1 de octubre de 2008. Pub Office

Esta noche volvemos al barrio de Ruzafa a celebrar una de nuestras cenas de miércoles.

En este local hemos estado varias veces pero tomando un vino y, sobre todo, realizando la exposición de elmiercolestoca el 3 de julio de este año. Así que es un local al que le tenemos cariño pero hemos ido siguiendo nuestro modus operandi, es decir, sin avisar de nuestras intenciones lo que ha hecho que el dueño del local, Luis, ni estuviera ¡bien!.
Pero antes de continuar con nuestra cena, queremos comentar que Pilar Ridaura, dueña de la Taberna El Encuentro nos ha escrito para comentarnos una novedad en su local: a petición de los clientes han instalado conexión wifi en todo el local. Aunque comenta no estar muy de acuerdo con comer y trabajar, es una demanda bastante habitual en estos tiempos, sobre todo, entre semana. También nos comenta estar manteniendo la calidad de su materia prima, cosa harto dificil en la época que vivimos. Gracias por tenernos al día.
Y sigamos con nuestra cena. Llegamos al local, y quienes estuvisteis en la exposición poco debemos deciros. Para los que no estuvisteis, el local es pequeño, lleno de luz, con un fondo con plantas que lo convierte en una zona muy agradable.
Nos situamos en una mesa con sillas porque Karoleta no le apetece estar en uno de los sillones. Leemos detenidamente la carta. Son entrantes fríos: tablas, ensaladas y platos de picar. Con la bebida no tenemos problema: estamos en una época de crisis y han decidido que quien cene en el local, el cava corre por cuenta de la casa. Así que nos sumamos a la oferta. Emile, quien amablemente nos atiende, nos trae una botella de Dominio de la Vega, brut, dentro de una cubitera con hielo y perfectamente enfriada. Si que trae dos copas pompadour, de la forma antigua, que ya hace años que se descartan como las copas para tomar champagne. Hace las delicias de Karoleta, porque le encantan, pero no así a Quesoy que prefiere las actuales. Mientras esperamos lo pedido para cenar, nos traen un generoso cuenco lleno de deliciosas aceitunas partidas, de las que Quesoy da buena cuenta.
Como cena nos decidimos por: una tabla de salazones (el salazón es la mojama porque todo lo demás son mariscos en conserva: mejillones, berberechos, machas. También hay unos boquerones realmente deliciosos y unos trozos de ventresca muy sabrosa. Y algo de pulpo. Una tabla contundente con mezcla de sabores), una tabla de ibéricos (un buen salchichón, chorizo, longaniza de varios tipos, queso curado, unos trocitos de paté y un jamón muy respetable de sabor), unas anchoas con pimiento morrón (que pese a ser anchoas en conserva, están en un excelente punto de salazón y con una textura muy esponjosa. Buenas de verdad) y queso camembert con confitura de frambuesa (cual no será nuestra sorpresa cuando lo vemos entero. Por lo que pasará a ser nuestro postre porque terminamos verdaderamente ahítos con él. Eso si, viene ligeramente atemperado por lo que está mucho más cremoso de lo que suele y con un sabor más intenso debido a esto mismo). Y con él llegamos al final de la cena, a duras penas, sin atrevernos a pedir un postre de los que hemos leído... Karoleta se queda con el deseo, que no las ganas, de probar la tarta de chocolate con café. Otro día será.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto, el cual se toma tan rápido que no le da ni tiempo de fotografiarlo. Ains!. Karoleta le acompaña con un vaquerito de Jack Daniel's.

En Valencia C/ Cádiz nº47 Tel 627 515 045

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