Ya en el último día de vacaciones, Karoleta aterriza en Madrid donde va a pasar un miércoles más sin Quesoy. Pero no por ello hay que quedarse sin cena especial de miércoles.
Nos vamos a un local de moda de Madrid, tan de moda que no hacen reservas por la noche y siempre está lleno. Pero queda una mesa...una mesa colocada en las escaleras del local y en banquetas altas. Viendo peligrar la estabilidad de los comensales, nos decidimos por dirigirnos a la barra y buscar un sitio. ¡Bien! lo encontramos.
De antemano me disculpo por las fotografías de los platos. El local es tremendamente cool y con poca luz; además en la barra hay una serie de cubos con luces azules de neón que aún distorsionan más los colores de los platos.
Y vamos a la cena.
La carta está llena de nombres sugerentes. Para comenzar nos pedimos un salmorejo de la casa, que viene en vaso, y una tortilla de camarones que viene abundantemente poblada de estos y en un cucurucho de papel.
Como platos fuertes tomamos carne roja con sal inglesa (cubos de jugosa y sabrosa carne bien roja y perfectamente planchada) y una hamburguesa de rape (hamburguesa con presentación de cualquier franquicia de hamburguesas de las conocidas, con lechuga pero lollo, cebolla morada y una deliciosa hamburguesa de rape con abundante rape -se notaba bien su presencia- y una delicada mayonesa especiada que hacía un acompañamiento perfecto).
Como postres una tarta de limón con merengue (delicada, suave y poco dulce) y una crema de chocolate que llaman 'brutal espuma caliente de chocolate'. Pues eso, ¡brutal! cremosa, con fuerte sabor a cacao. Para grandes amantes del chocolate negro. Karoleta se rinde a mitad de postre.
Y dado el gentío del local que no para de entrar gente que viene con ganas de cenar, decidimos marcharnos a otro a tomar el café y rematar así la cena de miércoles madrileña.
Texto y fotografías: Karoleta Ballestar Ballestar
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