7 de julio de 2010. Restaurante Alejandro del Toro

 por lo tanto en la semana donde los restaurantes realizan un esfuerzo para ofertar un menú impresionante a un muy buen precio. Esta noche miercolera y futbolera nos vamos a uno de los grandes: Alejandro del Toro Ibañez.
Una vez transpasamos la puerta del restaurante nos encontramos con un hermoso local: luminoso, mesas impecables, de buen tamaño, un expositor de licores que nos hace suspirar y al fondo, la cocina, abierta, para ver trajinar por ella tanto a Alejandro como a sus ayudantes, todo sin estridencias.
Nos ubican en una mesa del fondo, de buen tamaño. Nos traen la carta de los vinos. Vemos buenas y abundantes reseñas, algunas de precios elevados. Quien nos atiende, Janeth Álvarez Martínez, mujer de Alejandro, nos canta algunos vinos fuera de carta. Nos llama la atención un vino portugués. Pedimos ver la botella y una vez la tenemos en nuestras manos nos sorprende la etiqueta, divertida y muy original. Nos lo quedamos: Alonso Quijano del 2005, D.O. Douro (Portugal).
De un color rubí intenso y con grandes lágrimas. En boca es amable, elegante y sin pretensiones, con pocos taninos, nada de maderas y mucha fruta. Un vino, en resumen, fácil de beber.
Y comenzamos con el menú. Primero nos traen una bandeja con cinco aceites aromatizados: uno de Granada, fino y suave, otro aromatizado a la naranja, delicioso. De café: sorprendente y gustoso. Y los más atrevidos: jengibre y wasabi, ambos sabrosos y con un toque picante. Con ellos vienen unos bollitos de pan con los que hacemos una cata de aceites.
Como primer entrante: gazpacho de lenteja pardina con clóchina valenciana y hueva de pez volador: buen gazpacho con una mezcla de sabores deliciosa y refrescante. 
El siguiente entrante es un calabazín relleno de gambas y vieira que nos encanta. El último es un tartar de aguacate, foie y salmón marinado con un adorno de salsa romescu. Delicioso, refrescante y con una integración de sabores impresionante.
Con este plato viene una galleta que nos hace discutir sobre los ingredientes.
Al final preguntamos y uno de los ingredientes nos explican que es un derivado del azúcar: azúcar isomar, que es una azúcar que se le ha quitado la humedad y con la que haciendo un caramelo se puede jugar y trabajar para rezlizar formas e hilos para decorar los platos. Dado lo interesados que estamos Alejandro tiene a bien hacernos una demostración en directo: nos realiza una teja de azúcar al romero. Lo disfrutamos y lo agradecemos.

video de Alejandro del Toro y el azúcar isomar
No es fácil que un maestro invite a ver su trabajo en directo y menos cuando tiene el restaurante bastante lleno (ya ha terminado el partido y además ha ganado España por lo que la gente ha salido a festejarlo de diversas maneras).


Volvemos a nuestra mesa para terminar con el plato fuerte: hemos pedido los dos que habían.
El de pescado era un bacalao sobre una sopa de parmesano con unas puntas de espárragos y una teja de azúcar al romero.
Plato suave con el pescado en su punto y desalado en su punto. Soberbio. El de carne es un cochinillo a baja temperatura crujiente con manzana y una campana de azúcar isomar. Bello plato pero además el cochinillo está tierno, crujiente, suave...¡¡impresionante!!

Como postre tenemos un bombón de baylis, con virutas de chocolate y palomitas de mascarpone. Bueno, bueno y bueno.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto. Como siguen viendo como discutimos sobre si tomamos o no un digestivo, nos invitan a ellos: Quesoy un Lagavulin con un hielo y Karoleta un Jack Daniels. Un buen detalle y un buen fin de cena. Hemos disfrutado mucho con esta cena.


1. Ingredientes reconocibles: 9
2. Saludable: 9
3. Emplatado y decoración: 10
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: si
7. Sabroso: 10
8. Equilibrio: 9
9. Vajilla y cristalería: 10
10. Relación calidad-precio: 9
Total puntos: 75 sobre 80
Precio medio (sin contar el vino)

En Valencia c/ Amadeo de Saboya nº 15 bajo  Tel: 963 934 046

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