21 de octubre de 2015. Mosset i Canya Plaza Beatriu Civera, 1 Tf 963772079


Especialidad del local: Bar de tapas
Ambiente: De bar

Plato que no te puedes perder: patatas bravas 
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: no. El vino que elegimos, no lo tenían. Tuvimos que pedir otro vino (queríamos Martín Codax y al final fue un Venta del Puerto nº12)
1 Ingredientes reconocibles: 9
2 Saludable: 6
3 Emplatado y Decoración: 6
4 raciones generosas: 10
5 Cocina regional: no
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 8
8 Equilibrio: 5
9 Vajilla y cristalería: 7
10 Relación calidad-precio: 8
Puntuación EMT 59 sobre 80


Esta noche nos vamos al barrio de San Isidro a buscar un sencillo bar. He de reconocer que tenía mucha curiosidad por conocerlo. Había visto algunas fotos de sus platos por internet y no eran los predecibles en un bar de tapas. Pero vayamos a la cena.

Llegamos a un bar normal, bastante amplio. Hay gente en las mesas de la terraza pero decidimos cenar dentro. En su interior no hay nadie.


Nos traen la carta y también la de vinos. Nos pedimos un par de cañas de cerveza que vienen con una tapa: magras con tomate sobre una rebanada de pan crujiente(Oh!). La cerveza no es rubia, tiene un color tostado muy bonito y es muy sabrosa. En el grifo tienen la Amstel tostada.


Después de mirar la carta de vinos, nos decidimos por un blanco que al final no puede ser. Así que para nuestra cena tendremos a un viejo conocido que siempre es impecable; Venta del Puerto nº12. No está en cámara por lo que nos lo ponen dentro de una champañera con abundante hielo para que vaya bajando la temperatura. Como siempre, vino sabroso, con paso lento, goloso.

Y vamos a la cena. Me guié por los platos que había visto en fotos (además mucha de la carta son bocadillos que no vamos a pedir) y que me parecían curiosos.
Patatas bravas a su manera: buena cantidad de patatas bien cocidas y luego rebozadas y fritas (les da un toque muy crujiente) con un suave alioli. Pedimos algo picante para aderezarlas mejor. Al final nos rendimos y tenemos que despedirnos de algunas de ellas que entran en cocina no porque no nos gusten sino porque estamos viendo el tamaño de las raciones y va a ser una cena muy copiosa. Ya cuando estaba pidiendo la cena, quien nos atiende nos hace quitar un entrante porque dice que va a ser mucha comida (oh! oh! y oh!). Estas patatas son su plato estrella. Por ponerles un pero: entiendo que muchas personas no les gusta el picante, así que yo optaría por poner un pequeño bol con una salsa más picante para quien quiera la ataque.
Gambas al ajillo sobre lomo. Plato extraño pero el resultado es sorprendente: un mar y tierra en una tapa. Las gambas son de las congeladas pero con el precio de la tapa, era de esperar. Con buen toque de ajo y sobre un sabroso lomo muy bien curado que pese a que es embuchado, está delicoso. Viene con unas rebanadas de pan. Y vuelve a sorprendernos que para la hora que es y en Valencia, esté tan crujiente. Muy buen detalle.
Timbal de pulpo al graten sobre patata con pimentón de la vera. El pulpo vuelve a ser congelado, pero visto el precio, era lo esperado. Vuelve a sorprendernos el plato.
Y para rematar pedimos lo que llaman paleta de hamburguesas. Pequeñas hamburguesas aderezadas con distintas salsas y complementos (unas llevan queso, otras cebolla caramelizada, etc.) y van en unos pequeños panecillos de hamburguesa de colores (supongo que de ah el nombre paleta -de color-).
Como postre no hay mucho para elegir pero aún así tienen un brownie con helado de stracciatella que cumple con su cometido.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto mientras nos invitan a un licor peruano a base de coca. Un licor suave, poco alcohólico. A estas alturas ha venido el dueño del local (me disculpo porque no preguntamos su nombre). Un hombre vivido, con historia detrás, social y divertido.

Nos enseña otros licores, sus golosinas de vinos que tiene fuera de carta (lástima no haber estado él cuando hicimos el pedido del vino para cenar), de sus aficiones (que muchas, por ejemplo la de catas de vino, coincide con nosotros). Buena conversación que nos tiene en el local hasta bien entrada la madrugada.


Bar curioso para ir: tapas de siempre con un 'aquel'.

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