27 de febrero de 2008. Restaurante Tasca 82-90

Esta vez nos vamos a buscar un local situado en el barrio de la Fonteta y que es recomendación de uno de nuestros seguidores y amigo (gracias Miguel). Pese a lo desconocido del barrio, no nos perdemos y en un momento estamos en dicho local.
Cuando entramos vemos que tiene el aspecto de un bar pero con mesas bien vestidas con manteles de tela y un buen aroma de buena cocina. Vemos botellas de vino y cava, la mayoría valencianos, expuestas sobre un aparador. Pedimos las cartas, nos las trae pero nos comenta que usualmente ella, la persona que nos atiende, suele cantar la carta e incluso hacer sugerencias para la cena. Así que desistimos de mirar la carta y permitir que sea ella quien nos sugiera qué podemos cenar. Nos decidimos por las sugerencias sólo cambiando uno de los platos, probablemente delicioso, pero que lleva perdices y Karoleta no es muy amante de los 'pajaritos'. Para beber preguntamos pero aquí si nos trae la carta: es corta y con pocas y muy conocidas entradas. Karoleta duda entre ir a lo seguro o pedir un desconocido. Nos comenta que si no nos gusta, no hay problema, nos cambia la botella. Con esta premisa, muy de agradecer, se pide el vino desconocido: 75 años de Daniel Belda, un vino realizado para conmemorar los 75 años de apertura de la bodega. Es contundente, soberbio, y hoy no estamos para domar vino....así que le pedimos un cambio de botella. Nos vamos a tiro seguro: Santa Rosa del 2003, vino de la bodega de Enrique Mendoza impresionante, calmado, aromático, y pese a que también es rotundo en boca, sabemos que con un instante será un delicado compañero de mesa. Se comporta como lo que es, un solemne señor vino.
Los platos que pedimos son: unas gulas elaboradas de forma muy diferente a lo habitual (sobre unos huevos fritos y unas gambas peladas, con ajos, pebrera y espolvoreadas de pimentón. ¡¡¡fantásticas!!! nos hacen casi terminarnos todo el pan que nos han traído -tostado y con aceite de oliva-); un calamar, en su tinta, relleno (muy tierno, con un relleno que además de las propias patas del calamar y piñones, no llegamos a descubrir) y para terminar, y como plato fuerte, un solomillo de ciervo acompañado de ajetes y setas (la carne estaba muy, pero que muy tierna y con un gustoso sabor a caza. Hecha a nuestro gusto, muy poco hecha. Las setas eran variadas y junto a los ajetes le conferían un buen contraste. Por poner un pero: le hubiera ido como anillo al dedo que también hubieran puesto en el plato unas buenas patatas fritas para juguetear con ellas y con el aceite crudo que adornaba todo el plato. Aún así ¡impresionante solomillo de ciervo!). Como postres, también nos los cantan, y nos inclinamos por un sorprendente helado de manzana asada (que sabe idéntico a una manzana asada. ¡Delicioso!) y un insuperable postre de chocolate negro al 70% (¡¡¡por fin!!!) derretido con una bola de helado de chocolate blanco y licor de ron barceló (es la primera vez que a Karoleta le cuesta compartir el postre con Quesoy...¡bueno, bueno y rebueno!). Para rematar la cena, Quesoy pide su ristreto, que debe explicar, pero que viene impecable.
Volveremos...aunque solo sea para repetir gulas, solomillo y chocolateeeee!!!

En Valencia, c/ Cura Palanca nº 1. Telf: 96 3730624

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