15 de diciembre de 2010. Casal D'Ací

Esta noche fría vamos al distrito de L'Eixample, al barrio de Gran Vía, a encontrar un local que lleva abierto un par de años. Hemos pasado por la puerta múltiples veces y nos había pasado desapercibido. El acudir es porque es uno de los restaurantes que se han inscrito en la lista de locales que promocionan durante quince días (del 1 al 15 de diciembre; esperamos que sigan haciéndolo) los vinos de la Comunitat Valenciana teniendo el detalle de regalar copas al pedir vinos valencianos en la comida y/o cena.
En la puerta encontramos un expositor de sus productos: mariscos, pescado, carne... Una vez dentro, un nuevo expositor nos enseña algunos platos ya preparados: caracoles, sangre encebollada, anchoas... La entrada no descubre ni lo que vamos a encontrar al fondo, en la sala, ni lo que vamos a cenar, aunque mirando las paredes (las pizarras informativas) ya sabemos que bien, pero bien, vamos a cenar.
Nos atiende Julian dueño del local. Nos ubica en una mesa donde hay menos humo y nos informa que no hay cartas, ni de comida ni de vinos. Nos canta vinos valencianos (así se lo solicitamos) y de entre ellos elegimos un Laudum reserva del 2002 D.O. Alicante: un tinto elaborado con Cabernet Sauvignon, Merlot y Monastrel. Vino suave, afrutado pese a la edad, de agradable trago y suavidad. De persistencia media. Un vino que marida a la perfección con lo que va a ser nuestra cena. Como viene un poco cerrado, pedimos que nos lo decante. Como no tiene decantador, le pedimos que le pase a una jarra para que se airee.
Como entrantes y oídos los platos que tiene y los productos de mercado que tiene para hacer en el momento (es una cocina ciertamente de mercado) nos decidimos por: dos ostras planas (Karoleta sabe de las ganas de ostras de Quesoy que le encantan y decide probar una vez más las ostras que se le siguen resistiendo. Después de esta noche, se le van a resistir mucho menos) que son tan bienvenidas a la mesa que no les hacemos foto. Sólo unan vez degustadas y tragadas somos conscientes de ello por lo que la foto se la hacemos dadas la vuelta.
Cuatro anchoas: deliciosas, esponjosas, caseras, en su punto de salazón (nada de anchoas super desaladas tan frecuentes en los restaurantes). Ricas ricas. Que vienen solas, sobre un lecho de buen aceite de oliva, como deben emplatarse las buenas anchoas, sin adornos, sin nada que entretenga y despiste la atención de lo principal: la buena anchoa.
Una tapa de sangre con cebolla: tanto a Karoleta como a Quesoy les hace hablar de la que hacen su madre y su abuela respectivamente, francamente buena, bien condimentada con su cebolla y su hierbabuena. Nos encanta. Rebañamos bien la cazuelita. 
Y unas cigalitas con ajos tiernos: pequeñas, sabrosas, tiernas y vienen con unos ajetes y una salsa que cuando la probamos detectamos el sabor de las cigalitas y un coñac donde han sido flambeadas. Están soberbias.
Como plato fuerte pedimos un entrecot muy muy poco hecho. Julian pasa el mensaje correctamente a quien maneja la plancha y nos viene un entrecot, que aunque no es muy vistoso, resulta un corte especialmente tierno (como mantequilla), sabroso. Viene con un acompañamiento de verduritas de temporada y unas patatas a lo pobre. Buena carne.
Como postre elegimos una tarta de tres chocolates: negro, con leche y blanco perfectamente delimitados y con una textura densa, más consistente que un flan. Karoleta le propone el trueque a Quesoy: ella se queda con el chocolate negro y Quesoy con los otros dos. Pensativo y dudando, Quesoy acepta. ¡Bien!
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto. Como digestivo Julian nos ha ofrecido algún licor que agradecemos pero rechazamos. También nos ofrece una copa de cava que aceptamos y agradecemos. Nos pone una copa de Puig Munt, correcto para tomar al final de una cena. 
Una vez pagada la cena y explicar que eramos de 'el miércoles toca' Julian nos pregunta por el miércoles toca, por las fotos. Al comentarle el error que tuvimos con el plato de ostras, decide pedir que nos abran unas ostras para  hacerles fotos y para que disfrutemos (sobre todo Quesoy) de estas buenas ostras. Traen un plato con 6 y dado que el restaurante ya está vacío, se sienta con nosotros junto a una botella de cava Coto D'arcis brut nature, un cava más suave, con una acidez muy correcta que se acopla al sabor de las ostras de una manera impecable. Degustamos (hasta Karoleta que desde hoy ya no hará ascos a las ostras. Por fíon se ha convertido), disfrutamos, conversamos y se convierte en una reunión muy amena. 
Cuando salimos del local Julian nos comenta que tiene unos tomates raff impresionante y como no hemos pedido ningún plato que los contuviera, decide regalarnos unos tomates para nuestra casa. Gracias Julian. Por cierto, ahora que los hemos probado en la comida, en nuestra casa, constatamos que estan deliciosos.
Ha sido una muy buena cena y un mejor remate de cena donde hemos encontrado un local cercano con un dueño más cercano todavía.

1. Ingredientes reconocibles: 10
2. Saludable: 9
3. Emplatado y decoración: 7
4. Raciones generosas: 9
5. Cocina regional: si
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 9
8. Equilibrio: 8
9. Vajilla y cristalería: 7
10. Relación calidad-precio: 10
11. Se publicita en internet: no
12. Nos sirvieron todo lo que pedimos de la carta: no pedimos de la carta
Total puntos: 69 sobre 80

En Valencia c/ Conde Altea nº 36   Tel  663 730 964

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