11 de noviembre de 2009. Ocho y medio


Entramos a buscar nuestro local en el distrito de Ciutat Vella, en el barrio de El Mercat. Local centrico, ubicado en un edificio antiguo por lo que su distribución es en planta baja y piso.
Acogedor, bien decorado, con una barra hermosa que nos recibe y detalles (los colgadores de bolsos o chaquetas que hay en ella, las mesitas y sillas de 'espera'...
Nos suben a la planta alta para encontrarnos con las mesas del restaurante: bien vestidas, bien ubicadas y con buena distancia entre ellas. Para ser un miércoles está bastante animado (dos mesas ocupadas además de la nuestra y el reservado con una mesa grande de más de 8 comensales).


Nos traen las cartas, también la de vinos. También vienen unos bollitos de pan (integral o blanco) acompañados de un buen aceite de oliva. Comienza la cena.
Tenemos dudas de si pedir menú de degustación que pueda emular el que tienen preparado para VLC Cuina Oberta,  pero al final nos decantamos por pedir dos entrantes y dos segundos, todo para compartir, como siempre.



Con la elección de los platos, viene la del vino. Karoleta está intrepida y busca un desconocido entre las entradas de todos los vinos conocidos e incluso adorados vinos. Y lo encuentra: un vino DO de Tierras de Castilla, Martúe del 2006. Un vino realizado con un coupage de uvas: tempranillo, sirah, cabernet sauvignon y merlot. En nariz es tierno, aromático, lleno de matices, en boca se comporta como un impertinente. Con ello, pedimos que nos lo decanten para que se aplaque. Lo hace hasta llegar a un doma total. Se comporta como un buen compañero de mesa, sin estridencias.

Como platos, pedimos como entrantes un carpaccio de pres ibérica aderezada con queso, rucula y guindillas y un toque de vinagre de módena (rico plato aunque el acompañamiento empañaba el sabor del carpaccio), un micuit de foie (un taco de fantástico micuit con gelatina de violetas, acompañado por unas tostas francamente finas. ¡Delicioso!).


Pedimos tambien agua con gas porque  y nos traen una botella de Fonteforte, ideal para liberarnos un poco del cansancio de una larga jornada laboral.
 
Como platos fuertes nos decidimos por unas fantásticas vieiras en jugo de hinojo y sobre un lecho de cebolla con toques de naranja amarga (prometido, un bocado de dioses) y unas carrilleras de ternera tiernas, muy tiernas, muy jugosas y acompañadas de unos mini trocitos de pera al vino (matrimonio ideal). Lo devoramos.

Ahitos por la cena, llegamos al postre. Hay dos de chocolate...mmmm. Al final un souflé de chocolate: una especie de magdalena de chocolate, con un corazón de chocolate cremoso, tibio y muy negro y una bolita de helado de chocolate chocolate con pepitas de más chocolate negro. Rico rico de verdad.

La cena para Quesoy ha sido muy lenta, no así para Karoleta que piensa que ha sido un ritmo algo lento pero normal en muchos restauranes.
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto. Seguimos conservando las buenas costumbres.

1. Ingredientes reconocibles: 9
2. Saludable: 8
3. Emplatado y decoración: 8
4. Raciones generosas: 8
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 7
9. Vajilla y cristalería: 9
10. Relación calidad-precio: 8
Total puntos: 66 sobre 80
Precio medio-alto (sin contar el vino)

En Valencia. Pza Lópe de Vega nº 5  Tel 963 922 022

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