14 de abril de 2010. El Cafetí


Hemos pensado, viendo la que cae, salir de vez en cuando, a la busca de locales de bajo presupuesto donde por algún motivo valga la pena acudir a cenar. Así encontramos locales, bares, tascas, con un precio, vino incluido, por debajo de los 20 euros "per capita" que como "el cafetí" ha conseguido satisfacer nuestras expectativas.
Y en esta búsqueda encontramos un local recomendación de Mila (gracias por ello). Nos adentramos por las calles del barrio de Torrefiel, localizamos pronto el local, pero la zona tiene un pésimo aparcamiento por lo que damos vueltas y vueltas hasta que felizmente abandonamos el coche en buen estacionamiento y nos disponemos a averiguar qué tiene de especial.
Nada más llegar, la decoración típica de bar con muchas botellitas de muestra de licores por la pared, los grandes calderos de cobre colgados de las paredes, las neveras de helados y los cajones de refrescos no da pistas de lo que se puede comer alli.
Nos atiende su dueño de inmediato. Nos sentamos en una mesa de  madera, de las de jardin, pero en el interior del local, porque la noche es bien fresca (este bar tiene un agradable terraza junto al parque por lo  que debe ser un fantástico sitio para las noches, tardes y mañanas de mejor temperatura). Además en la terraza se encuentran un grupo de parroquianos disfrutando con el partido de fútbol que se televisa esta noche, eso si, arropados con las pequeñas mantas que facilita el propio local.
Bueno, sigamos con lo nuestro. Nos cantan la carta, nos hablan de que tienen un vino turbio y un tinto "de la casa", y tambien un riojita, nos decantamos por el turbio (ya lo había comentado Mila) ya que nos aseguran que es el que mejor juega con las tapas que tienen. Nos ofrecen sepia, calamares, puntillas, pulpo a feira (este cae), embutido de Teruel, verdurita a la plancha y una bandeja especial que lleva verdura a la plancha, carne asada y queso mozzarella (no hay que olvidar que quien atiende los fogones viene de Argentina. De ahí sus mezclas 'italianizadas'). Esta también cae.
Para acompañar la cena tenemos claro que va a ser vino turbio: vino que viene sin etiquetar, bien fresco, al igual que las tazas de ribeiro "congeladas" que nos ponen para su degustación, el vino cumple su misión, ponernos contentos, casisin que nos percatemos de ello.
Con lo oido pedimos el pulpo: tierno pulpo con pimentón (aunque algún trozo, pocos, la verdad, están un poco tirantes). Viene acompañado de un fantástico pan de hogaza "tostado" que nos ayuda a dar buena cuenta del aceite, del pimentón y del jugo del pulpo.
Como plato fuerte pedimos esa bandeja especial,  una idea ocurrente donde los sabores de la alcachofa junto al queso y al majado de ajo que le ponen está francamente bueno. Plato que puede subir facilmente de nota con una carne más gruesa y tierna (entrecot), es decir, muy poco hecha. Aún así devoramos el plato, en el que sigue destacando ese pan delicioso.
Casi estamos ahítos, pero como solemos hacer en estas cenas, preguntamos qué más podríamos cenar, y que sorpresa, además de repetirnos las tapas, nos hablan de un ciervo guisado. ¿Cómo no haberlo sabido antes? A por él. Nos traen una ración de un tierno ciervo, bien cocinado con una salsa deliciosa que nos hace repetir cesta de pan. Nos encanta este plato, que nos deja sin remisión encarados hacia el postre.
Como postre nos ofrecen frutas o  helados industriales, no hay dulces (no les han traido la tarta de Santiago que suele ser un postre habitual de la casa). En cuanto a las frutas nos llama la atención una enorme papaya, y nos advierten los clientes que el dueño es un buen catador de esta fruta. Así que no hay dudas, papaya para terminar. Para nosotros, está algo sobremadurada pero cumple con la tarea de limpiar las papilas y la cena.
Mientras cenabamos vemos como van sirviendo a otros clientes del local y observamos con deleite como hacen los 'cremaets' (carajillo quemado) y una tetera de té moruno bien preparado y enfriado al estilo del norte de africa. Así que para rematar la cena Karoleta se pide un té moruno (comenta el dueño que vivió mucho años cerca de Ceuta, de ahí su buen hacer con el té) y Quesoy un cremaet que sirven por separado café y coñac quemado para que agregue la cantidad deseada. Buen detalle.
1. Ingredientes reconocibles: 10
2. Saludable: 8
3. Emplatado y decoración: 4
4. Raciones generosas: 8
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 7
8. Equilibrio: 6
9. Vajilla y cristalería: 5
10. Relación calidad-precio: 9
Total puntos: 57 sobre 80
Precio bajo contando el vino


En Valencia, Obispo Laguarda, 10 (esquina calle Alcañiz) tel. 625 414 212

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