29 de julio de 2009. Tahine Carme

Volvemos al distrito de Ciutat Vella, al barrio del Carmen a encontrarnos con un local que es recomendación de unas amigas y seguidoras del blog. Gracias Rosa, gracias Carmen.
En una estrecha calle de este barrio nos encontramos un local que por fuera no parece demasiado atractivo pero que al entrar nos topamos con un ambiente moderno y minimalista, unas mesas espléndidamente vestidas y un ambiente francamente agradable, con buena disposición entre mesas. Se observa una planta superior con una mesa imperial que hace las veces de comedor más privado y una fantástica terraza con plantas que debe ser impresionante verla de día.
Nos ofertan sentarnos en cualquier mesa. Una vez más, este miércoles vamos a ser los únicos comensales. Pedimos las cartas. Nos atenderá durante toda la cena, y con gran paciencia ante nuestras preguntas, Juani. En la carta de vinos (con buenas entradas y muy bien detallada) nos encontramos con uno de nuestros primeros amores: un vino que nos trae recuerdos de hace años, de hablar con su creador y enamorarnos al primer sorbo de este vino: Pago de Luna, que ahora ya es del 2006 y pese a que no es de barricas nuevas como el del 2005, se presenta con un color cereza impresionante, un aroma rotundo y una entrada en boca golosa, cremosa, llena de matices y sobre todo, llena de recuerdos de aquel primer Pago de Luna. Nos encanta.
Como detalle de la casa y mientras esperamos, nos traen un botón de queso mascarpone adornado con una anchoa y huevas. Bocado delicioso. Acompañando, unos panecillos recién horneados. Como cena vamos a pedir, como entrantes un carpaccio de presa ibérica: delicioso carpaccio bien aliñado aunque no visible el aliño, con unas lascas de grama padamo recien cortado que aromatizan el plato, la mesa y nuestro apetito. El otro entrante son unos raviolis de vieiras con espuma de mariscos: plato delicado, cuyo aroma y sabor a marisco contrasta con su textura, la espuma y los raviolis están para quedarse sin palabras. Nuestro plato vuelve a cocina limpio, limpio.
Como plato fuerte nos inclinamos por un rabo de toro con humus, champiñones y tomates secos: una pelota de carne de rabo de toro deshuesada, deliciosa, tierna y sabrosa (aunque a Quesoy le parece que le falta sal. A Karoleta le parece impecable) con un suave humus que entona perfectamente al lado de la contundencia de la carne y un acompañamiento, que sobre todo los tomates, nos hacen disfrutar más si cabe de este plato.
Como postre, y pese a que hay uno de chocolate, Karoleta pide una torrija emborrachada de horchata (la curiosidad la puede): enorme torrija bien empapada de horchata tibia, con una cobertura crujiente de caramelo y sobre una pincelada de crema de café. Quesoy se sorprende por la temperatura del postre, tibio, dado que lo normal en la horchata es el estar fria. A Karoleta, y dado que no está muy dulce, le entusiasma... deleitándose con esa pincelada de crema de café (huebiera deseado que en vez de pincelada, fuera brochazo).
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto que debe explicar.
Deliciosa cena llena de matices.

1. Ingredientes reconocibles: 8
2. Saludable: 8
3. Emplatado y decoración: 9
4. Raciones generosas: 9
5, Cocina regional: No
6. Tecnología punta: Si
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 8
9. Vajilla y cristalería: 9
10. Relación calidad-precio: 9
Puntuación total: 69 sobre 80

Buen local para cenas íntimas y de grupos con gusto por la buena mesa.

En Valencia, c/ Corona nº 8 Tel 963 156 042

No hay comentarios: