28 de enero de 2009. Estancia La Española

Esta noche acudimos a un asador argentino en el barrio de Campanar. Este restaurante es una recomendación de el 'hacedor' de camisetas (http://www.samarretak.com/). Gracias Miquel.
Nada más entrar nos llama la atención la distribución de las mesas en varias alturas lo que hace que el local sea muy agradable y las mesas, pese a haber muchas, consiguen tener una sensación de bastante intimidad.
Nos traen las cartas, incluida la de vino. Vemos primero la de los vinos: bastantes entradas, por DO pero dado que estamos en un asador argentino nos vamos a buscar un malbec. El primero que pedimos ya nos informan que no les queda. Buscamos uno que haya dormido unos meses en barrica de roble francés para que se amanse algo el vino. Con el segundo tenemos suerte Trumpeter del 2005, un malbec que viene a buena temperatura y que resulta un tanto intratable al primer sorbo pero que según pasa la cena se amansa. Nos informan que sólo queda esa botella. Esperamos no necesitar más.
Para cenar nos inclinamos por hacer una cena típica de un asador. Nos llama la atención que la carta contenga fotos de los platos. Nos decidimos por: Matambre relleno acompañado de ensaladilla rusa (el matambre viene poco relleno y pierde la gracia del sabor que aporta el relleno a la carne que lo envuelve), queso provolone (delicioso, como siempre, aunque viene un poco pasado de plancha) y empanadillas criollas: de carne, pollo con queso y jamón, queso y piña (como siempre las empanadillas están ricas). Como platos fuertes nos decidimos por un bife criollo (excepcional carne, plancha al punto solicitado y tierna, muy tierna. Por decir un pero, la carne tenía excesivo sabor de vaca) y un vacío a la parrilla (carne que que se elabora durante 2 horas a fuego muy lento. Preguntamos de qué zona es y nos informan que es la cadera. Está sabrosa y muy tierna. Un bocado extraño pero que termina por gustarnos más que el bife). Ambos platos vienen acompañados de patatas fritas cuando en las fotos también venían acompañados de verduras a la plancha (¿será la crisis? como ayer entramos en recesión...).
Como postre, y seguimos con los tópicos, pedimos un mil hojas relleno de dulce de leche (que nos peleamos con el azúcar glas y nos terminamos jugando) y una copa de helado de chocolate y de dulce de leche que no es de destacar.
Quesoy remata la cena con su consabido ristretto que viene acompañado de unos chupitos de licor argentino (como un herbero)
Nos hemos dado tremenda cena para compensar los miércoles que no hemos tenido cena de miércoles.

1. Ingredientes reconocibles: 9
2. Saludable: 6
3. Emplatado y decoración: 3
4. Raciones generosas: 8
5. Cocina regional: Si
6. Tecnología punta: No
7. Sabroso: 6
8. Equilibrio: 4
9. Vajilla y cristalería: 5
10. Relación calidad-precio: 8
Puntuación total: 49 sobre 80

(Si quieres saber más sobre en qué nos basamos para puntuar nuestro decálogo, pincha aquí)

Dado que existen hasta menús infantiles y es bastante grande y con una buena separación entre la sección de fumadores y no fumadores (con puerta de cristales de por medio) se convierte en una buena opción para cenas familiares y de grupo.

En Valencia c/ Valle de la Ballestera nº 9 Tel 963 408 544

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