Hace días recibimos un mail donde se nos comentaba, sabiendo que era salirnos de nuestro modus operandi, que estarían encantados de vernos por su local e invitarnos a probar algunas de sus especialidades. Como esto ya lo habíamos hecho cuando asistimos a la inauguración de la taberna de la Bona Cuina el 30 de abril de 2008 y dado que la sushería pertenece a los mismo dueños del antiguo Harajuku al cual fuimos el 6 de diciembre de 2006, pensamos que tampoco nos íbamos tanto de nuestro modus operandi de el miercolestoca.
Con todo esto, nos presentamos en el local donde fuimos recibidos por Jose Luis Colvee , que junto a Arturo Blanch, son los dueños de este local dentro del antiguo Mercado de Colón. Nos sentamos en una mesa bien iluminada y pensábamos probar alguna cosa y marcharnos a nuestra cena de miércoles en otro local. Cual no sería nuestra sorpresa que desfilaron tantos de los platos especiales de que disponen que nos fue imposible seguir con nuestro plan.
Pero vamos a lo importante: la cena de el miércoles. Destacar que en apenas 12 metros cuadrados, Kazumi y Margarita, ambos en la cocina, se apañan para elaborar todo el proceso de cualquiera de los platos de que disponen. Todo está ordenado al milímetro, todo perfectamente orquestado: montar los makis, cortarlos, montar los platos, aderezar las ensaladas, usar la freidora, la plancha. Es un gozo verles.
Nos indican que tienen un vino ideal para el sushi: Oroya de Tierras de Castilla del 2007. Un vino blanco de las bodegas Freixenet, que saltándonos la polémica sobre si han elaborado dos, de si uno es argentino bla bla bla, este que tomamos es el elaborado en La Mancha con uvas airen, macabeo y moscatel de alejandría. Un vino blanco suave, afrutado, con notas que nos recuerda a gewustraminer, equilibrado, sin acidez para no entrar en conflicto con la suavidad de la comida japonesa, ni pretende tomar las riendas de los sabores. Lo traen bien frío y en una cubitera.
El desfile de platos comienza con un tartar de atún: bien ensamblado, con un atún bien marinado y un toque picante que hace las delicias de Karoleta y Quesoy. Viene acompañado de una ensalada Harajukup: ensalada con hojas de roble y lollo rojo, con virutas de jamón, también de mousse de oca, crema de queso y aderezada con una vinagreta de higos que hace de la ensalada un delicioso plato. Mientras vamos cenando, Marina, la persona que nos atiende, está pendiente de que nuestros vasos para el vino (del estilo de copas sin pie) estén siempre provistos.
Vemos en una pizarra de anuncio que hay una oferta por 2€ de una cerveza y una 'tapa japonesa'. Vendremos una mañana para averiguar qué tal las tapas japonesas.
Nos trae una bandeja con Nigiri Sushi variados para que probemos: lo hay de sake (salmón), de unagui (anguila), ikura (huevas de salmón) y de hamichi (dorada). Todos deliciosos, sabrosos y con el arroz en su punto de textura y de dulzor. Por decir un pero, encontramos la salsa de soja algo salada. Al comentarlo con Marina, nos afirma que ya han protestado al distribuidor porque alguna de las partidas la notan algo subida de sabor (buen detalle que acepten los comentarios in situ). Cuando ya comenzábamos a flaquear, acude Marina con Margarita (la cocinera) para presentarnos un bandeja de Futomaki Uranaki diversos: los hay dinamita (que enloquecen a Quesoy), ebi salmón, una muestra de maki tekkamati roll (los favoritos de Karoleta) y unos sorprendentes akai roll (unos makis tempurizados que conquistan totalmente a Karoleta). A estas alturas ya nos mirábamos sabiendo que íbamos a ser incapaces de tomar nada más para cenar. Nos preguntan si nos apetece probar algo más, a lo que nos negamos por saciedad y Marina se decanta por servirnos una fuente con dos postres para que los degustemos: una correcta tarta de queso con arándanos y un exquisito tiramisú de la abuela con un intenso sabor a café y a crema de queso (bueno,bueno y bueno).
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto que debe comentar que es un café muy corto y Karoleta le acompaña con todo un vaquero, un enorme cowboy de Jack Daniel's.
En Valencia, Mercado de Colón puesto nº 5 Tel 963 527 551
Pero vamos a lo importante: la cena de el miércoles. Destacar que en apenas 12 metros cuadrados, Kazumi y Margarita, ambos en la cocina, se apañan para elaborar todo el proceso de cualquiera de los platos de que disponen. Todo está ordenado al milímetro, todo perfectamente orquestado: montar los makis, cortarlos, montar los platos, aderezar las ensaladas, usar la freidora, la plancha. Es un gozo verles.
Nos indican que tienen un vino ideal para el sushi: Oroya de Tierras de Castilla del 2007. Un vino blanco de las bodegas Freixenet, que saltándonos la polémica sobre si han elaborado dos, de si uno es argentino bla bla bla, este que tomamos es el elaborado en La Mancha con uvas airen, macabeo y moscatel de alejandría. Un vino blanco suave, afrutado, con notas que nos recuerda a gewustraminer, equilibrado, sin acidez para no entrar en conflicto con la suavidad de la comida japonesa, ni pretende tomar las riendas de los sabores. Lo traen bien frío y en una cubitera.
El desfile de platos comienza con un tartar de atún: bien ensamblado, con un atún bien marinado y un toque picante que hace las delicias de Karoleta y Quesoy. Viene acompañado de una ensalada Harajukup: ensalada con hojas de roble y lollo rojo, con virutas de jamón, también de mousse de oca, crema de queso y aderezada con una vinagreta de higos que hace de la ensalada un delicioso plato. Mientras vamos cenando, Marina, la persona que nos atiende, está pendiente de que nuestros vasos para el vino (del estilo de copas sin pie) estén siempre provistos.
Vemos en una pizarra de anuncio que hay una oferta por 2€ de una cerveza y una 'tapa japonesa'. Vendremos una mañana para averiguar qué tal las tapas japonesas.
Nos trae una bandeja con Nigiri Sushi variados para que probemos: lo hay de sake (salmón), de unagui (anguila), ikura (huevas de salmón) y de hamichi (dorada). Todos deliciosos, sabrosos y con el arroz en su punto de textura y de dulzor. Por decir un pero, encontramos la salsa de soja algo salada. Al comentarlo con Marina, nos afirma que ya han protestado al distribuidor porque alguna de las partidas la notan algo subida de sabor (buen detalle que acepten los comentarios in situ). Cuando ya comenzábamos a flaquear, acude Marina con Margarita (la cocinera) para presentarnos un bandeja de Futomaki Uranaki diversos: los hay dinamita (que enloquecen a Quesoy), ebi salmón, una muestra de maki tekkamati roll (los favoritos de Karoleta) y unos sorprendentes akai roll (unos makis tempurizados que conquistan totalmente a Karoleta). A estas alturas ya nos mirábamos sabiendo que íbamos a ser incapaces de tomar nada más para cenar. Nos preguntan si nos apetece probar algo más, a lo que nos negamos por saciedad y Marina se decanta por servirnos una fuente con dos postres para que los degustemos: una correcta tarta de queso con arándanos y un exquisito tiramisú de la abuela con un intenso sabor a café y a crema de queso (bueno,bueno y bueno).
Quesoy remata la cena con su consabido ristreto que debe comentar que es un café muy corto y Karoleta le acompaña con todo un vaquero, un enorme cowboy de Jack Daniel's.
En Valencia, Mercado de Colón puesto nº 5 Tel 963 527 551
2 comentarios:
Oh, qué honor recibir una visita vuestra!
Llevo leyendo vuestras recomendaciones desde hace tiempo y hace unas semanas me decidí a linkearos para no tener que estar siempre buscando en google :D
Las palomitas compartidas saben mejor, y París no se me resistirá mucho más ;)
Gracias!!!
De nada Pab...gracias a tí por leernos.
¡A disfrutar!
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