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28 de mayo de 2008. Office y Gregal

Antes de buscar nuestro restaurante, nos dirigimos al barrio de Ruzafa a un pub, Office, en plena calle Cádiz, 47. Un local de ambiente minimalista, con grandes paredes blancas y diáfanas, un agradable espacio interior con su tresillo, para que te sientas como en casa y una grata sorpresa: además de la socorrida cerveza y de las copas y cócteles habituales de otros pubs, ¡tienen vino por copas!, y siempre con uno de ellos en oferta, a buen precio. Visto lo cual, nos acomodamos en unas modernas banquetas y nos pedimos unas copas de Syrah de Jesús Díaz del 2006 Vino tinto D.O. Madrid. Aromático, con notas alcohólicas de haber dormido en una barrica no nueva y donde hubieran trajinado un licor. De buen pase por boca y menos alcohólico al tomarlo que al olerlo. Lo acompañamos con un generoso bol de 'cacaos'.
Para esta cena nos encaminamos al barrio del Carmen. Buscamos un restaurante que nos han aconsejado para nuestras cenas de miércoles (gracias Isabel).
Después de no encontrar la calle y darnos un paseo corto por la calle Serranos, y tras una llamada al local para que nos indiquen, llegamos a nuestro destino.
El local es un espacio con decoración moderna, en rojos, negros y blancos pero con mesas grandes y bien vestidas y un buen espacio entre ellas. Hay dos ambientes. Para acceder a ellos hay que subir o bajar un pequeño tramo de escaleras. El de arriba que es una zona más de bebidas con banquetas altas y una barra donde tomar algo mientras se espera o una vez terminada la cena. El de abajo, corresponde al restaurante, nuestro destino. Nos acomodan y traen las cartas. Este restaurante se define a sí mismo como una cocina mediterránea creativa...y según vamos leyendo, estamos de acuerdo, muy de acuerdo.
La carta de vinos tiene muchos conocidos pero ¡olé! muchos desconocidos. Nos seguimos sintiendo aventureros y una vez más, y después de ver la botella (el verla siempre es para ver si se han esmerado en el diseño de la misma y en el de la etiqueta...esto siempre dice algo de las ganas del bodeguero) nos encariñamos por el nombre y botella de un vino de las Tierras de Toledo, vino por lo tanto de las Tierras de Castilla: Casalobos del 2004 (vino que al escribir este blog, nos enteramos que es un vino elaborado por la sociedad montada por algunos de los componentes de la quinta del Buitre. Si, como lo leéis, es un vino elaborado por ¡¡jugadores del Real Madrid!!. ¡Dios mio, cómo está el patio!). Bueno...sigamos. Este vino llega como un miura, fuerte, rotundo en boca, pero con unos aromas que nos hacen presentir que será un excelente acompañante de esta cena, eso si, Quesoy pide que nos lo decanten. Viene a temperatura impecable. Para comenzar, viene un detalle de la casa: una pequeña copa con espuma de melón y crujiente de jamón. ¡Delicioso!
Como platos, y pese a que tienen platos fuera de carta, nos decidimos por: una ensalada tibia de calamarcitos y langostinos con una vinagreta de pimentón y ajo (¡fantástica! pese a que no somos muy aficionados a las ensaladas las cenas de los miércoles, esta nos convence. Deliciosa, con unos calamarcitos en anillas tiernos y sabrosos), un revuelto de hongos con foie de pato y vinagreta de trufa (un delicioso revuelto con generosa cantidad de hongos y foie que hacían de un plato simple, un excelente revuelto. Decorado con un crujiente de yuca). Como plato fuerte nos inclinamos, porque era más fácil de compartir que la paletilla de cordero que le había entrado por el ojo a Karoleta, por un solomillo con reducción de PX y pimiento de piquillo relleno de carne (un delicioso y tierno solomillo de hechura perfecta y deliciosa salsa de PX. El pimiento de piquillo estaba y se merecía un comentario en solitario... ¡extraordinario!. Casi se merecía que compusieran un plato con él siendo el protagonista). Como postres nos decidimos por dos que tienen fuera de carta: un exquisito tiramisú con generosa proporción de mascarpone (delicioso y poco dulce pese a los ingredientes del tiramisú) y una mousse de chocolate que ante la petición de Karoleta de un postre de chocolate negro, le sirven con un extra de chocolate fundido negro, bien amargo (¡¡¡qué bueno, qué postre, qué negro!!!. Delicioso. Hay que pedirlo con el extra de chocolate. Rebañamos el plato hasta terminar con el chocolate)
Quesoy remata la cena con el consabido ristreto que debe explicar y es traducido por un expresso.
Deliciosa cena.

En Valencia, c/ Los Borja nº3 Tel 96 3925899