Nada más entrar nos encontramos con un hermoso local donde los restos de muralla han sido integrados en una arquitectura moderna, funcional y que realza mucho más la presencia de los restos,
Lleno de cristales hace que ese local, que está escavado en los cimientos del hotel que abrirá en breve (Hotel Palacio Marqués de Caro), te haga olvidar que estás en un subsuelo: tienes la sensación de levedad de acogida grata.

Nos ubican en una mesa muy bien vestida, con una distancia entre mesas impecable y con una atención de nuestros movimientos detallista pero sin notarse la presencia.
Para ello hemos andado por el lateral de la gran cava que nos hace ojear una presencia enorme de vinos franceses, alemanes, españoles... Va a ser una muy buena cena, lo presentimos.
Para ello hemos andado por el lateral de la gran cava que nos hace ojear una presencia enorme de vinos franceses, alemanes, españoles... Va a ser una muy buena cena, lo presentimos.
Para acompañar a este largo, inesperado y heterogéneo menú, nos inclinamos por un Recaredo Brut Nature del 2004: cava impecable, fácil de beber y excelente compañero de mesa.
También nos traen un pequeño entrante de steak tartar de vaca gallega: bien especiado, suave, con una carne tierna y cremosa. Delicioso.
Segundo entrante: una ensalada de salazones con verduras ligeramente encurtidas.
Un plato fantástico, fresco, lleno de sorpresas para el paladar, con verduras y frutas en un encurtido muy suave, nada molesto, y con unos salazones que se van encontrando a cada bocado. Y como bocado estelar una impresionante anchoa: esponjosa, impecablemente desbarbada, desalada de manera maestra. Impresionante.
Siguiente entrante: un huevo frito en emulsión de panceta. Buen plato que contiene todos los sabores que anuncia pero en presencia diferente a la habitual. Nos lo devoramos.
Como pescado: un bacalao con berenjena frita con salsa de soja y fondillón. El bacalao terso y rompiéndose en láminas. La berenjena con un intenso sabor a asado-ahumado. La salsa, matrimonio perfecto con la contundencia del pescado.
Como carne: lomo de vaca vieja con verduras de verano. La textura del lomo es tierna, cremosa, muy muy poco hecho (a nuestro gusto sin preguntarnos el punto de carne), sabroso. Las verduras son variadas también hay frutas e incluso orejones. Nos deleita hasta el último bocado.
Un queso valenciano de Cuatretonda, sabroso, rico rico y un queso parecido al stilton que no podemos recordar el nombre (un queso azul suave, bien curado y sabroso). Para contrastar estos quesos nos ponen una bandeja con tostadas de pan, pera (que tienen un toque como de café. Deliciosas) y unas nueces de macadamia fritas y rebozadas.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto que viene acompañado de unas láminas de pasta crujientes, con azúcar y piñones por encima. Sin hambre, pero nos las terminamos.
Una vez finalizada la cena, y pagada la cuenta, nos presentamos y Juanma (jefe de sala) tiene el detalle de enseñarnos el restaurante al completo: nos comenta la zona que van a preparar en breve como una terraza donde el sol se colará por el techo, en medio de los restos de muralla. También nos invitan a entrar en la cava. Nos comenta que Ricard Camarena no se encuentra en el local (otros compromisos) y que seguro le habría gustado saludarnos y que le comentará nuestra presencia. Lo mejor fue su deseo de que nuestra cena hubiera estado a la altura de lo esperado por nosotros. Le confesamos que si, que hemos disfrutado de una fantástica cena en un fantástico local. Todo ha contribuido a que la cena fuera eso, fantástica: la comida, el local, el servicio, las atenciones, los pequeños detalles. Perfecta cena.
1. Ingredientes reconocibles: 8
2. Saludable: 9
3. Emplatado y decoración: 10
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: si
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 9
9. Vajilla y cristalería: 10
10. Relación calidad-precio: 9
Total puntos: 73 sobre 80
En Valencia c/ Almirante nº14 Tel 963 925 566
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