Especialidad del local: Bar de tapas
Ambiente: De bar
Plato que no te puedes perder: patatas bravas
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: no. El vino que elegimos, no lo tenían. Tuvimos que pedir otro vino (queríamos Martín Codax y al final fue un Venta del Puerto nº12)
1 Ingredientes reconocibles: 9
2 Saludable: 6
3 Emplatado y Decoración: 6
4 raciones generosas: 10
5 Cocina regional: no
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 8
8 Equilibrio: 5
8 Equilibrio: 5
9 Vajilla y cristalería: 7
10 Relación calidad-precio: 8
Puntuación EMT 59 sobre 80
Llegamos a un bar normal, bastante amplio. Hay gente en las mesas de la terraza pero decidimos cenar dentro. En su interior no hay nadie.
Nos traen la carta y también la de vinos. Nos pedimos un par de cañas de cerveza que vienen con una tapa: magras con tomate sobre una rebanada de pan crujiente(Oh!). La cerveza no es rubia, tiene un color tostado muy bonito y es muy sabrosa. En el grifo tienen la Amstel tostada.
Patatas bravas a su manera: buena cantidad de patatas bien cocidas y luego rebozadas y fritas (les da un toque muy crujiente) con un suave alioli. Pedimos algo picante para aderezarlas mejor. Al final nos rendimos y tenemos que despedirnos de algunas de ellas que entran en cocina no porque no nos gusten sino porque estamos viendo el tamaño de las raciones y va a ser una cena muy copiosa. Ya cuando estaba pidiendo la cena, quien nos atiende nos hace quitar un entrante porque dice que va a ser mucha comida (oh! oh! y oh!). Estas patatas son su plato estrella. Por ponerles un pero: entiendo que muchas personas no les gusta el picante, así que yo optaría por poner un pequeño bol con una salsa más picante para quien quiera la ataque.
Gambas al ajillo sobre lomo. Plato extraño pero el resultado es sorprendente: un mar y tierra en una tapa. Las gambas son de las congeladas pero con el precio de la tapa, era de esperar. Con buen toque de ajo y sobre un sabroso lomo muy bien curado que pese a que es embuchado, está delicoso. Viene con unas rebanadas de pan. Y vuelve a sorprendernos que para la hora que es y en Valencia, esté tan crujiente. Muy buen detalle.
Como postre no hay mucho para elegir pero aún así tienen un brownie con helado de stracciatella que cumple con su cometido.
Bar curioso para ir: tapas de siempre con un 'aquel'.