30 de enero de 2008. Maridaje

Este es uno de los nuevos locales que se han abierto en el barrio de Ruzafa. Es una recomendación. Gracias Javier.
Es un espacio moderno, funcional, con buena distribución entre mesas y una enorme cava que hace de pared del fondo del comedor lo que hace presente la importancia de los vinos no sólo en el nombre del local.
Después de leer la extensa carta de vinos (pero todos ellos de precio medio...sólo hay unos tres vinos que se van de precio) nos inclinamos por un Rafael Cambra I, vino con DO Valencia que como todo vino elaborado predominantemente con monastrell es potente, intenso, muy aromático en nariz pero impertinente en boca (a Quesoy no termina de hacerle gracia). Por ello también solicitamos una copa de un vino nuevo de Daniel Belda (75 anys. Más delicado en boca pero con un intenso aroma a pasas que no es del agrado de Karoleta). Mientras leíamos la carta nos presentan una bandeja que contiene un apartado con 'picos' otro con tomate preparado y un tercero con unas excelentes aceitunas negras. Para comer elegimos los siguientes platos: unas anchoas (de buena ejecución, bien desespinadas pero excesivamente desaladas para el gusto de Karoleta), unos bombones de queso de cabra con dulce de tomate (¡fantásticos!... junto con el revuelto, es el mejor plato de la noche), foie a la sal con reducción de PX (con este plato hay desacuerdo, mientras a Quesoy se le hace desapacible por el exceso de sal, a Karoleta le parece un plato aventurado, al límite, arriesgado...y lo encuentra delicioso), revuelto de setas con cecina de ciervo (con buenas y sabrosas setas, abundantes y con el huevo enseñado lo que es de agradecer, y una cecina de potente sabor. Muy buen plato) y figatells (de potente sabor, con intenso sabor a canela lo que hace que Quesoy tampoco disfrute en exceso del plato. Para Karoleta, deliciosos). Como postre y sin mirar carta se solicita uno de chocolate. Se nos indica pedir un pastel de chocolate. Como siempre, hay un temor a hacer postres de chocolate negro, así que el pastel es un bizcocho de chocolate pero con poco sabor a chocolate negro y recubierto con trufa con mucha nata y cubierta de chocolate negro pero dulce. Lo dicho...faltan postres de chocolate negro. Quesoy remata la cena con su consabido ristretto que viene un poco más largo de lo acostumbrado.

En Valencia, c/Sevilla nº 27. Telf: 96 3816206



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23 de enero de 2008. El Donjuán de tomar y comer.

En principio la reserva la hicimos pensando que era Budoar, un restaurante que no llevaba demasiados meses abierto y que había encontrado Quesoy navegando por internet. El restaurante inicial tenía buenas críticas y una demoledora sobre su precio. Quesoy, que es un osado pensó que sería buena idea ir a comprobar si era así. Cual no sería su sorpresa cuando al llegar vimos que en ese número y en esa dirección estaba El Donjuán...Así que la aventura estaba servida.
El local es amplio y con un decoración funcional pero unos arcos de piedra realmente bonitos. Al leer la carta apreciamos que la carta de vinos es corta y realmente recatada (el vino más caro es un Enrique Mendoza merlot) y la carta de comida está diseñada con buenas soluciones para gente joven, con buen apetito: bocadillos, platos grandes y grandes acompañamientos de patatas. De nosotros se ocupa Diana, una argentina encantadora y amable que nos dedica todo su tiempo y que nos hace buenas y acertadas recomendaciones. Como buena argentina es una enamorada del malbec (es de la zona de Mendoza) y pregunta si existe algún vino español que se le parezca. Hablamos de vinos y nos recomienda Boccoi (vino de la comunidad valenciana que no conseguimos recordar de dónde en concreto, con un toque ácido y de altos taninos que no nos agrada en exceso) y Los Monteros (vino valenciano de las bodegas de Murviedro del 2004 que nos resulta muy agradable de tomar de tonos teja, cremoso, largo en boca y que puede ser un buen compañero de mesa). Pedimos dos copas, una de cada y nos decidimos por seguir con la botella de Los Monteros. Como detalle de la casa nos traen unos panecillos calientes y aliñados con aceite de oliva y unos platillos con alioli y tomate preparado. Para comer y siguiendo las recomendaciones de Diana sobre la cantidad de platos, nos inclinamos por: un foie de pato sobre lecho de manzana y confitura de tomate (plato de buena conjunción y espléndida realización, con un generoso trozo de foie y una confitura casera con una reducción de vinagre de módena que le confiere un toque casero muy apetecible), un 'arreglet Valencià' (una combinación de entrantes: sepia a la plancha, queso fresco con unas buenas anchoas de lata, delicioso tomate con ventresca, un poco seca, y generosa ración de aceitunas, pepinillos, cebolletas y alcaparras) y como plato fuerte unas costillas a la naranja (costillas de cerdo un poco demasiado hechas, con una generosa ración de patatas gajo y ensalada). Como postre, y sin mirar la carta, le pedimos que sólo queremos un postre de chocolate...nos responde que nos va a hacer 'la bomba de chocolate' de libre ejecución: en un mismo plato dispone tarta maestro de chocolate (una excelente tarta de trufa muy chocolateada) y un brownie de chocolate (contundente y generoso en chocolate negro) con una boina de helado de chocolate y todo ello bañado con unos hilos de chocolate y fresa (¡sensacional!). Sólo por este postre (habrá que solicitarlo todo en el mismo plato) vale la pena ir. Quesoy remata la cena con el ristretto de siempre que viene un poco largo.

En Valencia, c/ Serranos nº 20. Telf: 96 3914060


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16 de enero de 2008. Tacita de Plata

Muy cerca de las torres de Serrano nos encontramos con esta taberna andaluza decorada moderna pero con los toques que no nos permiten olvidar que es una taberna andaluza (claveles, adornos que nos recuerdan los enrejados de las ventanas andaluzas) pero todo en blanco y negro con algún toque de color en rojo. Buena distribución de las mesas. Pero vamos a lo importante.
Leemos las largas cartas y tenemos serios problemas para decidirnos tanto en el vino para nuestra cena como en los platos. Al final y por sólo una impresión sobre la forma de la botella, nos decidimos por un ribera del Duero, Dominio de Atauta del 2004 que sale como un morlaco: fuerte, lleno de alcohol y taninos pero nos hace sospechar que una vez aireado va a ser todo un señor vino. Pedimos que nos lo decanten y, en efecto, vino lleno de matices, muy sabroso y con larga duración en boca. Nos gusta, si. Como platos, nos inclinamos por irnos a las tapas creativas y dejar las tapas tradicionales y las andaluzas para otra ocasión. Pedimos unas berenjenas rebozadas con miel (muy delicadas y con buena fritura), lasaña sanfaina (rellena de txangurro, deliciosa, bien rellena. Un bocado exquisito), patata serrana (patata asada rellena de jamón ibérico y una ligera capa de queso. Bien equilibrada y de delicioso sabor), saquito de morcilla (masa brie rellena de morcilla, habitas baby y ajetes. Un fantástico bocado que nos recuerda al tradicional bocadillo de morcilla con habas pero en bocado de lujo), ravioli de txangurro (un ravioli de calabacín relleno de txangurro. Buen bocado) y canelón de berenjena (berenjena rellena de confit de pato y cubierta de ligera bechamel con virutas de trufa negra. Bien, bien, bien. Esta fue la tapa que se llevó el premio. ¡Fantástica!). Como plato fuerte un solomillo de ternera con salsa de setas (muy tierno, fileteado y acompañado de unas patatas y unos pimientos rojos asados, bien aliñados con aceite, que hacían un buen contrapunto con la salsa de setas. Plato contundente pero delicioso). Como postre, Karoleta ya le había echado el ojo una selección de quesos con membrillo: cuatro quesos diferentes de intenso sabor con unos dados de membrillo no excesivamente dulce que nos deja ahítos y sonrientes.
Nos llama la atención que el local esté con bastantes mesas ocupadas por extranjeros y por gente que comenta restaurantes como el Bulli. Nos preguntamos si habrá alguna convención de restauración y no nos hemos enterado mmmmmm. Comentar que el servicio, pese a no estar el local lleno, es un poco lento lo que nos tiene entre tapa y tapa un tanto desocupados de lo importante alargando nuestra cena de los miércoles.
Quesoy remató la cena del miércoles con un ristretto que traen sin ningún problema.

En Valencia, c/ Blanquerías nº 12, Telf: 96 3911106



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9 de enero de 2008. Sobremesa

Comienza para elmiercolestoca la primera cena del 2008.
Acudimos a un local de reciente apertura (lleva unos meses con nuevos dueños) situado en la zona de la avenida de Aragón. Decorado de forma funcional, con buena disposición entre las mesas y una fantástica cava que nos recibe nada más entrar.
Después de leer las cartas de comida y vinos, preguntamos por vinos fuera de carta y nos los indica dentro de la cava. Se nota que la somellier es una enamorada de los vinos de la mancha porque tienen bastantes y no muy conocidos. Nos inclinamos por uno de los vinos del expositor de bonita etiqueta, Juan Gil del 2005, D. O. Jumilla (Murcia). Un tinto 100% monastrell con un intenso pero aromático aroma y con un delicioso sabor a especias. Nos enamora al primer sorbo y nos hace comentar lo fantástico que está (y sigue) durante toda la cena. Como atención de la casa, nos sirven unas aceitunas verdes aliñadas al estilo casero. Muy buenas.
Como cena nos inclinamos por: como entrantes unas tellinas (que no nos terminan de gustar. No nos decidimos si lo que tienen es que son poco frescas o si han estado demasiado tiempo en la plancha. Han perdido la jugosidad y parte de su sabor), foie caliente salteado con habitas baby y ajetes (¡madre mía! nos conquista y hace que olvidemos la mala entrada que ha tenido la cena. Plato de sobresaliente, con una reducción de PX en su justa medida que le confiere un toque dulzón que redondea este plato) y un carpaccio de ahumados escarchado con queso grana padano y un lecho de tomate rallado aliñado (¡bien, bien y bien! nos terminamos el pan, las tostas y todo lo que acompaña al plato y a la cena. Tenemos que pedir más tostas para continuar disfrutando del plato) y como plato fuerte, secreto ibérico, acompañado con patatas fritas, pimientos de padrón y habitas y decorado con una reducción de balsámico (muy buen plato, aunque el secreto tenía excesiva grasa y habían bocados un tanto desapacibles). Como postre dejamos que nos trajera aquel postre que más chocolate tuviera: un brownie con helado de vainilla y decorado con chocolate tibio (¡una delicia! que pone el listón de brownies a distancia galáctica. Ante la pregunta de si nos ha gustado, y por hacer comentario, le decimos que podrían poner más chocolate tibio por encima y que el helado si fuera de cítricos -mandarina- harían del plato algo inolvidable, un plato estrella. Toma buena nota y se lo transmite al cocinero que agradece la sugerencia. Para acompañarlo nos invitan a un vino dulce (un tinto de Chozas Carrascal, Utiel-Requena) que no termina de gustarnos.
Quesoy remata la cena con su consabido ristretto que viene en su justa medida.

En Valencia, Avd. de Aragón, nº 16. Telf: 96 3608112 y 651438990


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