Vamos a la zona de la avenida Aragón a encontrarnos con un restaurante libanés que lleva mucho tiempo abierto.
Nos disponen en una mesa y nos traen las cartas. Vemos que hay un menú de degustación lo que facilita a la hora de pedir. La carta de vinos es tremendamente corta. Nos arriesgamos con un Ribera de Duero que tenían fuera de carta: Durón del 2004. Tal vez por la guarda que tiene, ninguna, sale con una acidez sorprendente y aunque pretendemos enfriarlo, pensamos que no va a recuperarse. Así que comentamos la acidez del vino con quien nos atiende y amablemente nos la cambia disculpándose por no tener otra. Nos trae un Cune del 2005, un Rioja que se ha vuelto correcto y buen compañero para esta cena tan exótica, pero que también debemos enfriar y comienza a estar en su punto de temperatura cuando la cena está casi terminando.
Nos inclinamos por menús de degustación porque nos informan que llevan de casi todos los entrantes. Así que nos vemos con una mesa adornada por los siguientes entrantes fríos: Hommos (paté de garbanzos), Mutabbal (paté de berenjena asada en tahina que hace las delicias de Karoleta pero que Quesoy encuentra demasiado 'nicotinizada' un sabor intenso a tahina), Laban Bi Jiar (ensalada de pepino con queso blanco batido que refresca en este día tan pesado de calor) y una ensalada perfectamente aliñada con trozos de pan de pita tostado. Son entrantes frescos e ideales para esta noche. Son devorados. Vienen acompañados por una cesta que contiene pan de pita.
Como entrantes calientes nos ponen un plato surtido con: Rakabat Jibné (rollitos de queso con especias. ¡Deliciosos!), Flayer Sabanej (triángulos de espinacas con hierbabuena. Ricos, ricos), Kiebbe Miklié (empanadilla de trigo rellena de carne especiada. Delicada y exquisita) y Sambousek (empanadillas de carne y piñones. Quesoy las encuentra con demasiado sabor a canela pero deleitan a Karoleta. Sobre gustos...colores).
Como platos fuertes nos traen Maklouba (arroz con berenjenas y pollo. Exquisitamente especiado y con un conjunto de sabores muy bien acompasados) y Mushakkal (surtido de carnes y pollo a la brasa. El cordero está impecable, el kafta está como siempre, con su carne bien picada y bien aderezada y hecha una pasta que esta vez lejos de parar seca, está bastante jugosa y un pollo adobado que se convierte en el vencedor del plato. Todas están en un punto de hechura que las hace bien cocinadas, con el sabor a brasa que este plato requiere pero sin perder la jugosidad.
Como postres, nos traen un surtido de sus postres: el típico hojaldre con miel que esta vez viene empapado con agua de rosas, un bizcocho de chocolate (que no llevaba mucho chocolate o mejor dicho, los otros elementos se habían apoderado del sabor del cacao) y Muhalabie (natillas libanesas con frutos secos que tienen un sabor tan rotundo a agua de rosas -ya sabréis de la afición de todos los reposteros árabes al agua de rosas- y que en un primer bocado recuerda a las cremas hidratantes faciales. A Karoleta le vuelve a hacer gracia este sabor tan cosmético).
Como remate de cena Quesoy toma su sempiterno ristreto que debe explicar y, esta vez, Karoleta toma un té moruno: un delicioso té con menta.
En Valencia c/ Eolo nº 4. Tel 96 344 37 37
Nos disponen en una mesa y nos traen las cartas. Vemos que hay un menú de degustación lo que facilita a la hora de pedir. La carta de vinos es tremendamente corta. Nos arriesgamos con un Ribera de Duero que tenían fuera de carta: Durón del 2004. Tal vez por la guarda que tiene, ninguna, sale con una acidez sorprendente y aunque pretendemos enfriarlo, pensamos que no va a recuperarse. Así que comentamos la acidez del vino con quien nos atiende y amablemente nos la cambia disculpándose por no tener otra. Nos trae un Cune del 2005, un Rioja que se ha vuelto correcto y buen compañero para esta cena tan exótica, pero que también debemos enfriar y comienza a estar en su punto de temperatura cuando la cena está casi terminando.
Nos inclinamos por menús de degustación porque nos informan que llevan de casi todos los entrantes. Así que nos vemos con una mesa adornada por los siguientes entrantes fríos: Hommos (paté de garbanzos), Mutabbal (paté de berenjena asada en tahina que hace las delicias de Karoleta pero que Quesoy encuentra demasiado 'nicotinizada' un sabor intenso a tahina), Laban Bi Jiar (ensalada de pepino con queso blanco batido que refresca en este día tan pesado de calor) y una ensalada perfectamente aliñada con trozos de pan de pita tostado. Son entrantes frescos e ideales para esta noche. Son devorados. Vienen acompañados por una cesta que contiene pan de pita.
Como entrantes calientes nos ponen un plato surtido con: Rakabat Jibné (rollitos de queso con especias. ¡Deliciosos!), Flayer Sabanej (triángulos de espinacas con hierbabuena. Ricos, ricos), Kiebbe Miklié (empanadilla de trigo rellena de carne especiada. Delicada y exquisita) y Sambousek (empanadillas de carne y piñones. Quesoy las encuentra con demasiado sabor a canela pero deleitan a Karoleta. Sobre gustos...colores).
Como platos fuertes nos traen Maklouba (arroz con berenjenas y pollo. Exquisitamente especiado y con un conjunto de sabores muy bien acompasados) y Mushakkal (surtido de carnes y pollo a la brasa. El cordero está impecable, el kafta está como siempre, con su carne bien picada y bien aderezada y hecha una pasta que esta vez lejos de parar seca, está bastante jugosa y un pollo adobado que se convierte en el vencedor del plato. Todas están en un punto de hechura que las hace bien cocinadas, con el sabor a brasa que este plato requiere pero sin perder la jugosidad.
Como postres, nos traen un surtido de sus postres: el típico hojaldre con miel que esta vez viene empapado con agua de rosas, un bizcocho de chocolate (que no llevaba mucho chocolate o mejor dicho, los otros elementos se habían apoderado del sabor del cacao) y Muhalabie (natillas libanesas con frutos secos que tienen un sabor tan rotundo a agua de rosas -ya sabréis de la afición de todos los reposteros árabes al agua de rosas- y que en un primer bocado recuerda a las cremas hidratantes faciales. A Karoleta le vuelve a hacer gracia este sabor tan cosmético).
Como remate de cena Quesoy toma su sempiterno ristreto que debe explicar y, esta vez, Karoleta toma un té moruno: un delicioso té con menta.
En Valencia c/ Eolo nº 4. Tel 96 344 37 37
2 comentarios:
Restaurante para nada recomendable, fui el pasado viernes viendo vuestra review del menú degustación y no solo faltaban platos sino que encima la cantidad era mucho menor a la vuestra. Y para rematar nuestro surtido de postres era 2 pastelitos de la panaderia de al lado que para nada era libanesa. Lo dicho un desastre para nada recomendable.
Un saludo
Lamentamos que no disfrutaras de la cena.
Agradecemos tu comentario Fer porque gracias a él las personas que lean el comentario del restaurante Al Sultan, tendrán mayor información sobre el mismo.
Esperamos que nos sigas leyendo pero sobre todo, esperamos que la próxima vez que decidas ir a alguno de los locales que comentamos, tu experiencia sea parecida a la nuestra.
¡A disfrutar!
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