Nos adentramos por el antiguo barrio valenciano de las tascas (zona calle Mar-Gobernador Viejo, de Valencia), hoy ya con un aspecto desconocido para los que
frecuentábamos en los 70 y 80 estos locales. Muchos de ellos no han sobrevivido. El local escogido es
también sugerencia de una de las seguidoras del blog (muchas gracias
Sandra). Llegamos a un local
recién estrenado, de bonita hechura manteniendo un delicado equilibrio entre lo
minimalista-moderno y lo acogedor de cualquier restaurante francés.
Al entrar, nos encontramos con un fantástico armario transparente lleno de
champagnes y vinos franceses donde se puede observar las lindezas de su bodega. Han realizado dos espacios diferenciados entre
.jpg)
fumadores y no fumadores y en su separación encontramos una pequeña barra, la cocina y al otro lado, otro armario
transparente, este lleno de todos los vinos que, además de los
franceses, van a decorar su extensa carta de vinos.
Debemos comentar que los dueños de este local, al igual que su cocina, son
auténticamente franceses,
mr.
Jean Marie y
mme.
Simon Edoward, y su castellano es terrible. Aunque
Simon entiende y se explica bastante bien,
Jean se expresa
pefectamente pero sólo en francés...así que
tenéis que realizar la comanda hablando despacito y con paciencia, recalcando bien lo que se pide y
así poder transmitirlo a
Simon, quien se mostrará siempre dispuesta a rescataros.
Después de releer la carta de platos y de vinos,
Quesoy se inspira en el magnifico ambiente francés que ha conseguido el local y se decide por un
champagne premiere cru (
première classe)
Demoiselle milesime 2000 (selección de una
sola añada, que se hace cuando esta es excelente). Llega a nuestra mesa, perfectamente enfriado y zambullido en una
champañera. Presenta un color oro viejo por la añada,
.jpg)
lo que anticipa un
fantástico sabor suave y tranquilo habiendo perdido esa estridencia que caracteriza al vino mas joven. Es un impecable compañero de cena. Se nos regala con un aperitivo casero de
hojaldre especiado con sésamo y queso que devoramos esperando los platos seleccionados que son: como entrantes, primero, una ensalada loca que inicialmente nos dijeron que llevaba
salmón y langostinos, sin embargo vino otra de queso y
jamón, la aceptamos, que remedio,
después de comprobar que
también era muy apetecible, con buenos productos, entre ellos un excelente jamón ibérico y
.jpg)
unos
montaditos de queso de cabra
gratinados que nos hacen relamernos, y un segundo entrante de dos generosos medallones de
foie de
maison, caseros, que se diferenciaban por su elaboración. Al primero por la izquierda en la foto, se le detectaba un agradable sabor a
armagnac y el otro realizado con vino, ambos exquisitos, aunque en este segundo,
Karoleta le parecía que tenía un punto subido de sal (nada de importancia) En ambos
casos iban cubiertos
de una generosa
gelee realizada con el caldo de la cocción y dos higos caramelizados. Como plato fuerte nos decantamos por un
chuletón de ternera para dos personas que puede venir con salsas y dado que no hicimos mención de ninguna, se nos sorprendió al aparecer acompañado de las dos, en sus correspondientes
salseras: una de
roquefort, suave y deliciosa, y otra a la pimienta,
.jpg)
impecable y exquisita. También un tarro de mostaza de
dijon para los no salseros. Este plato venía con el
chuletón ya
fileteado fino
.jpg)
(hecho en su punto, nuestro punto, crudo por dentro y buena plancha en superficie), bien
especiado con pimienta y hierbas y acompañado por patatas fritas (de buen sabor y
crujientes), un delicioso tomate asado (coronado con una mezcla de ajo, cebollino, sal y pan rallado) y un impresionante pastel de verduras (de muchos trozos
.jpg)
de diferentes verduras y
gratinado con un delicioso queso). Ante la visión y el aroma que desprendía este plato, ya nuestros ojos se habían volteado y asomaban las consabidas lágrimas. Como postre, pedimos algo de chocolate
noir...y nos trajeron una
mousse de chocolate casi negro (
Karoleta vuelve a protestar por lo
bajito lo poco que se utiliza el chocolate negro en los postres aunque reconoce que este postre está de escándalo) enorme, esponjosa, con un sabor contundente que nos deja la mar de felices. .
Quesoy terminó la cena con el
expresso de las cenas de los
miércoles.
En Valencia, c/ Poeta Liern, nº 27. Telf 96 3942970