9 de abril de 2014. El Aprendiz. Av. Primado Reig 153 Tf: 646889436

Especialidad del local: cocina creativa
Ambiente: Informal

1. Ingredientes reconocibles: 8
2. Saludable: 7
3. Emplatado y decoración: 7
4. Raciones generosas: 7
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 8
8. Equilibrio: 8
9. Vajilla y cristalería: 8
10. Relación calidad-precio: 8
Puntuación EMT 61 sobre 80
Puntuación  PIG:3

 Hoy nos vamos a Benimaclet a buscar un local que lleva poco tiempo abierto. Al entrar vemos banquetas altas, mesas adecuadas, como bancos corridos (mesas comunitarias) y una pequeña terraza en la parte de atrás. Es un local informal, no apto para gente comodona. 
Nos dejan que busquemos donde queremos sentarnos y elegimos sentarnos de cara a la calle. Nos comentan el cambio de carta y que esta noche sólo ponen un menú de tapas. Nos lo cantan y decidimos quedarnos.
Como vino, la carta es corta, algunos conocidos. Nos inclinamos por Picardo del 2010: un rioja elaborado con tempranillo y garnacha. Sale como un miura: tremendo, potente, impertinente. Necesita que lo dejemos abierto un rato para que se domestique. Nos proponen que si no es de nuestro agrado, nos lo cambian. Rechazamos la oferta (buen detalle).
Y vamos a nuestra cena. 
Ensaladilla rusa: como buen cocinero que ha aprendido junto a Vicente Patiño (y educado en el Gastrónomo), volvemos a encontrar un ensaladilla de sobresaliente. Deliciosa.
Patatas bravas: las encontramos algo saladas y para Quesoy demasiado picantes (claro, para mi perfectas). No tenían nada de particular.
Steak tartar: dado que era una tapa, es pequeño para nuestro gusto (hubiéramos comido más y más). Carne bien marinada. Buena tapa.
Sashimi de lubina: pescado perfectamente maridado y con una crujiente cebolla morada. Nos gusta.
Deliciosa brascada: ternera a la plancha (muy poco hecha, como la pedimos), aros de cebolla rebozados y jamón serrano (puesto crujiente). Nos gusta, nos gusta, nos gusta.
 Le pedimos si tiene algo de orza y nos comenta que no llega ni a una tapa pero que intentará ponernos un platito para que lo probemos: unas láminas de un lomo tierno y sabroso sobre unas cuñas de queso curado. Nada más por este lomo, hay que ir. Impresionante.
Como postre pedimos una tarta de chocolate blanco y otra de chocolate negro con helado: correctillas.
Quesoy, y sin que sirve de precedente, no termina la cena con su consabido ristreto. Es lo que tienen las banquetas altas...

No hay comentarios: