Retomamos las cenas de los miércoles una vez finalizado el mes veraniego por excelencia, agosto.
Vamos al distrito de L'Eixample, al barrio de Gran Vía a buscar un local recomendado por dos amigas: gracias Virginia, gracias Merce. Es un local que ya lleva tiempo abierto pero que ha cambiado de dueño hace tres meses.
Como ocurre muchos miércoles, nos encontramos con un local vacío. Nos ubican en una buena mesa, amplia y bien iluminada. Las mesas tienen una correcta separación y están impecablemente vestidas.
Quien nos atiende, Pilar, nos indica que muchos vinos no están en carta porque están modificando la misma. Nos invita a entrar en la cava y elegir alguno de los vinos no escritos en la carta. Entramos y revisamos. Encontramos varios de nuestro agrado. Comenzamos con un Marqués de Haro del 2005 un vino de la Rioja Alta que es una 'joyita' que tienen a un precio tremendamente barato (para lo que se encuentra en tienda) igual porque quieren vaciar la cava.
La pena es que sale con corcho (ha sufrido mucho) y sin más problema nos invita a elegir otro de sus vinos. Esta vez elegimos un Mauro del 2006, un Ribera del Duero impecable que sale aromático, cremoso, muy goloso y amable de beber.
Nos encanta. Sólo pedimos que nos lo refresque algo más. El precio de los vinos es muy ajustado. Buena medida para invitarnos a elegir buenos vinos a mejores precios.Una vez más, Pilar nos guía por la carta de platos para que no tuvieramos dudas de su contenido y su presencia en cocina. Casi todos los platos están presentes. Con toda la información nos decidimos por, como entrantes, unas croquetas del chef que esta noche están rellenas de pato y foie.
Cremosas pero que echamos de menos más contundencia en el sabor del foie. Unos saquitos de morcilla con habitas y con coulis de tomate: saquitos de pasta filo rellena de buena morcilla bien especiada, con habitas baby y decorado el plato con tomate bien dulzón.
Una mezcla bien resuelta. Salteado de sepia con boletus: chipironcitos en su tinta con setas, unas setas sabrosas que nos recuerdan el ahumado (¿de su cocción? ¿de la sal utilizada?). Buen plato.
Como plato principal pedimos cochinillo con manzana al Armagnac: una forma diferente (y deliciosa) de tomar el típico cochinillo. Un plato dulce, con un cochinillo tierno, tierno. Nos gusta.
Al principio de la cena Quesoy pregunta (porque lo ve en carta formando parte de una ensalada) si tienen el queso Torta de Casar.
Si tienen así que deciden montar un postre para matar el 'deseo' de Quesoy: nos ponen media torta de casar calentada acompañada de pan tostada, frutos secos, membrillo, frutas de la pasión, fresas y uvas (que solicitan a un local cercano porque Karoleta le comenta a Pilar que es la fruta que mejor le sienta a dicho queso). ¿Resultado? ¡¡Impresionante!! un festival de sabores. Seguimos pensando que la uva blanca y el queso son el matrimonio más feliz de la noche. Una vez más Pilar se mueve y resuelve para que nuestra cena sea lo deseado.
Para acompañar el postre y dado que nuestro vino ya escasea, nos propone tomar un moscatel o algún vino dulce. Karoleta le comenta su poco gusto por estos vinos así que Pilar nos propone un gintonic preparado por ella. Quesoy se apunta a la copa de gintonic.
Nos traen dos gintonic bien preparados con limón utilizando ginebra Hendrick's. Está delicioso y el limón muy matizado. Le preguntamos el secreto y no tiene reparos en confesarnos que utiliza unas gotas de sacarina para matar la acidez del limón. ¡Fantástico! Por cierto, es detalle de la casa. Buen detalle.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto.
1. Ingredientes reconocibles: 9
2. Saludable: 9
3. Emplatado y decoración: 8
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 8
9. Vajilla y cristalería: 9
10. Relación calidad-precio: 9
Total puntos: 69 sobre 80
En Valencia c/ Conde Altea nº 34 Tel 963 953 696
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