MENÚ IDEAL DE LOS MIÉRCOLES DE MARZO DE 2008

Los platos elegidos este mes para formar nuestro menú ideal son los siguientes

Entrantes: Parmentier de Ossea y canelones de ibérico de Mondrian
Pescado: ....aunque realmente es un entrante pero...los salazones de Ossea
Carnes: entrecot de El Tronco Segoviano y Pancakes de Vietnam de Basilico
Postres: Coulant de Mondrian y Sundae de Basilico
Protocolo del vino: mmmm se vuelve a quedar vacante
Menú euribor: Ossea resto-bar y Restaurante Mondrian.

26 de marzo de 2008. Restaurante Mondrian

Nos dirigimos a un local moderno, funcional, decorado en tonos claros lo que lo hace ciertamente acogedor y fresco, con buena disposición entre mesas.
Después de haber echado un vistazo a la carta nos dimos cuenta que casi nos gustaría probarlo todo, cosa bastante improbable. Nuestras dudas comenzaron en la elección del vino que queríamos como compañero de mesa: ¿un Ribera del Duero? ¿uno de tierras de Castilla la Mancha?...Pese a que la carta no es excesivamente extensa, nos encontramos con conocidos que nos volvería a apetecer que nos acompañaran y otros desconocidos que nos gustaría conocer. Tremendo dilema. Al final gana nuestra curiosidad: nos inclinamos por uno de Castilla la Mancha, Pago de Florentino, un vino elaborado por una uva desconocida para nosotros (cencibel) que le profiere al vino un gusto afrutado, delicado, y este se comporta expresándose con gran cremosidad, un paso largo y con buena persistencia (el primer trago nos recuerda a los vinos con botritis, con un toque dulce. Toque que pierde en un segundo trago y se queda en un buen regusto afrutado pero de frutas y suaves especias). Un excelente compañero de mesa del cual tomamos muy buena nota.
Como entrantes y después de mucho deliberar nos inclinamos por pedir una buena cantidad de ellos: calamarcitos gustosos (calamares minúsculos rellenos de setas y acompañados de salsa romescu. ¡¡fantásticos!!), unos canelones de ibéricos y para probar, milhojas de patatas a lo pobre (los canelones elaborados con calabacín y una bechamel con trufa que los hizo casi los mejores de la noche. El milhojas de patata acompañado con el jamón, algo de foie gras y un huevo de codorniz. Buen plato pero frente a los canelones, perdía algo de contundencia).
Como segundos nos inclinamos por una carrillada de buey (de contundente sabor, con reducción de PX y acompañada de una torta de patatas a lo pobre y un helado de setas. Pese a que la carrillada estaba algo al dente, el plato fue una delicia) y un confit de pato (que en vez de acompañarlo con cuscús vino con unas verduras que aligeraron el plato. El confit estaba jugoso, muy en su punto y deliciosamente adobado).
Con los postres volvemos a dudar: ¡los queremos probar todos! pero una vez más, la dedicación de Karoleta por el chocolate hace que nuestros postres sean un tatin de manzana (fantástico, delicioso, poco dulce, en su punto) y un coulant de chocolate acompañado con helado de mango (¡¡¡bien, bien y bien!!! chocolate negro, tibio y que con el contraste del helado de mango se convertía en un bocado angelical. ¡Extraordinario!.
Como siempre, la cena fue rematada con un café que al no tener ristreto, fue un expreso corto y dado que no fue lo solicitado, fuimos invitados.
Gracias por la buena cena y gracias por el detalle.


En Valencia, c/ Ciscar nº 49. Telf: 96 3335059 y 653619528
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19 de marzo de 2008. El Tronco Segoviano

Si, lo sabemos...es una noche como para irse de cena en Valencia pero Quesoy estaba decidido a tener cena de miércoles y lo consiguió. Nos volvemos a adentrar en el barrio de Ruzafa y vamos a uno de los clásicos del barrio: un restaurante castellano muy enfocado a satisfacer a cualquier turista que se precie de serlo, con sus trofeos taurinos colgados en las paredes, sus numerosas fotos de clientes famosos, sus premios, sus vinos del siglo pasado, pasado pero bien pasado, llenas de polvo añejo tras unas rejas, su show cortador de cochinillo con letanía mientras se flambea a la vista de todo el mundo y cortado como manda la tradición con el plato el cual, para terminar bien el ritual, es estampado con fuerza en el suelo...Vamos, un sitio rústico con toques turísticos.
Veamos que nos depara...
Como llegamos pronto temiendo los atascos debidos a la noche que es en Valencia, le pedimos que nuestra mesa sea una lo más libre de humos posible: el restaurante es grande y sabemos que va a haber humo.
Nos ponen al fondo cerca de la cava donde conservan los vinos más añejos. Las mesas bien vestidas y suficientemente alejadas unas de otras. En la mesa hay dispuesto un plato con entremeses: queso, lomo embuchado, chorizo, jamón y salchichón.
Mientras ojeamos la carta de vinos, nos encontramos con una grata sorpresa: Chafandín del 2003 y a un correcto precio. Es el elegido para guiarnos por la cena. Este Ribera del Duero es un ganador de premios y está agotado en la bodega productora y en casi todas las tiendas y restaurantes. Así que ya nos sentimos felices por nuestro hallazgo. El vino viene bien de temperatura, nos sirven para probar y Karoleta le detecta un sabor algo ácido (¡¿EN UN CHAFANDÍN? imposible!). Le pedimos el corcho y ahí estaba...mientras Quesoy también lo prueba y también le detecta un sabor desagradable. El corcho tenía una imperfección y había supurado el vino lo que le había conferido ese sabor a corcho que los expertos afirman se debe a la contaminación con el compuesto 2,4,6-tricloroanisol o TCA.
Pedimos un cambio de botella pero el jefe de sala que ha acudido a socorrer a nuestra camarera nos dice que no nos sirve otra botella por si acaso toda la caja viene igual (¿?). Luego la camarera nos descubre que era la única botella que les quedaba, de ahí la negativa del propietario.
Así que nos vamos a la segunda elección: Mauro del 2005, vino de las tierras de Castilla y León, siempre impecable, de color cereza intensa, muy aromático y con una entrada en boca cremosa y de larga permanencia. Un muy buen vino. Para cenar hemos visto la carta, también tienen un menú pero como lleva sopa castellana y Karoleta es poco de sopas, nos inclinamos por pedir de la carta.
Nuestras elecciones son: dejamos los entremeses que Karoleta ya ha picoteado y nos dicen que les acompaña una morcilla de Burgos (que viene recién hecha, contundente, bien especiada y jugosa pese a ser de arroz. Muy buena), sepia con mayonesa (tierna, de buen sabor y que viene con perejil que le da un toque extraño pero muy bueno) y anchoas (¡cómo no!. Aunque pedimos cuatro y nos sugiere 6 porque son pequeñas, vienen como 14. Son realmente pequeñas pero están hechas en casa -se nota porque aún tiene una zona de los lomos de color rosado-, bien desaladas, no tan bien desbarbadas, aunque no se hacen muy desapacibles el comerlas. Viene con un extra de aceite de oliva y ajo picado que Karoleta reprocha porque les resta sabor a las anchoas pero que hace las delicias de Quesoy).
Como segundo plato pedimos un entrecot de buey que viene perfectamente planchado (dorado por fuera y crudo por dentro) acompañado de patatas a lo pobre con tiras de pimiento y cebolla (de fantástico sabor y tierno, muy tierno).
Como postre se nos sugiere un 'ponche segoviano' (postre típico. Un bizcocho borracho, muy borracho, relleno de crema. Hace las delicias de Quesoy. Karoleta lo nota excesivamente dulce) y una tarta de café (bizcocho relleno de una mousse de café y cubierto de chocolate (menos dulce, bueno de sabor pero que se hace contundente en nuestro interior a las tres cucharadas). Para tomarlo y para finalizar la cena, y después que Quesoy se haya tomado su ristreto de todas las cenas de miércoles, nos pedimos dos licores de cava, Xarmada, del Penedés que viene bien refrigerado y de correcto sabor.
Eso si, todo es cobrado: los entremeses que habían en la mesa, el pan que trajeron sin preguntarnos, los licores (que dado el volumen de cena, podrían haber sido un detalle de la casa). Ahora bien, cual boda (celebraciones que suelen realizar) le traen, como detalle de la casa, una jarrita de barro para Karoleta con el nombre del restaurante y el teléfono. A Quesoy le traen la cuenta. Menos mal que le tocaba a él...si no, todo para Karoleta.

En Valencia, c/ Cura Femenía 17 y 18. Telf: 96 3742731




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12 de marzo de 2008. Basilico restaubar

Esta noche reincidimos en el barrio de Ruzafa donde la proliferación de restaurantes de reciente apertura es notable. Esta vez vamos a un local que tiene dos ambientes: por un lado un pequeño restaurante con pocas mesas y en otro local un sitio de copas y tapas, más de sitio de picoteo, y una fantástica terraza. Este local nos lo han recomendado por ambas partes, pero se ha adelantado Karoleta (gracias Alfredo. Gracias igualmente Luz). Y vamos a lo importante.






El local es sumamente pequeño, y las mesas pequeñas y arregladas para dos comensales. Dado que no fumamos y en local, cuando llegamos, ya hay comensales fumando, conseguimos una mesa muy cerca de la entrada y bien aireada. La carta de vinos es corta pero hay desconocidos. Una vez hablado con quien nos atiende, nos inclinamos por un Ribera del Duero, Figuero del 2003. La primera botella tiene una imperfección en el corcho que quien nos atiende detecta enseguida. Karoleta prueba el vino y lo nota excepcionalmente tánico, Quesoy detecta el corcho...debe ser corcho porque nos deja la boca sin gota de saliva y con un regusto amargo, bastante desagradable. Nos indica que nos cambia la botella sin problemas. Repetimos vino y le damos otra oportunidad. Esta vez está impecable: intenso al primer sorbo, muy aromático y con buena persistencia. Se va dulcificando a lo largo de la cena y sobre todo, porque pedimos que nos lo refresquen algo más. Para cenar, y aquí viene lo curioso de este restaurante, nos encontramos con una fusión de muchas cocinas: italiana, china, mexicana, hindú y alguna más que seguro nos olvidamos. Muy interesante. Pedimos consejo porque no sabemos si nos estamos pasando con los platos. Ajustamos y lo que cenamos es lo que sigue: Quesadillas a la parrilla (deliciosas quesadillas rellenas de verduras y queso, con un regusto mexicano delicioso, acompañadas de crema agria. Deliciosas y muy suaves pese a su pequeño toque picante), Dim Sum al vapor (las extrañas delicatessen de los chinos que hacen al vapor y que nos enteramos que son finas capas de huevo rellenas de solomillo cortado muy pequeño y acompañado por una salsa dulce. Plato exquisito, delicado y de compleja hechura), Lamb madras (plato eminentemente hindú por el curry madras: trozos de cordero acompañado por verduras que no llegamos a identificar, cortadas en tacos -las hay dulces- acompañados por arroz basmati y salsa curry. ¡Fantástico! ligeramente picante, contundente y casi mejor el arroz y las verduras que el cordero...¡Bueno, bueno y bueno!) y Pancakes de Vietnam (finas tortillas de arroz acompañadas por varios cuencos que contienen desde salsa ligeramente picante-dulce carne en tiras con verdura cocinada en wok, lechuga morada, zanahoria y fideos chinos. Hay que componer un rollito y comerlo al instante. Plato fino, delicado y divertido ¿se puede pedir más?). No nos queremos perder los postres, así y pese a lo intenso de la cena, nos inclinamos por un brownie de frutos secos acompañado con helado de caramelo (muy bueno pero demasiado dulce para el paladar de Karoleta y con un exceso de frutos secos que apelmazan el brownie. Aún así, recomendable, sin duda) y un Sundae de moras (un vaso con varias capas: galletas crujientes de frutos secos, queso mascarpone y un fantástico helado de moras acompañado por una salsa de arándanos. Esta salsa y el helado suavizaban lo denso de tanto las galletas como el queso. Pese a la ausencia de chocolate, hace las delicias de Karoleta y no menos las de Quesoy. ¡Viva los buenos y originales postres!). Quesoy remata la cena con un ristreto que pide sin problemas y le traen de los ristretos más impecables que ha tomado desde que comenzamos con estas cenas de miércoles: el contenido de la taza no llega ni a media cuchara. ¡Excelente!. Como digestivos nos invitan a unos chupitos de licores; nos dicen todos los que tienen y nos decantamos por dos vodkas (por el recuerdo de la última cena y porque tienen muchos sabores de Ultimate) uno con sabor a chicle (dulce de entrada, de las traicioneras...no deja de ser vodka) y otra de pera (con fuerte aroma a pera, pero fuerte y alcohólica al primer trago. De las honestas). Deliciosas ambas dos. Muy de agradecer el detalle.
De las cenas más multiculturales y divertidas que hemos tomado en meses.

En Valencia, c/ Cadiz nº 42. Telf: 96 3168369







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5 de marzo de 2008. Ossea resto-bar

Volvemos a un barrio que ha experimentado en los últimos años un cambio espectacular: el barrio de ruzafa. Se ha convertido en un referente en la gastronomía por la cantidad de nuevos locales que se han abierto en la zona.
El de este miércoles es un local amplio, moderno, funcional pero cómodo, con muy buena separación entre las mesas, bien decorado, con ambientes donde tomar una copa y pese a su amplitud, no existe una pretensión de aglutinar muchos comensales. Lejos de ello, han elaborado distintos espacios bien separados, y con un número de mesas muy moderado, que consigue que la sensación sea de pequeño restaurante. Nos acomodamos en una mesa de dos, que pese a ello no pertenece a esas mesas 'jibarizadas' en que se han convertido las mesas de dos. Leemos atentamente las cartas de vinos, aguas y viandas mientras traen un detalle: unas crujientes láminas de yuca. Tenemos nuestras dudas sobre el maridaje de la cena con el vino a elegir dado que los platos que nos apetecen son muy variados y contrastan unos con otros. Así que nos sugieren, quien nos atiende, que el vino Ebano 6 cumpliría con esta cena. Este vino es un Ribera del Duero de 2005 100% tempranillo: vino aromático, con fuerte entrada y pese a lo suave de su sabor, tiene gran persistencia en boca. No es un vino filtrado por lo que o se decanta o se debe tener mucho cuidado con la madre. Lo pedimos decantado. Excelente recomendación de este vino del que tomamos buena nota. Los platos por los que nos decidimos como entrantes son: una anchoas (ya es conocida la debilidad de Karoleta por ellas. En esta ocasión nos encontramos con unas buenas anchoas, de buen tamaño, poco desaladas, bien desespinadas pero con poca esponjosidad) acompañadas de tomate rallado; unas huevas de merluza (bueno, bueno, bueno...los salazones, otra de las debilidades de Karoleta. No es frecuente encontrar estas huevas que sólo los amantes de los salazones van a degustar con agrado, dado lo salado de las mismas. Están impecables: saladas sin llegar a amargar, laminadas muy finas...¡una delicia!); un micuit al trapo (forma tradicional de hacer el micuit. Nos traen una ración generosa, en dos porciones, nevadas de sal maldon, acompañadas de membrillo y pan tostado. ¡Un delicioso placer!) y un nido de parmentier con ultimate (plato tremendamente novedoso compuesto de un puré de patatas parmentier, suave con un buen toque de sabor, decorado con huevas de lumpo y coronado por dos huevos fritos de codorniz -otro detalle de la casa, dado que es un plato que vamos a compartir-. Hasta aquí sería un plato muy sabroso y agradable de tomar; pero la originalidad viene por el acompañamiento de una copa de Ultimate vodka: en nuestro caso nos sirven -como otro buen detalle- dos copas de vodka ultimate de sabores diferentes, una de cereza negra de fuerte e intenso sabor que nos recuerda con claridad inicial que estamos bebiendo un autentico y poderoso vodka y otra de sabor y olor (uhmmmm) a chocolate y vainilla aparentemente y solo aparentemente más suave y dulce; sin dudarlo la llamamos "traicionera" desde el inicio ya que entra en boca con muchisima suavidad haciendo pensar que que es una crema y no un voldka de 40º. Cuidado, cuidado, cuidado). Sin dudarlo y por unanimidad lo declaramos como el plato más original, delicioso y divertido de este año. Esperamos seguir encontrando chefs arriesgados que nos presenten platos así de divertidos y creativos. Como plato fuerte (y pese a que ya nos sentimos ahítos) tenemos una carrillada de buey que viene tremendamente tierna acompañada por unos medallones de puré de patata que suavizan la gran intensidad de sabor a buey de esta carrillada. Tan bueno como contundente plato. Como no iba a ser menos y pese a que el hambre hace mucho que ya no nos acompaña, pedimos como postre un brownie para compartir: brownie que viene tibio y coronado por una bola de helado de vainilla de excelente sabor. Como se nos nota lo saciados que estamos, vuelven a invitarnos a una pequeña botella de cava codorniu para atemperar nuestros estómagos, limpiar nuestras papilas y acompañar de mejor manera a nuestro postre (hecho que es muy de agradecer). A estas alturas, el vino se ha quedado en el decantador por la cantidad de 'otros' alcoholes que han formado parte de la cena. Una pena. Quesoy, aún con todo, remata la cena con su consabido ristreto.
Buena cena, buenos productos, buen hacer, con creatividad y deliciosos detalles.

En Valencia, c/ Romeu de Corbera nº 9. Telf: 96 3364105


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MENÚ IDEAL DE LOS MIÉRCOLES DE FEBRERO DE 2008

Este mes menos mal que es corto...porque hemos tenido unos locales muy pero que muy recomendables. Y estos son nuestros platos elegidos

Como entrantes: las anchoas y la tosta de queso la Serena sobre pimientos de piquillo y huevos de codorniz de Larrén y las gulas con gambas sobre huevos fritos de Tasca 82-90
Como platos de pescado
: los langostinos con salsa de leche de coco de Nioxxer y el calamar en su tinta de la Taberna El Encuentro
Como platos de carne: El solomillo con foie de Larrén y el rabo de buey de la Taberna El Encuentro
Como postres: copa de chocolate negro con helado de chocolate blanco con licor de ron de Tasca 82-90 y la tarta de chocolate de Nioxxer
Protocolo del vino: se queda vacante
Menú euribor: Restaurante Nioxxer