como postre nos ponen una crema de queso con manzana y crumble de maiz al yuzu. Bien...después de la cena, un final dulce.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto mientras apuro las últimas gotas de cava. Buena cena, si señor.

4 de marzo de 2015, Nozomi Sushi Bar C/ Pedro III el Grande, 11 Tf 961487764

Especialidad del local: cocina japonesa
Ambiente: acogedor, minimalista
Plato que no te puedes perder: usuzukuri de pez limón y temaki de langostino con panko y salsa picante
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: era un menú de degustación
 
1 Ingredientes reconocibles: 5 (maldita incultura oriental que tenemos)
2 Saludable: 10
3 Emplatado y Decoración: 9
4 raciones generosas:8
5 Cocina regional: si
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 9
8 Equilibrio: 9
9 Vajilla y cristalería: 9
10 Relación calidad-precio: 10
Puntuación EMT 69 sobre 80
Puntuación PIG 4

Esta noche vamos a encontrarnos con un local de reciente apertura. Apenas lleva desde diciembre abierto y ya tuve problemas para conseguir hacer una reserva. Esta vez hice la reserva quince días antes y sólo quedaban las mesas de barra (cara a la cocina) cosa que me importó nada. Así que estamos en el barrio de Ruzafa para encontrarnos con un restaurante japonés. La fama de sus dueños preceden a la apertura de su nuevo local: Nuria en la cocina y Jose Miguel en sala son los anfitriones junto a un ejército de ayudantes.
Nos ubican en nuestra mesa-barra y desde allí observamos toda la cocina: abierta apenas a un metro de nosotros cuatro cociner@s, entre ell@s Nuria, se dedican a la elaboración de los pedidos. Cada persona está elaborando una especialidad: makis, tatakis, niguiris...sus manos vuelan sobre los ingredientes y lentamente y ante nuestros ojos van confeccionando hermosos platos llenas de colores, detalles y, sobre todo, sabores. 
Muchas mesas ya están llenas pero se irán llenando a lo largo de la cena. Es miércoles y nos encanta ver un local tan lleno. 
Pero vamos a lo nuestro. Decidimos pedir un menú de degustación para ver un abanico de platos diferentes. Como vino y para acompañar nuestra cena nos decidimos por un blanco un Quinta da Muradella, vino de Monterrei, un vino blanco elegante, tranquilo y de fácil paso. Preguntamos a Jose Miguel si irá bien a nuestra cena y nos da el visto bueno. 
Y vamos con la cena.
Como detalle de la casa nos ponen un pequeño aperitivo de col con sésamo y salsa ponzu: fresca y refrescante por el toque cítrico de la salsa.
Como entrantes hay dos diferentes: una sopa de miso que dará buena cuenta de ella Quesoy y una ensalada de algas, sésamo y aceite de sésamo que será para mi. Buenos entrantes, diferentes pero ambos sabrosos.
Y comienzan los platos que estaba esperando: tataki de pez volador, peras y salsa ponzu. (Desde este momento pido disculpas si equivoco los nombres o mi grafía es incorrecta). Plato fresco, refrescante y lo que nos encanta es la cremosidad del pescado (tierno, cremoso, sabroso....impresionante).
Usuzukuri de pez limón con brotes de berros. Precioso y perfecto plato con un toque ahumado que nos enamora. Preguntamos y nos dice que el sabor es por el aceite que elabora su suegro (aceite de oliva virgen extra a la brasa). Este ingrediente redondea el plato. Se erige en el plato estrella de la noche.
Nigiri de salmón braseado: tierno, sabroso, cremoso. De atún: impecables. De pez mantequilla: deliciosos.
Makis de pez mantequilla con uramaki de cangrejo: todos ellos deliciosos, sobre todo el de cangrejo. 
A cada plato nos dan instrucciones de si ponerles soja, de si sólo unas gotas de soja o si lo mejor es comerlo tal cual lo que facilita y, sobre todo, nos hace degustar los platos correctamente.
Un delicioso temaki de langostino rebozado de panko con salsa picante. Tremendo.
A estas alturas hemos hecho corto con el vino y nos pedimos dos copas. Nos proponen un vino un tanto peculiar que después de probarlo le damos el visto bueno: Alba un Palomino Fino, un blanco peculiar. Casi sin aromas pero en boca pese a que su entrada es como si fuera un blanco dulzón, deja un toque seco, con cierto amargo que limpia y deja las papilas con ganas de más. Nos gusta.
Y nos queda el postre: una crema de jengibre, con bizcocho y crujiente de manzana. 
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto mientras yo apuro las últimas gotas de Alba.
Delicioso sitio con deliciosa comida con delicioso trato. Les auguramos un gran futuro. Volveremos.

18 de febrero de 2015. Restaurante el Salaten, c/ Quart 89 (frente jardin botánico) tel 963154132

Especialidad del local: cocina de mercado
Ambiente: informalmente acogedor
Plato que no te puedes perder: carpaccio de roast beef y la croqueta (esta era de jamón ibérico)
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: era un menú de tapas
 
1 Ingredientes reconocibles: 9
2 Saludable: 9
3 Emplatado y Decoración: 7
4 raciones generosas: 9
5 Cocina regional: no
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 9
8 Equilibrio: 8
9 Vajilla y cristalería: 8
10 Relación calidad-precio: 9
Puntuación EMT 68 sobre 80
Puntuación PIG 4

Vamos a encontrar un local que no lleva mucho tiempo abierto y que regentan unos conocidos de el miércoles toca y que acogieron una de nuestras cenas-maridaje que realizamos hace años. Son Juan y José, antiguos propietarios de Les Nits y que desde hace meses, ya no regentan ni tienen nada que ver (aunque los nuevos gerentes mantienen el nombre del restaurante y hasta hace muy poco, también mantenían el número de teléfono). Ahora están llevando adelante un gastrobar para adaptarse a los tiempos que corren.
Hay alguna mesa ocupada y nos dejan que elijamos la mesa que más nos guste, En sala, como siempre, Juan nos atenderá con su buen hacer. En los fogones estará José. Pedimos unas cervezas mientras nos leemos y decidimos qué vino vamos a tomar (porque el menú es el que tienen elaborado de tapas) que vienen acompañadas con unos cacahuetes. 
Después de leer la carta nos decidimos por un Finca Terrerazo del 2011: de la bodega Mustiguillo de Utiel (Valencia) de uva bobal 100% y primer vino de pago de la comunidad valenciana. Viene un poco subido de temperatura pero así nos deja apreciar todo su aroma, su potente toque de toffe, de tostados. En boca, profundo, con muy buena persistencia, muy goloso. Pedimos que nos lo refresquen algo más aunque sabemos que perderemos todos estos matices.
Y vamos a la cena. Como entrantes nos sirvieron un gazpacho de remolacha que viene con un pincho de tomate y queso fresco. Un toque refrescante para comenzar.
Carpaccio de roast beef. Impresionante! Un delicioso roast beef, sabroso y tierno y cortado muy fino. 
Fritos de Salatën: un vasito con tres piezas con una tempura delicada. La croqueta estaba de escándalo.
Rollitos crujientes de cordero al curry. Muy sabrosos.
Fuera del menú de tapas pedimos una sepia sucia con chorizo que hizo las delicias de Quesoy (yo encontré el plato demasiado contundente).
Como plato fuerte nos elegimos de entre todos los que habían un 'all i pebre' que estaba francamente bueno y un entrecotte a la piedra que para ser de menú estaba muy tierno y sabroso. 


Como postres elegimos dos (ya que correspondían al menú de tapas): un brownie que tampoco estaba muy allá y un hojaldre con queso que no probé porque Quesoy se lo comió enterito y verdadero sin dejarme probar ni las migas. 
Esta vez si que Quesoy remata la cena con su consabido ristreto  mientas le acompaño con un vaquerito de Jack Daniels.
Una vez terminada la cena nos quedamos charlando con los dueños. Nos comentan que almediodía tienen un buen número de arroces que se pueden comer como menú o se puede llevar a casa; que están avanzando lentamente porque comenzar de nuevo después de un tiempo de inactividad es complicado pero se puede y están luchando. Con su buen hacer, seguro lo conseguirán. Volveremos porque no queremos perdernos esos arroces que nos cuentan.