Estamos de miércoles pero Karoleta anda de vacaciones por el norte y la casualidad hace que ese día se encuentre en San Sebastián. Antes de comenzar el viaje y al ver donde estaría ese miércoles, decidió hacer una reserva en Akelare, restaurante de Pedro Subijana para degustar su cocina.
Ahora, a tiempo pasado, creo que no hay suficientes palabras para describir lo que cenamos o si, pero sería un post interminable. La cena fue un placer para los sentidos: auditivo, visual, gustativo, olfativo... Todos ellos se sentaron a la mesa y todos ellos se levantaron de ella llenos de sensaciones.
Para llegar hasta el restaurante hay que subir al monte Igueldo. Ya las vistas comienzan a hacernos sonreír. El edificio, al pie de un acantilado. El local estético, elegante, sin ornamentos innecesarios pero todos los que hay son delicados.
Nuestra mesa ante un gran ventanal desde el que vemos el mar, el atardecer, el cielo, las nubes. El placer comienza.
Para acompañarlos y siguiendo la recomendación del somellier invitamos a nuestra mesa a Elisabet Raventós Milesime del 2005, cava delicado pero con suficiente personalidad para acompañar los platos y preparar las papilas para el siguiente. Terminaremos con dos copas de champagne rosado para acompañar los postres.
Como detalle de la casa nos viene una bandeja con productos de aseo: un gel de tomate para ponerlo en una esponja de pan. Una crema de Idiazabal, un cocktel y una bolsa con unos granitos dentro (de profundo sabor a gamba). Nos divierte. Comenzamos muy bien.
Y nombremos los platos.
El menú Aranori se compone de :
Moluscos en la Red del Pescador: juego con las formas pero el sabor de cada componente es rotundo, profundo. Un bocado de mar
Caja de Bacalao 'Desalao' con Virutas: la escenificación es ideal, bacalao como viene a los mercados, en una caja de madera, con sal y con paja. El bacalao es soberbio, la paja virutas de pasta filo. ¡Impresionante! Uno de los mejores platos de este menú.
Cordero a la Brasa con Posos de vino. Ya no me quedan adjetivos. Aquí, y ya hacía rato, la sonrisa, el deleite, el placer, hacía rato que no nos abandonaban. Carne sabrosa, tierna. Los posos de vino, deliciosos. El plato, una obra de arte, como todos los anteriores.
Otra tarta de manzana. No se ve la presencia de la manzana pero tiene más sabor que ninguna otra tarta de manzana que haya probado.
El menú Bekarki se compone de:
Navaja con Pata de ternera. Nos indican que se debe de comer a la par la navaja y el tendón de ternera. El producto mucho mejor que sus partes. Aquí la suma no es simple: dos y dos hacen seis.
Mosaico de Pochas en ensalada. Plato estético, colorista y divertido.
Cochinillo asado con 'Bolao' de tomate y emulsión de Ibérico. plato que se debe tomar en tiempos: primero junto al bolao de tomate, luego junto a la emulsión de ibérico, para terminar juntando los tres elementos del plato. Delicioso.
Cerezas del Jerte y Albaricoque, al Kirsch, Piedras de Vainilla. Cerezas deshuesadas y rellenas de albaricoque con una presencia de 'intactas' sobre un lecho de esferas de vainilla. Refrescante.
Sólo puedo decir: ¡soberbio!
Por si no fuera suficiente, acompañando a los cafés nos traen un cuenco envuelto en una 'telecilla' que hay que romper descubriendo unos bombones de chocolate...
Fin de una cena que tardaremos en olvidar mucho.
Texto y fotografías: Karoleta Ballestar Ballestar
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