En busca de la cocina de la otra orilla, nos adentramos en el barrio del Carmen, por la zona de Na Jordana. Llegamos, sin dar muchas vueltas (y sin gps, por supuesto) a un pequeño local, con luces tenues y no demasiadas mesas.
Nos atiende Juan, hombre bien dispuesto, amable y simpático dueño del local. Una vez más, nos encontramos con unos platos de corte oriental, pero esta vez si tienen alcoholes. Son platos orientales pero muy occidentalizados en ciertos productos y en su presentación, llegando a los platos decorados tan en boga en estos momentos.
Después de analizar la carta de vinos, nos inclinamos por un vino desconocido que Juan nos describe a la perfección: 'os debe gustar un vino potente, de intenso sabor y larga permanencia' nos dice. Y allá vamos: La casa de las especias, bonito nombre para un tinto de Yecla, un crianza del 2003 que han elaborado con monastrell, syrhaz y cabernet sauvignon. Un vino de autor intenso, que mantiene su altanería hasta el final de la cena pero que hace las delicias de Quesoy y Karoleta una vez se refresca adecuadamente. Mientras esperamos los platos, nos deleitan con un detalle de la casa: humus con pan tostado. Un humus especiado, con algún toque de ajo, delicioso y que predispone nuestras papilas para un festival de sabores. Como platos, nos decidimos por: como entrante unos briouates de queso (unos triangulos de masa brie rellenos de queso de cabra con trocitos de aceitunas negras y acompañados por unos purés de aceitunas verdes y negras. ¡Fantásticos!); como platos fuertes: carrillada de ternera (unos tiernos trozos de carrillada en salsa de tomate con trozos de nabo y garbanzos. El tomate frito no es uno de los platos preferidos de Karoleta, pero estaba tan bien especiado que pasaba de ser un simple tomate a una deliciosa salsa oriental llena de matices y sabores. Unas carrilladas imponentes) y una bastela de pollo y almendras (un pastel de masa brie relleno de pollo deshuesado con frutos secos y decorado con miel. Un plato delicioso y delicado y con todos los recuerdos de sabor de los platos de pollo con especias oriental pero con una presentación moderna). A estas alturas el apetito nos había abandonado pero aún decidimos tomar como postre unas deliciosas trufas (de mucho chocolate negro...¡madre mía, que buenas!). Como fin de cena, Quesoy se pidió su consabido ristretto y Karoleta se inclinó por un té moruno (de fantástico sabor a menta). Como detalle de la casa nos invitaron a dos vasitos de moscatel de Teulada, bien fresquito y muy joven.
En Valencia, c/Sogueros nº 5. Telf: 96 3926253
Nos atiende Juan, hombre bien dispuesto, amable y simpático dueño del local. Una vez más, nos encontramos con unos platos de corte oriental, pero esta vez si tienen alcoholes. Son platos orientales pero muy occidentalizados en ciertos productos y en su presentación, llegando a los platos decorados tan en boga en estos momentos.
Después de analizar la carta de vinos, nos inclinamos por un vino desconocido que Juan nos describe a la perfección: 'os debe gustar un vino potente, de intenso sabor y larga permanencia' nos dice. Y allá vamos: La casa de las especias, bonito nombre para un tinto de Yecla, un crianza del 2003 que han elaborado con monastrell, syrhaz y cabernet sauvignon. Un vino de autor intenso, que mantiene su altanería hasta el final de la cena pero que hace las delicias de Quesoy y Karoleta una vez se refresca adecuadamente. Mientras esperamos los platos, nos deleitan con un detalle de la casa: humus con pan tostado. Un humus especiado, con algún toque de ajo, delicioso y que predispone nuestras papilas para un festival de sabores. Como platos, nos decidimos por: como entrante unos briouates de queso (unos triangulos de masa brie rellenos de queso de cabra con trocitos de aceitunas negras y acompañados por unos purés de aceitunas verdes y negras. ¡Fantásticos!); como platos fuertes: carrillada de ternera (unos tiernos trozos de carrillada en salsa de tomate con trozos de nabo y garbanzos. El tomate frito no es uno de los platos preferidos de Karoleta, pero estaba tan bien especiado que pasaba de ser un simple tomate a una deliciosa salsa oriental llena de matices y sabores. Unas carrilladas imponentes) y una bastela de pollo y almendras (un pastel de masa brie relleno de pollo deshuesado con frutos secos y decorado con miel. Un plato delicioso y delicado y con todos los recuerdos de sabor de los platos de pollo con especias oriental pero con una presentación moderna). A estas alturas el apetito nos había abandonado pero aún decidimos tomar como postre unas deliciosas trufas (de mucho chocolate negro...¡madre mía, que buenas!). Como fin de cena, Quesoy se pidió su consabido ristretto y Karoleta se inclinó por un té moruno (de fantástico sabor a menta). Como detalle de la casa nos invitaron a dos vasitos de moscatel de Teulada, bien fresquito y muy joven.
En Valencia, c/Sogueros nº 5. Telf: 96 3926253
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2 comentarios:
Me gusta el Dukala, y me encanta el modo que habeís expresado vuestra opinión tanto respecto a Juan, como el local y por supuesto la comida.
YO he tenido la oportunidad de entrar en la cocina, y puedo aseguraros que pocquísimos sitios la pueden tener tan limpia y ordenada en hora punta.
Un saludo
Muchas gracias Conxa por tu comentario. Siempre intentamos que nuestros comentarios sean amables, nos guste mucho el sitio y la cena o no no nos guste tanto. Respetamos el trabajo de los demás. En este caso, Dukala, nos gustó: fue una cena original y bien guiada.
¡A disfrutar!
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