23 de septiembre de 2015. 2 Estaciones c/ Pintor Salvador Abril, 28 Tf 963034670

Especialidad del local: Cocina de mercado, creativa
Ambiente: restaurante informal
Plato que no te puedes perder: Sepia, repollo y molleja de ternera
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: no pedimos, tomamos un menú de degustación
 
1 Ingredientes reconocibles: 8
2 Saludable: 9
3 Emplatado y Decoración: 9
4 raciones generosas: 8
5 Cocina regional: no
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 9
8 Equilibrio: 9
9 Vajilla y cristalería: 9
10 Relación calidad-precio: 9
Puntuación EMT 7sobre 80


Esta noche vamos a cenar a un local que ha abierto apenas hace unas semanas. Es el local de Iago Castrillón (que esta noche no está en la cocina) y Alberto Alonso que hoy se hace responsable de todo lo que saldrá de los fogones. Ambos discípulos de Ricard Camarena por lo que vamos con muchas y altas expectativas.
El local no es muy grande y anteriormente estuvo ocupado por otro local en el que también hicimos una cena de miércoles. Pero vamos al presente. Teníamos reserva y nos conducen a nuestra mesa. Es miércoles pero a lo largo de la cena se llenarán todas las mesas. Buen comienzo.
Ojeamos apenas la carta y nos decidimos por un menú de degustación. Como compañero de mesa pedimos El Barco del Corneta del 2013, un verdejo de la D. O. Rueda de la zona de Castilla y León, un blanco sabroso, con una muy buena acidez que va a acompañar muy bien los primeros platos de nuestro menú. 
Para saber esto, le hemos preguntado a Laura, quien nos atenderá durante toda la cena y que nos adentrará en otros vinos para acompañar ciertos platos. Pero no nos adelantemos. 
Algo a resaltar: hacía tiempo que no encontrábamos un servicio de vinos como el que nos ofrece Laura. Abre la botella, olfatea el corcho y, luego nos lo explica, detecta algo que no tiene muy claro que el vino esté en óptimas condiciones por lo que ser sirve un pequeño trago: lo huele, lo mueve y lo cata. Una vez comprobado que el  vino está correcto, pasa a servirnos. 
Un pero: no estaba a la temperatura que nos hubiera gustado. Se resuelve con una champañera.
Y vamos a la cena.
Como aperitivo nos traen un boquerón en vinagre con patatas fritas. Para ir haciendo boca.
Papa arrugá con mojo picón. Pequeña patatita bien cocida con un mojo bien picante. Buen bocado.
Crema de quisquillas. Plato que viene en dos tiempos. Primero vamos a comer-chupar las cabezas de las quisquillas y luego nos traen un caldo que juntamos con la crema que tenemos en el plato, formando una crema ligera de textura pero potente de sabor. Rico.
Sepia, repollo y molleja de ternera. Trozos de sepia bien hecha a la plancha, con láminas de repollo y un trozo muy crujiente de molleja de ternera y todo esto sobre una potente salsa de tinta de calamar. Plato estrella de la noche. Nos quedamos con ganas de más y más.
Al principio de la cena nos han traído un cesto con pan. Al entrar hemos visto dos hogazas de pan (impresionantes) sobre el mostrador. De ellas van cortando buenas rebanadas que luego trocean. Está tan bueno, pero tan bueno, que le comentamos a Laura lo delicioso que está. Preguntamos si lo compran en alguna tahona de la zona (las hay muy buenas) y para nuestra sorpresa nos dice que lo hace ellos: todos los días elaboran sus hogazas de pan. ¡Bravo! y tremendo trabajo pero vale la pena.
Pochas con sardinas y papada ibérica. Buenas pochas en un caldo de papada muy sabroso y unos trozos de sardinas que le van como anillo al dedo.
Llegamos al plato de pescado y nos hemos quedado sin vino. Como también falta el plato de carne y el postre, nos decidimos por un vino tinto de Ribera del Duero, Valdehermoso del 2013, un tinto joven muy aromático y fácil de beber. 
Merluza sobre patata machacada y tiras de pimiento verde. No soy muy amante de la merluza pero reconozco que el plato estaba delicioso. 
Cordero con cogollo. Este es el plato de carne. El cordero tierno, sabroso, con una piel crujiente. Soberbio. Laura nos anima a maridarlo con un amontillado Gran Barquero. Un amontillado de Córdoba que para nuestra sorpresa y alegría de nuestro paladar, hace una conjunción suprema con el cordero. Nos hace suspirar.
Postre primero: aguacate, chocolate blanco, sésamo y yozu. 
Tremendo postre. 
Postre segundo: peras al chocolate. Para este postre, nos sugiere Furtiva Lágrima, un moscatel de Alicante con una nariz con bastantes cítricos y anís. En boca aunque la entrada es dulce, luego deja un toque refrescante. Nos gusta.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto mientras yo tengo problemas por decidir qué copa de vino voy a rematar.
La cena concluye con una muy agradable charla con Alberto y Laura. Hay que dejar que se asienten en el local, que se asienten en su cocina y darles tiempo porque van a crecer...van a crecer mucho. 
Se dice que los niños vienen con un pan debajo del brazo. A nosotros nos salió el pan debajo del brazo tras la cena. ¡¡Gracias!!

9 de septiembre de 2015. Restaurante Habitual by Ricard Camarena, Mercado de Colón 963445631

Especialidad del local: cocina de cercanía, productos de zona
Ambiente: formalmente informal
Plato que no te puedes perder: tataki de atún con brócoli, yogur y mojo picón
Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta:no. Pedimos unas croquetas de pesto, tomate seco y ricota que no llegaron. Nos preguntaron si habían venido cuando ya estabamos esperando el plato fuerte. Denegamos que las trajeran.
 
1 Ingredientes reconocibles: 8
2 Saludable:9
3 Emplatado y Decoración:7
4 raciones generosas: 9
5 Cocina regional: no
6 Tecnología punta: no
7 Sabroso: 9
8 Equilibrio: 8
9 Vajilla y cristalería: 8
10 Relación calidad-precio: 9
Puntuación EMT 67 sobre 80

Vamos a cenar al cuarto local que abre Ricard Camarena en Valencia. Un nuevo local que acerca su cocina a un gran público con precios módicos, buen producto y mejor hacer. 
El local es muy, pero que muy grande. Y pese a ello, es acogedor, con colores pastel, mucha madera, paneles, luces tenues (en algunas zonas) que hacen un local muy agradable.
Tenemos reserva y nos llevan a nuestra mesa. Nos dejan  con un par de cervezas que hemos pedido y las cartas para leer.
Leemos cuidadosamente los platos y creemos tener lo que será nuestra cena.
Como compañero de cena nos pedimos un cava, el más económico de la carta Castellroig Brut Nature, pero que hace las veces para acompañar y no protagonizar la cena. Correcto, buena acidez, con burbuja algo vasta pero nos gusta.
Y vamos a la cena.
Mozarella rellena de esgarraet gratinada con ajoaceite suave. Hemos pedido también focaccia y con este plato casi nos hacemos un bocadillo. Suave, el esgarraet potente y sabroso. Plato agradable de tomar.
Ostra gratinada con salsa bearnesa. ¡Tremenda! La ostra de buen tamaño pero no excesivo. El gratinado entibia una salsa bearnesa deliciosa.
Tataki de atún con brócoli, yogur y mojo picón. Confieso que al pedirlo la mezcla de atún y brócoli la veíamos un tanto complicada. Nada. Perfecto. El brócoli estaba apenas blanqueado, crujiente y cortado a trocitos pequeños. El atún a dados de buen tamaño. La mezcla es deliciosa. Un plato refrescante, sabroso y ligero. Nos encanta.
Ravioli de rabo de toro con lascas de champiñón. Pese a su aspecto inicial, no decepciona este plato: rabo de toro sabroso y tierno. Una salsa potente y deliciosa. Muy buen plato.
Como postre tomamos Texturas de chocolate: chocolate en varias texturas y varias temperaturas. Para los amantes incondicionales del chocolate chocolate. 
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto. Y por poner un pero: el plato y la taza del café, no se llevaban bien. La taza era más grande que el hueco que tenía el plato para  depositar la taza. Supongo que se trata de un descuido. Esto hace bajar la nota de excelente vajilla "epoque" de Rosenthal. Otra cosa qe nos llamó la atención es el hecho de no retirar los grandes tazones negros parecidos a los del desayuno que permanecieron impertérritos en la mesa durante toda la cena. Menos mal que nuestra mesa era de buen tamaño.