Ambiente: restaurante sin pretensiones, acogedor
Plato que no te puedes perder: Pizza marina
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: Si
1. Ingredientes reconocibles: 9
2. Saludable: 8
3. Emplatado y decoración: 6
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 8
8. Equilibrio: 7
10. Relación calidad-precio: 8
Puntuación EMT 62 sobre 80
Puntuación del grupo PIG: 3
El local lo encontramos sin dificultad. Al entrar nos encontramos con un local acogedor, agradable. Nos ofrecen sentarnos en una mesa amplia dado que no hay mucha concurrencia de comensales (aunque si, pese a ser miércoles, tienen mesas ocupadas cenando).
Nos trae la carta Iskra ('chispita' como la conocen los habituales del local. Ella tuvo otro local de cocina italiana más cerca del Parterre, local que hoy en día está cerrado. Nos atenderá durante toda la cena) y nos deja eligiendo platos.
No es lo habitual en nuestras cenas pero dado que quiero probar las pizzas que hacen (caseras, recién y con toques sicilianos -utilizar la rúcula fresca para ultimar las pizzas-) los entrantes serán menos abundantes.
El primer entrante son unas olivas sicilianas: enormes aceitunas que nos recuerdan a las elaboradas con sosa. Carnosas, ricas y que nos tomamos sin esfuerzo.
El plato de carne: ossobuco de ternera. Aunque Quesoy duda que sea un plato fresco, la carne está cremosa, suave, tierna y la salsa es impresionante. Lo acompañan con unos macarrones recién cocidos que se llenan con la salsa y están francamente buenos.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto mientras le acompaño ultimando la copa de vino tinto.