Karoleta no quiere que Quesoy, recién llegado de París, pudiera echar de menos su viaje, así que hoy toca un restaurante francés.
El local es pequeño bien equipado, adornado con bastante estilo francés aunque no recargado, con tonos rojos y negros y una excelente distribución de las pocas mesas de que dispone.
No hay nada fuera de carta (están recién aterrizados después de las vacaciones de agosto) así que nos ceñimos a lo escrito. La carta de vinos era un poco corta y con vinos clásicos. Nos comenta que está un poco fuera de los vinos nuevos que se están haciendo y que como lleva poco tiempo con el nuevo restaurante (ha estado 12 años con una restauración en sitio playero-turístico) no le ha dado más vida. Dice que este año lo va a remediar. Aún así y viendo que nos vamos a atrever a solicitar un vino sin conocer nada de él, si pedimos la nota del vino para saber qué uva, cuanto ha estado en barrica, si esta era de roble americano. Al sacar de un expositor una botella de vino de Valencia, nos enamora el diseño de la misma. Es un diseño moderno, original y atrevido y dentro lleva tintorera. Es un Pasamonte del 2004 con DO Valencia y que sale con ese sabor característico de los vinos de ese año: toque moderno, con buenos taninos, fuerte al primer trago que según se va aireando deja paso a un vino sabroso, tranquilo y de impecable sabor. Lo recordaremos. Pese a los ojitos golosos que pone Quesoy por la siempre excelente sopa de cebolla gratinada con queso, Karoleta y su espíritu 'mafaldero' se inclinan por dos entrantes nada invernales: foie con reducción de PX y frutos secos (viene acompañado por unas rebanadas generosas y horneadas de pan. De sabor soberbio) y un mil hojas de berenjena gratinado con gruyere (de sabor casero y buena hechura). De segundos nos inclinamos por carnes de estilo y corte francés ya que estamos donde estamos: un chateaubriand (bien napado por la salsa, tierno y con el punto de carne de 10 sobre 10) y un tournedó con salsa de setas (este iba sobre una rebanada finísima de pan untado de foie. ¡Impresionante!) Hay que destacar que las dos carnes pese a estar totalmente recubiertas por las generosas salsas (bien napadas) en ninguna de las dos ocurrió ese fenómeno tan desagradable que puede ocurrir con la carne con salsa: 'su cocimiento bajo la salsa' hecho que deja una carne cocida muy desagradable al paladar para aquellos, que como nosotros, disfrutamos con el punto de carne de poco hecha, poquísimo hecha, cosa que al solicitarla al chef (y dueño del local) le hizo sonreír maliciosamente y enviar la mirada al cielo (jajajajaja como agradeciendo que no le hicieran 'sacrificar' dos buenas carnes con una exposición dilatada sobre la plancha). Bien, la carne y su punto le seguimos dando la matrícula de honor. Como postre y sin el más mínimo apetito se solicita una mousse de chocolate (evidentemente no es chocolate negro, es un color trufa con mucha nata y que Karoleta encuentra tan dulce tan dulce que sólo consiente tomar dos medias cucharas). Para acompañar el postre se nos regala unos chupitos de mistela de Xaló (Jalon-Alicante).
Quesoy cierra la cena pidiendo su ristretto de todos los miércoles pero se encuentra con un café corto y no demasiado fuerte.
En Valencia, c/ Pintor Salvador Abril 7. Telf: 96 3289830
El local es pequeño bien equipado, adornado con bastante estilo francés aunque no recargado, con tonos rojos y negros y una excelente distribución de las pocas mesas de que dispone.
No hay nada fuera de carta (están recién aterrizados después de las vacaciones de agosto) así que nos ceñimos a lo escrito. La carta de vinos era un poco corta y con vinos clásicos. Nos comenta que está un poco fuera de los vinos nuevos que se están haciendo y que como lleva poco tiempo con el nuevo restaurante (ha estado 12 años con una restauración en sitio playero-turístico) no le ha dado más vida. Dice que este año lo va a remediar. Aún así y viendo que nos vamos a atrever a solicitar un vino sin conocer nada de él, si pedimos la nota del vino para saber qué uva, cuanto ha estado en barrica, si esta era de roble americano. Al sacar de un expositor una botella de vino de Valencia, nos enamora el diseño de la misma. Es un diseño moderno, original y atrevido y dentro lleva tintorera. Es un Pasamonte del 2004 con DO Valencia y que sale con ese sabor característico de los vinos de ese año: toque moderno, con buenos taninos, fuerte al primer trago que según se va aireando deja paso a un vino sabroso, tranquilo y de impecable sabor. Lo recordaremos. Pese a los ojitos golosos que pone Quesoy por la siempre excelente sopa de cebolla gratinada con queso, Karoleta y su espíritu 'mafaldero' se inclinan por dos entrantes nada invernales: foie con reducción de PX y frutos secos (viene acompañado por unas rebanadas generosas y horneadas de pan. De sabor soberbio) y un mil hojas de berenjena gratinado con gruyere (de sabor casero y buena hechura). De segundos nos inclinamos por carnes de estilo y corte francés ya que estamos donde estamos: un chateaubriand (bien napado por la salsa, tierno y con el punto de carne de 10 sobre 10) y un tournedó con salsa de setas (este iba sobre una rebanada finísima de pan untado de foie. ¡Impresionante!) Hay que destacar que las dos carnes pese a estar totalmente recubiertas por las generosas salsas (bien napadas) en ninguna de las dos ocurrió ese fenómeno tan desagradable que puede ocurrir con la carne con salsa: 'su cocimiento bajo la salsa' hecho que deja una carne cocida muy desagradable al paladar para aquellos, que como nosotros, disfrutamos con el punto de carne de poco hecha, poquísimo hecha, cosa que al solicitarla al chef (y dueño del local) le hizo sonreír maliciosamente y enviar la mirada al cielo (jajajajaja como agradeciendo que no le hicieran 'sacrificar' dos buenas carnes con una exposición dilatada sobre la plancha). Bien, la carne y su punto le seguimos dando la matrícula de honor. Como postre y sin el más mínimo apetito se solicita una mousse de chocolate (evidentemente no es chocolate negro, es un color trufa con mucha nata y que Karoleta encuentra tan dulce tan dulce que sólo consiente tomar dos medias cucharas). Para acompañar el postre se nos regala unos chupitos de mistela de Xaló (Jalon-Alicante).
Quesoy cierra la cena pidiendo su ristretto de todos los miércoles pero se encuentra con un café corto y no demasiado fuerte.
En Valencia, c/ Pintor Salvador Abril 7. Telf: 96 3289830
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