Ya en el último día de vacaciones, Karoleta aterriza en Madrid donde va a pasar un miércoles más sin Quesoy. Pero no por ello hay que quedarse sin cena especial de miércoles.
Nos vamos a un local de moda de Madrid, tan de moda que no hacen reservas por la noche y siempre está lleno. Pero queda una mesa...una mesa colocada en las escaleras del local y en banquetas altas. Viendo peligrar la estabilidad de los comensales, nos decidimos por dirigirnos a la barra y buscar un sitio. ¡Bien! lo encontramos.
De antemano me disculpo por las fotografías de los platos. El local es tremendamente cool y con poca luz; además en la barra hay una serie de cubos con luces azules de neón que aún distorsionan más los colores de los platos.
Y vamos a la cena.
Para beber tomamos copas de vino tinto rioja Melquior (nos reencontramos con un conocido en la Rioja) del 2005. Francamente bueno.
La carta está llena de nombres sugerentes. Para comenzar nos pedimos un salmorejo de la casa, que viene en vaso, y una tortilla de camarones que viene abundantemente poblada de estos y en un cucurucho de papel.
Para continuar nos pedimos lo que llaman 'el Potito': patatas pochadas con cebolla caramelizada, huevo poché y virutas de trufa. El bote viene cerrado y lo primero que hay que hacer es olerlo para apreciar y disfrutar todo el aroma de la trufa. Luego hay que coger de abajo a arriba para que todos los elementos entren en un solo bocado. Delicioso!!. Este plato no hay que perderselo, sin duda.
Como platos fuertes tomamos carne roja con sal inglesa (cubos de jugosa y sabrosa carne bien roja y perfectamente planchada) y una hamburguesa de rape (hamburguesa con presentación de cualquier franquicia de hamburguesas de las conocidas, con lechuga pero lollo, cebolla morada y una deliciosa hamburguesa de rape con abundante rape -se notaba bien su presencia- y una delicada mayonesa especiada que hacía un acompañamiento perfecto).
Como postres una tarta de limón con merengue (delicada, suave y poco dulce) y una crema de chocolate que llaman 'brutal espuma caliente de chocolate'. Pues eso, ¡brutal! cremosa, con fuerte sabor a cacao. Para grandes amantes del chocolate negro. Karoleta se rinde a mitad de postre.
Y dado el gentío del local que no para de entrar gente que viene con ganas de cenar, decidimos marcharnos a otro a tomar el café y rematar así la cena de miércoles madrileña.
Texto y fotografías: Karoleta Ballestar Ballestar
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