12 de mayo de 2010. Cervecería - bocatería Tito


Estamos en el distrito de Extramurs, en el barrio de Arrancapins, para encontrarnos una noche más con un local anticrisis. Es una bocatería con una excepcional acogida, en parte por su cercanía a una zona de copas y, por otra parte, por una extensa carta de bocadillos 'compuestos'. Es tan buena la acogida que los fines de semana tienen dos turnos de cenas.
Nos encontramos con un bar-bocatería, funcional, sin manteles, con las cartas plastificadas encima de la mesa y servilleteros de papel, pero que sorprende por la gran cantidad de tapas que ofrece a más de completarla  con otros  "platos fuertes" que hacen, a pesar del humo que puede llegar a tener el local (no hay zona de no fumadores) realmente atractivo visitarlo, más aún como paso previo a la "zona de juan llorens".
Pedimos una carta de vinos (en el local lo habitual es la cerveza) y nos dicen que está en la misma carta de comida. Para un local de bocadillos tienen algunos vinos conocidos (Viña Pomal, Alcorta y algún otro) pero nos vamos a buscar un desconocido: Bodegas Nuviana del 2008 (del grupo Codorniu), del valle del Cinca,  un tinto creado con coupage de cabernet Sauvignon, Tempranillo y Syrhaz que sale imperioso y poco amable (no le notamos ni taninos ni glicerinas). Además viene caliente, así que le damos una oportunidad refrescándolo a ver si se doma.
Y si, con más frio se convierte en un vino que acompaña y no domina, aunque no tiene el cuerpo ni la cremosidad que esperaríamos de ese coupage. Acompañándolo viene un cuenco con 'tramusos' (altramuces) que nos hacen recordar tiempos pasados. Agradable detalle.
Tienen bastantes tapas de entradas y algunos platos fuertes (desde luego, nos saltamos los bocadillos). Entre ellas nos decidimos por: un pulpo a la gallega (que encontramos un poco seco, y tierno pero no en exceso. Supongo que por haber pasado un proceso de 'calentamiento'.

Unas tortillas de camarones (hacía tiempo que no venían a nuestra mesa y nos sorprende que los camarones no están asomados sino bien presentes y visibles. Buenas). Como plato fuerte: rabo de toro.

Un impecable estofado de rabo de toro, con zanahorias y acompañado de patatas fritas grandes: la carne muy tierna y melosa y el guiso bien gustoso. Nos gusta mucho.
Y el plato que decidimos tomar en último lugar dado que todos los anteriores se debían tomar en caliente y vienen todos juntos a la mesa, son unas anchoas:  jugosas, bien hidratadas, buen desbarbado y desaladas en muy buen punto. Nos encantan. Ricas ricas.
Como postre nos cantan los que tienen caseros y al preguntar por el que tuviera más chocolate Melisa (quien nos atiende durante toda la cena de forma amable y diligente) nos dice que la tarta 'chocogalleta': un recuerdo de aquella tarta realizada con galletas y chocolate bien negro y espeso que era la que los niños podían hacer dado que no se requiere horno, sólo montar como un mecano las galletas y el chocolate (la tarta 'sarcófago').
Pese a que la idea es buena, con Melisa comentamos que debían haber mojado más las galletas (en café descafeinado para niños, en café tocado para los adultos) y poner una capa más generosa de chocolate entre las capas de galletas, o en todo caso añadir un café expreso o carajillo en el postre en el mismo momento de servirlo.


Quesoy remata la cena con su consabido café corto, muy cargado y sin casi agua, vamos, su ristreto. Karoleta lo acompaña con un vaquerito de Jack Daniels. Después, Melisa nos invita a otros chupitos: Karoleta sigue con su vaquerito y Quesoy se decide por un orujo de hierbas.



1. Ingredientes reconocibles: 10
2. Saludable: 7
3. Emplatado y decoración: 5
4. Raciones generosas: 8
5. Cocina regional: no
6. Tecnología punta: no
7. Sabroso: 8
8. Equilibrio: 5
9. Vajilla y cristalería: 5 (pese a que nos ponen unas copas correctas para el vino)
10. Relación calidad-precio: 8
Total puntos: 56 sobre 80
Precio bajo (sin contar el vino)

No hay comentarios: