En principio la reserva la hicimos pensando que era Budoar, un restaurante que no llevaba demasiados meses abierto y que había encontrado Quesoy navegando por internet. El restaurante inicial tenía buenas críticas y una demoledora sobre su precio. Quesoy, que es un osado pensó que sería buena idea ir a comprobar si era así. Cual no sería su sorpresa cuando al llegar vimos que en ese número y en esa dirección estaba El Donjuán...Así que la aventura estaba servida.
El local es amplio y con un decoración funcional pero unos arcos de piedra realmente bonitos. Al leer la carta apreciamos que la carta de vinos es corta y realmente recatada (el vino más caro es un Enrique Mendoza merlot) y la carta de comida está diseñada con buenas soluciones para gente joven, con buen apetito: bocadillos, platos grandes y grandes acompañamientos de patatas. De nosotros se ocupa Diana, una argentina encantadora y amable que nos dedica todo su tiempo y que nos hace buenas y acertadas recomendaciones. Como buena argentina es una enamorada del malbec (es de la zona de Mendoza) y pregunta si existe algún vino español que se le parezca. Hablamos de vinos y nos recomienda Boccoi (vino de la comunidad valenciana que no conseguimos recordar de dónde en concreto, con un toque ácido y de altos taninos que no nos agrada en exceso) y Los Monteros (vino valenciano de las bodegas de Murviedro del 2004 que nos resulta muy agradable de tomar de tonos teja, cremoso, largo en boca y que puede ser un buen compañero de mesa). Pedimos dos copas, una de cada y nos decidimos por seguir con la botella de Los Monteros. Como detalle de la casa nos traen unos panecillos calientes y aliñados con aceite de oliva y unos platillos con alioli y tomate preparado. Para comer y siguiendo las recomendaciones de Diana sobre la cantidad de platos, nos inclinamos por: un foie de pato sobre lecho de manzana y confitura de tomate (plato de buena conjunción y espléndida realización, con un generoso trozo de foie y una confitura casera con una reducción de vinagre de módena que le confiere un toque casero muy apetecible), un 'arreglet Valencià' (una combinación de entrantes: sepia a la plancha, queso fresco con unas buenas anchoas de lata, delicioso tomate con ventresca, un poco seca, y generosa ración de aceitunas, pepinillos, cebolletas y alcaparras) y como plato fuerte unas costillas a la naranja (costillas de cerdo un poco demasiado hechas, con una generosa ración de patatas gajo y ensalada). Como postre, y sin mirar la carta, le pedimos que sólo queremos un postre de chocolate...nos responde que nos va a hacer 'la bomba de chocolate' de libre ejecución: en un mismo plato dispone tarta maestro de chocolate (una excelente tarta de trufa muy chocolateada) y un brownie de chocolate (contundente y generoso en chocolate negro) con una boina de helado de chocolate y todo ello bañado con unos hilos de chocolate y fresa (¡sensacional!). Sólo por este postre (habrá que solicitarlo todo en el mismo plato) vale la pena ir. Quesoy remata la cena con el ristretto de siempre que viene un poco largo.
En Valencia, c/ Serranos nº 20. Telf: 96 3914060
El local es amplio y con un decoración funcional pero unos arcos de piedra realmente bonitos. Al leer la carta apreciamos que la carta de vinos es corta y realmente recatada (el vino más caro es un Enrique Mendoza merlot) y la carta de comida está diseñada con buenas soluciones para gente joven, con buen apetito: bocadillos, platos grandes y grandes acompañamientos de patatas. De nosotros se ocupa Diana, una argentina encantadora y amable que nos dedica todo su tiempo y que nos hace buenas y acertadas recomendaciones. Como buena argentina es una enamorada del malbec (es de la zona de Mendoza) y pregunta si existe algún vino español que se le parezca. Hablamos de vinos y nos recomienda Boccoi (vino de la comunidad valenciana que no conseguimos recordar de dónde en concreto, con un toque ácido y de altos taninos que no nos agrada en exceso) y Los Monteros (vino valenciano de las bodegas de Murviedro del 2004 que nos resulta muy agradable de tomar de tonos teja, cremoso, largo en boca y que puede ser un buen compañero de mesa). Pedimos dos copas, una de cada y nos decidimos por seguir con la botella de Los Monteros. Como detalle de la casa nos traen unos panecillos calientes y aliñados con aceite de oliva y unos platillos con alioli y tomate preparado. Para comer y siguiendo las recomendaciones de Diana sobre la cantidad de platos, nos inclinamos por: un foie de pato sobre lecho de manzana y confitura de tomate (plato de buena conjunción y espléndida realización, con un generoso trozo de foie y una confitura casera con una reducción de vinagre de módena que le confiere un toque casero muy apetecible), un 'arreglet Valencià' (una combinación de entrantes: sepia a la plancha, queso fresco con unas buenas anchoas de lata, delicioso tomate con ventresca, un poco seca, y generosa ración de aceitunas, pepinillos, cebolletas y alcaparras) y como plato fuerte unas costillas a la naranja (costillas de cerdo un poco demasiado hechas, con una generosa ración de patatas gajo y ensalada). Como postre, y sin mirar la carta, le pedimos que sólo queremos un postre de chocolate...nos responde que nos va a hacer 'la bomba de chocolate' de libre ejecución: en un mismo plato dispone tarta maestro de chocolate (una excelente tarta de trufa muy chocolateada) y un brownie de chocolate (contundente y generoso en chocolate negro) con una boina de helado de chocolate y todo ello bañado con unos hilos de chocolate y fresa (¡sensacional!). Sólo por este postre (habrá que solicitarlo todo en el mismo plato) vale la pena ir. Quesoy remata la cena con el ristretto de siempre que viene un poco largo.
En Valencia, c/ Serranos nº 20. Telf: 96 3914060
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2 comentarios:
Estuve ahí hace un par de semanas y me pareció muy malo, todo frío, sartén de patatas en gajo, congeladas!!!! Muy malo de verdad.
Gracias por tu comentario. Lo cierto es que no es un sitio para tirar cohetes. La suerte de nuestras cenas es que son en miércoles. Esa noche estaba el local vacío (es habitual no encontrar demasiado público esa noche) por lo que la atención y la temperatura de los platos fue la adecuada. Los fines de semana supongo que variará el asunto (como en muchos locales) por tener más comensales que atender.
¡A disfrutar!
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