

El local es sumamente pequeño, y las mesas
pequeñas y arregladas para dos comensales. Dado que no fumamos y en local, cuando llegamos, ya hay comensales fumando, conseguimos una mesa muy cerca de la entrada y bien aireada. La carta de vinos es corta pero hay desconocidos. Una vez hablado con quien nos atiende, nos inclinamos por un Ribera del Duero, Figuero del 2003. La primera botella tiene una imperfección en el corcho que quien nos atiende detecta enseguida. Karoleta prueba el vino y lo nota excepcionalmente tánico, Quesoy detecta el corcho...debe ser corcho porque nos deja la boca sin gota de saliva y con un regusto amargo, bastante desagradable. Nos indica que nos cambia la
botella sin problemas. Repetimos vino y le damos otra oportunidad. Esta vez está impecable: intenso al primer sorbo, muy aromático y con buena persistencia. Se va dulcificando a lo largo de la cena y sobre todo, porque pedimos que nos lo refresquen algo más. Para cenar, y aquí viene lo curioso de este restaurante, nos encontramos con una fusión de muchas cocinas: italiana, china, mexicana, hindú y alguna más que seguro nos olvidamos. Muy interesante. Pedimos consejo porque no sabemos si nos estamos pasando con los platos. Ajustamos y lo que cenamos es lo que sigue: Quesadillas a la parrilla (deliciosas quesadillas rellenas de verduras y queso, con un regusto mexicano delicioso, acompañadas de crema agria. Deliciosas y muy suaves pese a su pequeño toque picante), Dim Sum al vapor (las extrañas delicatessen de los chinos que hacen al vapor y que nos enteramos que son finas capas de huevo rellenas de solomillo cortado muy pequeño y
acompañado por una salsa dulce. Plato exquisito, delicado y de compleja hechura), Lamb madras (plato eminentemente hindú por el curry madras: trozos de cordero acompañado por verduras que no
llegamos a
identificar, cortadas en tacos -las hay dulces- acompañados por arroz basmati y salsa curry. ¡Fantástico!
ligeramente
picante, contundente y casi mejor el arroz y las verduras que el cordero...¡Bueno, bueno y bueno!) y Pancakes de Vietnam (finas tortillas de arroz acompañadas por varios cuencos que contienen desde salsa ligeramente picante-dulce carne en tiras con verdura cocinada en wok, lechuga morada, zanahoria y fideos chinos. Hay que componer un rollito y comerlo al instante. Plato fino, delicado y divertido ¿se puede pedir más?). No nos queremos perder los postres, así y pese a lo intenso de la cena, nos inclinamos por un brownie de frutos secos acompañado con helado de caramelo (muy bueno pero demasiado dulce para el paladar de Karoleta y con un exceso de frutos secos que apelmazan el brownie. Aún así, recomendable
, sin duda) y un Sundae de moras (un vaso con varias capas: galletas crujientes de frutos secos, queso mascarpone y un fantástico helado de moras acompañado por una salsa de arándanos. Esta salsa
y el helado suavizaban lo denso de tanto las galletas como el queso. Pese a la ausencia de chocolate, hace las delicias de Karoleta y no menos las de Quesoy. ¡Viva los buenos y originales postres!). Quesoy remata la cena con un ristreto que pide sin problemas y le traen de los ristretos más impecables que ha tomado desde que comenzamos con estas cenas de miércoles: el contenido de la taza no llega ni a media cuchara. ¡Excelente!. Como digestivos nos invitan a
unos chupitos de licores; nos dicen todos los que tienen y nos decantamos
por dos vodkas (por el recuerdo de la última cena y porque tienen muchos sabores de Ultimate) uno con sabor a chicle (dulce de entrada, de las traicioneras...no deja de ser vodka) y otra de pera (con fuerte aroma a pera, pero fuerte y alcohólica al primer trago. De las honestas). Deliciosas ambas dos. Muy de agradecer el detalle.
De las cenas más multiculturales y divertidas que hemos tomado en meses.
En Valencia, c/ Cadiz nº 42. Telf: 96 3168369











De las cenas más multiculturales y divertidas que hemos tomado en meses.
En Valencia, c/ Cadiz nº 42. Telf: 96 3168369
Ver mapa más grande
No hay comentarios:
Publicar un comentario