28 de octubre de 2009. Restaurante Kerala




Estamos en la zona de L'Eixample, en el barrio deLa Gran Vía. Este es un local que ya le teníamos ganas desde hace tiempo pero hablar con un buen conocedor del local, ha agudizado el deseo. Gracias Agustín.



El local está decorado de forma minimalista, funcional, con las mesas de dos plazas, como siempre, excesivamente juntas para mi gusto. Las de cuatro son perfectas. Pero dado que es miércoles, no hay demasiada gente (aunque si hay mesas ocupadas. Toda una grata sorpresa) y no están todas las mesas ocupadas.


Nos dejan que elijamos entre todas las que hay libres. Elegimos una con buena luz (el local tiene una luz muy tenue) y cerca de la cocina. Mientras esperamos nos traen un detalle de la casa: unas variantes junto a un hummus muy tocado de cominos. Rico rico.

Nos traen las cartas y la primera sopresa es que tienen una carta de vinos extensa y con entradas muy interesantes y con precios muy ajustados. Tenemos dudas de si pedir un tinto de Sicilia de la bodega Planeta, uno del Priorato, nuestro amor Santa Rosa...Al preguntar por ellos, viene Gabrielle, dueño del local y somellier. Tenemos una instructiva y agradable conversación sobre los vinos italianos. Pese a que tiene uno que podría haber venido a la mesa (uno de la Toscana) después de saber que es suave, lo descartamos. Una vez tiene claros nuestros gustos, nos habla de aquellos que tiene fuera de carta. Dejándonos aconsejar invitamos a nuestra mesa a un tinto de Toro Dominio de Valdelacasa del 2006: tremendo vino de Toro, nada que ver con sus vecinos de zona. Es elegante, sabroso, aromático. Un caballero goloso goloso que nos enamora. Agradecemos la sugerencia y pasa a ser uno de nuestros amores (además con un excepcional precio).
Como platos no sabemos elegir. Hay tantos entrantes sugestivos...Al final nos volvemos a dejar aconsejar y pedimos menos cantidad y más platos. Antes de comenzar con nuestras elecciones nos agasajan con una crema de coliflor tibia. Buen detalle. Y los entrantes son los siguientes: unas anchoas del cantábrico con mouse de tomate y aceite de rúcula (de textura impecable y desaladas en su punto. Quesoy las encuentra muy fuertes pero hacen las delicias de Karoleta. ¡Viva los salazones!), unos crujientes de ternera y dátiles con chutney de mango (expectacular bocado donde el chutney le da ese contrapunto dulce y picante que redondea el plato) y unos langostinos Zen (langostinos cubiertos de pasta brie y con un toque picante. Son deliciosos pese a que la pasta brie está demasiado hecha).
Como platos fuertes nos inclinamos por un milhojas de langostinos sobre una crema de crustáceos y sobre esto un enorme carabinero. Simplemente soberbio. Es un plato delicioso, con un potente sabor a marisco, con ese cababinero hecho en su punto y deliciadamente pelado para hacer fácil su consumo. Lo dicho, soberbio.
El otro plato fuerte es una entraña a la parrilla acompañada de verduritas salteadas. Ya nos había avisado que la carne no era tierna como el solomillo pero que era muy sabrosa. Tenía razón en ambos comentarios. Es una carne gustosa. Viene planchada a nuestro gusto. Muy muy poco hecha.
Como postres no nos ponemos de acuerdo. Y vuelven a sugerirnos que pidamos menos cantidad. Con ello nos inclinamos por un deliciosa mouse de chocolate con unas tejas de galletas de mantequilla y un toque de naranja que la convierten en una delicia. Y unas tremendas trufas caseras con un buen toque de brandy. Buenas buenas buenas. Para los amantes del chocolate puro.
Para acompañar a estos postres nos proponen un vino de postre: un Gewistraminer dulce parecido a un Sauterns que hace las delicias de Karoleta porque no es muy dulce. Fantástico. Cuando ven las copas vacías, nos obsequian con una nueva copa que aceptamos sin rechistar.
Quesoy vuelve a saltarse las buenas costumbres y no toma café.

1. Ingredientes reconocibles: 9
2. Saludable: 7
3. Emplatado y decoración: 7
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 7
9. Vajilla y cristalería: 7
10. Relación calidad-precio: 9
Total puntos: 64 sobre 80
Precio medio (sin contar el vino)

Buen local para comidas-cenas de trabajo, para grupos y para cenas más intimas.
En Valencia c/ Conde Altea nº 17    Tel 963 447 884

OCTAVA CENA DE LOS LECTORES DE ELMIERCOLESTOCA: EL JUEVES 29 DE OCTUBRE



Ya tenemos el menú para nuestra octava cena de grupo. Esta vez el restaurante que va a acogernos será Na Jordana Artium (c/ Salvador Giner nº4). Y toda ella maridada con los fantásticos vinos de la bodega Vera de Estenas. Y va a consistir en:



APERITIVO

Chupito de salmorejo con crujiente de jamón ibérico y oliva virgen.




DEGUSTACION AL CENTRO

Pochas con bacalao, verduritas y su vinagreta de tomate.

Tortilla de bacalao al estilo de la sidrería.

Pimientos del piquillo rellenos de boletus edulis y ternera en salsa de hongos.

Chorizo riojano cocido en sidra casera de Astigarraga.

Txipirones en su tinta al estilo Etxanobe.

Entrecot de buey trinchado en su punto con patatas bravas de verdad.




POSTRE

Queso Idiazabal D.O., membrillo casero y nueces.







El pan y el agua (así como el vino) también está incluido en el precio de 30€ por comensal.
Te esperamos para disfrutarla de nuevo.




Información sobre plazas y disponibilidad: karoleta@elmiercolestoca.com o a quesoy@elmiercolestoca.com
Formalización de la reserva hasta el 27 de octubre de 2009: Caixa Popular en la cuenta 3159 0018 14 2155226612.
Confirmación de la reserva: Escribe a karoleta@elmiercolestoca.com y te contestaremos si hemos recibido correctamente el ingreso.
Recuerda que el precio es de 30€ por plaza

Te esperamos para seguir disfrutando de nuestras cenas de grupo. ¡No te la pierdas!

14 de octubre de 2009. Paparazzi restaurante italiano


Volvemos al barrio de El Carmen, al distrito Ciutat Vella,  a buscar este local de cocina italiana, de agradable ambiente y esta noche de miércoles, amenizado por un cantautor que suavemente nos deleita con algo de jazz y algo de bossa nova. Buen comienzo.
El local es agradable, bien decorado y con ambiente moderno y funcional.



Nos ubican en una mesa que está bien iluminada y nos encontramos con una agradable sorpresa cuando nos traen las cartas: por la noche, en las cenas, mantienen el precio y la estructura del menú de mediodía. Hay un número importante de entrantes y otro también importante de platos principales a un precio de crisis. También hay platos fuera de este menú por si apetece algo más especial, o picar antes de la cena. Nosotros vamos a seguir lo ofrecido en el menú. Mientras leemos las cartas nos traen unas rebanadas de pan tostado con aceite aromatizado con orégano que atacamos sin piedad.

La carta de vinos es muy corta, verdaderamente corta. Nos dicen que la gente suele tomar un vino valenciano que tienen en carta. Pese a que tienen varias entradas más sugerentes de  vinos italianos, han decidido no tenerlos porque no suelen ser requeridos por los comensales. Una pena. Nos decidimos por el vino de la casa: un vino de Castilla la Mancha, Castillo de Manza del 2005. Tinto violento, fuerte, con un toquecito ácido, pero que va a acompañarnos en la cena. A lo largo de la cena se atempera pero no pierde su compostura inicial.




Como entrantes elegimos dos platos: una provoleta, que como todas, está riquísima, acompañada por una confitura muy gelatinizada de fresa (buen matrimonio) y una soberbia polenta con queso gorgonzola y jamón (es el plato estelar de la noche. Está impecablemente decorado y la mezcla de sabores es deliciosa) con hilos de miel.



Como platos principales pedimos una flauta de pollo (un taco con pollo y queso acompañado de un tomate bien condimentado que pedimos nos lo traigan picante, lo que hace más 'divertida' la pechuga de pollo. Ya se sabe que esa parte del pollo es un poco 'triste' de sabor) y un carpaccio de atún con pimientos de piquillo: fantástico plato pese a que el piquillo se apoderaba del sabor del plato.


El postre está fuera del menú. Nos cantan los postres caseros que tienen. Nos decidimos por una tarta de manzana: impresionante tarta (estilo strudel) de hojaldre bien rellena de manzana con importante sabor de canela y acompañada de helado de vainilla. Buena tarta de manzana.






Cuando se entrega la tarjeta del local, se 'premia' con un detalle de la casa: un chupito de lo que se desee. En nuestro caso, y para acompañar al postre, pedimos un chupito de grappa que Quesoy apura hasta la última gota y Karoleta hace lo propio con un tequila  Jose Cuervo.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto.
Buen local con una buena medida anticrisis.


1. Ingredientes reconocibles: 9
2. Saludable: 7
3. Emplatado y decoración: 7
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: si
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 8
8. Equilibrio: 6
9. Vajilla y cristalería: 7
10. Relación calidad-precio: 9
Puntuación total: 62 sobre 80
Precio bajo (sin contar el vino)

Buen local para grupos, para cenas-comidas con amigos.

En Valencia c/ Baja nº 42  Tel  963 923 795 - 675 399 355

7 de octubre de 2009. Jarilla Restobar argentino

Esta noche de miércoles nos vamos al barrio de Benimaclet. David, un seguidor de nuestro blog, nos hizo la sugerencia de algunos locales de su barrio que tan bien conoce. Con sus indicaciones nos hemos decidido por este restaurante argentino. Gracias David.
Entramos en un local donde la decoración no es lo importante. Es un local con luces suaves pero que lo que priman es lo que van a colocar en los platos. Vemos un espacio con instrumentos de música. Nos indican que los fines de semana suelen tener actuaciones de músicos y también teatro. Será cuestión de volver para disfrutar de una actuación mientras cenamos.
Nos dejan que elijamos la mesa. De nuevo nos encontramos solos en un local. Nos dirigimos a una mesa preparada para dos, pero de buen tamaño, y con buena luz para que las fotos estén con buena iluminación.
Nos traen las cartas acompañadas de un detalle de la casa: unas aceitunas partidas que hacen las delicias de nuestro apetito.
La carta de vinos es reducida, aunque tienen varias entradas de vinos argentinos y chilenos. Dado que estamos en un argentino, nos inclinamos por un malbec: Viñas Argentinas del 2007, de la zona de Mendoza. Vino tinto rotundo, con profundos aromas pero ausencia de madera. Sólo necesita atemperarlo para que se reconvierta en un delicioso vino que nos va a acompañar en nuestra cena (me adelanto. Se convierte en un vino tan amable que hacemos corto).
Como platos y después de pedir consejo nos inclinamos por un provoleta campera (el típico provoleta al horno con bacon y aji molido. Delicioso, gustoso...bueno bueno), matambre (el típico fiambre de carne rellena fría. Francamente bueno) y unas impresionante empanadas variadas (una de verduras, de queso, de carne y de maiz -humita-. La pasta está deliciosa y pese a que Karoleta tiene una debilidad por la de carne porque está siempre fantásticamente especiada, se rinde ante la humita: una empanada vegetariana muy especiada y con un toque picante que la hace una soberbia empanada).
Como plato fuerte nos decidimos por un bife de lomo. Pese a que se nos olvida pedir el punto de carne, viene planchado a la perfección: hecho por fuera y crudo por dentro. Es un trozo tierno y sabroso. Nos lo devoramos.
Pese a sentirnos ahítos no nos resistimos a pedir un postre. ¿Cuál? pues un delicioso panqueque con dulce de leche. Con esfuerzo pero lo terminamos.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto mientras Karoleta le acompaña con un vaquerito de bourbon.
Tienen el detalle de invitarnos a un digestivo: una mistela de Turis con un fresco sabor a uva. Quesoy se toma hasta la última gota.
Buena cena argentina con buenos productos y ausencia de adornos.

1. Ingredientes reconocibles: 9
2. Saludable: 7
3. Emplatado y decoración: 5
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: si
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 7
9. Vajilla y cristalería: 7
10. Relación calidad-precio: 9
Puntuación total: 62 sobre 80
Precio medio-bajo (sin contar el vino)

Buen local para grupos de amigos y gente que guste de música de 'allá' mientras degusta buenos productos argentinos y caseros.

En Valencia c/ Benicarló nº 29 Tel 963 892 064

30 de septiembre de 2009. L'Estibador

Esta noche tranquila después de la gota fría, nos vamos de excursión. Para no perder las buenas costumbres, nos perdemos. Pasamos por la misma gasolinera hasta tres veces. Pero nuestra perseverancia tiene sus frutos y encontramos, al fín, este restaurante junto al mar.
Es un local amplio, grande, bien decorado para hacerlo cálido. Y lo consiguen. Nos ubican en una enorme mesa de dos comensales (una mesa en condiciones sin duda) estamos solos en el salón, y la situación de la mesa es perfecta, justo donde termina la carpa y comienza la arena de la playa. Nos abren, después de preguntarnos, una de las lonas que cierran el local y nos encontramos frente al mar (debe estar a unos 100m), se escuchan las olas, y a lo lejos se observa la espuma que estas hacen al romper en la orilla, el cielo, todavía nublado, y los barcos iluminados fondeados en el puerto. Un lugar delicioso.
Nos traen las cartas y un platito con frutos secos para ir abriendo boca.
Dado que nos avisan de que hay ausencias en carta y no terminamos de decidirnos, Quesoy acompaña a quien nos atiende a una preciosa cava acristalada para elegir uno de los vinos presentes. Al final invitamos a la mesa un conocido: Dido del 2004, D. O. Monsant. Lástima que nada mas abrirla, vemos que el corcho tiene una muesca y que el vino tiene algún problema. En boca, pese a que descubrimos el Dido que recordábamos, es cierto que deja regusto en boca (ácido, con toques como los aromas de una 'bodega' de las de antes) que nos hace pensar
que tiene un problema a causa del corcho. Nos animan a cambiar de botella y dado que era la última, también de vino. Nos decidimos por un Emilio Moro del 2006. Un tinto elegante, cremoso, aromático, que siempre se comporta como un caballero. Excelente. Pedimos que nos lo refresquen un poco.
Nos ponen dos panecillos a cada uno pero como estamos cerca de la playa, ya se sabe, el pan se pone 'correoso' con mucha facilidad. Al comentarlo nos traen unas rebanaditas de pan tostado para los entrantes. ¡Perfecto! Como platos nos inclinamos por: un tartar de salmón (delicioso tartar bien maridado que hace las delicias de Quesoy, aunque a Karoleta le molesta el intenso sabor a limón que le quita el disfrute de los otros componentes), unas croquetas de bogavante (¡impresionantes!), unas puntillas (este plato fue cambiado en la comanda por las croquetas, pero por confusión también nos lo trajeron. Sin darnos tiempo a comentarlo, quien nos atendía, comentó su error y nos comentó que lo dejaba en la mesa pero sin apuntarlo en la cuenta, excelente detalle. Las puntillas estaban soberbias: delicadas y con un rebozado ligero ligero) y un foie con compota de manzana (foie fresco impecablemente planchado que nos hace suspirar de placer).
Como plato fuerte nos inclinamos por un magret de pato con manzana y limón caramelizado y una reducción de vinagre de Módena y maracuyá: tremendo plato, que por su excelente presentación nos hacía pensar en una obra de arte y anticipaba unos sabores deliciosos. Acertamos.

Como a los postres teníamos dudas, optamos por pedirle consejo a quien nos atiende, nos dice que el atadillo tibio de chocolate y frutos secos acompañado de helado de maracuyá es el que más le gusta. ¡Hecho!...con razón: no nos dejamos ni los adornos del plato.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto y Karoleta le acompaña con un vaquero (el vaquerito estaba muy crecido).
Buena cena en un inmejorable ambiente.

1. Ingredientes reconocibles: 8
2. Saludable: 7
3. Emplatado y decoración: 10
4. Raciones generosas: 8
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 7
9. Vajilla y cristalería: 8
10. Relación calidad-precio: 8
Puntuación total: 65 sobre 80
Precio medio (sin contar el vino)


En El Saler, Valencia, Paseo de la Dehesa, 3. Módulo del Barco de estibadores