
Plato que no te puedes perder: lomo de pescadilla al pil pil con encurtidos.
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: pedimos menú de degustación La Embajada
1 Ingredientes reconocibles: 8
2 Saludable: 9
3 Emplatado y Decoración: 9
4 raciones generosas: 9
5 Cocina regional: No
6 Tecnología punta: si
7 Sabroso: 9
8 Equilibrio: 9
9 Vajilla y cristalería: 9
10 Relación calidad-precio: 9
Puntuación EMT 71 sobre 80
Puntuación PIG 4

Su chef, Nazario Cano es uno de los grandes de nuestra ciudad: creativo, sorprendente, respetando el producto, con platos divertidos y sabrosos. Pero vayamos a lo importante.


Pese a que hoy también hay varias celebraciones de grupo, al estar en los salones del fondo, ni nos enteramos. Nos ponen en una mesa bien vestida, impecable aunque no es ninguna de las que tienen en los miradores (no os olvidéis, cuando reservéis, pedir una de esas dos mesas. Mesas de dos o tres comensales, íntimas, con unas vistas deliciosas sobre la plaza) pedimos una con mejor luz y nos cambian a una cerca de los ventanales.



Crujiente de lechuga con velo de tocino ibérico y caramelo, bocado fresco y sorprendente por los matices que aunque suenen a poca sintonía, producen una buena obra en conjunto.





Gazpacho de sepia con torta. Como todos los anteriores platos sabroso, impecable en texturas y sorprendente en boca.
Cierva con ostra con yogur de anguila ahumada al estilo thai. De nuevo sin palabras. Nos hace ronronear de placer.



Quesoy remata la cena con su consabido ristreto que viene impecable (de hecho es la primera vez que le preguntan si desea un ristreto) mientras yo apuro mi copa de vino.


