Esta noche, y para no perder las buenas costumbres, nos perdemos en la búsqueda del local que Quesoy había elegido para nuestra cena. Pero esta vez no solo nos perdemos por Godella, sino que cuando llegamos a nuestro objetivo y por alguna extraña razón, como el cerrado por vacaciones, nos encontramos cerrado el local elegido para la noche del miércoles. Así que echamos mano de los planes alternativos: siempre tenemos un plan B y plan C... , y dado que Karoleta comenta el hambre que le comienza a hacer mella, Quesoy decide ir a por el plan C, un restaurante de la cercana población de Bétera, opinando Karoleta, que puede ser una excelente idea degustar las viandas de un local que tiene fama por sus arroces y la exclusiva carne Wagyu de Kobe (buey japonés). El local está decorado con objetos y colores modernos pero no estridentes, presidiendo la mesa una bonita planta de albahaca, emblema de Bétera y de su fiesta del 15 de agosto donde se exhiben por toda la población "Alfabegues" de más de 2 metros. Vemos también que en sus estanterías hay toda una colección de buenos aceites de oliva (con DO) y otra de ginebras que llaman la atención a Karoleta. Esto augura buena cena. Nos traen una carta de aperitivos que declinamos porque queremos ir directamente al vino. Nos dan las cartas de menú y vinos. Está claro que queremos probar el buey Kobe pero dudamos de cual de todas las formas de presentación: tataki, solomillo, entrecot...Con el vino si que no hay duda. Quesoy se lanza a pedir un tinto de Ribera de Duero, Chafandin del 2003, que tuvo el honor (y ahora vamos nosotros a tener el placer de saborearlo) de llevarse el primer premio de tintos. Quesoy ya se había hecho a la idea que este vino, de esta añada, ya estaba agotado y nunca más lo iba a encontrar. ¡Qué buena sorpresa que aún queden botellas sin beber!. Delicioso, con largas patas, color a cereza fresca y un aroma que traspasa los sentidos. Un imponente compañero de cena que marca el nivel que deben presentar los platos. Dadas nuestras dudas ¡¡¡¡y es que somos nuevos (claro está) en el local¡¡¡¡ , acude a nuestra mesa Salvador que nos pide dejarnos aconsejar. Así Quesoy, que es su noche, decide que sea él quien elija nuestra cena. Antes de los platos que va a seleccionar para nuestra cena, nos sirven un aceite de la variedad arbequina, denso y de un sabor a tomate fantástico junto con unos panecillos que elegimos de una gran cesta. Nos sugieren el blanco con sal maldon para degustar el aceite y otros. Nos decidimos también por unos de cebollino (sabroso) de aceitunas (fantástico) y de voletus (soberbio). Como detalle de la casa nos ponen unos rollitos de pato, pincho de bocado delicioso, contrastado con salsa dulce de moras; buen comienzo. Como entrantes nos sirven una ensalada de bogavante (deliciosa mezcla de ensalada y verduras asadas con generosos trozos de bogavante y aliñados con un 'aceite verde' que ante las preguntas de Karoleta, Salvador confiesa llevar más hierbas de las comentadas pero que son un secreto. Admitido. Aquí comienzan los primeros suspiros de disfrute), unos tacos de ventresca sobre aromas orientales, en dos medias raciones (como va a ser a partir de este momento, disfrutamos de medias raciones emplatadas individualmente) de hechura perfecta: crujiente por fuera y cruda por dentro, sobre una delicada salsa gelatinosa con aromas cítricos y unas mollejas asadas con pimiento de piquillo (plato contundente pero con un sabor muy suave. Volvemos a darnos cuenta del buen uso de la brasa que hace este local). Como plato fuerte, costilla de Kobe acompañada con unas patatas asadas en gajos con piel y unos pimientos rojos asados (como una escalibada pero sólo de pimientos y poquita cebolla) que nos hacen suspirar de placer como todos los anteriores platos. La carne, muy sabrosa y cremosa pese a ser una de las partes menos nobles del animal. ¡Cómo serán las más nobles! Y llegan los postres. Vuelve a acercarse Salvador para preguntar por nuestros gustos sobre dulces. Evidentemente Quesoy pregunta por el postre con chocolate negro (ya sabéis la fijación de Karoleta por este chocolate) y ¡¡¡hoy si que nos volvemos creyentes!!! tienen un bombón de chocolate elaborado con chocolate negro del 80% de cacao (¡madre mía, que gozada!) que viene acompañado con unas bayas del bosque y para contrastarlo nos sugiere un sorbete de limón para cuchara. Con esto Karoleta ya está seducida, admirada, feliz y sonriente. Promete volver sólo a tomar este postre (que nos prometen nunca quitarlo de la carta jajajajajajaja) y un champagne artesanal de los muchos que tienen en carta (no os los perdáis). Tanto Quesoy como Karoleta casi no pueden con los postres. Pero...hacen un esfuerzo. El deber es el deber.
Para remate de esta fabulosa y sorprendente cena, Quesoy se pide su ristreto (que está en carta) y viene de lo más impecable.
En Bétera (Valencia). Avd del País Valencià, 103. Tel: 96 1691780
Para remate de esta fabulosa y sorprendente cena, Quesoy se pide su ristreto (que está en carta) y viene de lo más impecable.
En Bétera (Valencia). Avd del País Valencià, 103. Tel: 96 1691780
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9 comentarios:
Ese bombón me está llamandooooo!
En cuanto pueda, alla que voy! Gracias por la recomendación.
No te lo pierdas. Es para los chocolateros chocolateros; no deja indiferente.
¡Que lo disfrutes tanto como nosotros!
Conociendo a Salvador, nada puede fallar en su cocina, es perfeccionista hasta la médula, así te lo demuestra en la impecable elaboración de todos sus platos.
La combinación del local es perfecta, armonía en el ambiente, acogedor por la atención que te presta Salvador y unos platos verdaderamente deliciosos.
Hay que ir y lo mejor es dejarse llevar, que te aconsejen....y a disfrutar.
Probé unas navajas con reducción de PX que me hicieron "cerrar los ojos y soñar".
Un beso muy grande para Salvador. VICTORIA CREMADES
Muchas gracias Victoria por tu comentario.
Si estamos de acuerdo contigo en que con Salvador, y en su restaurante, es bueno dejarse aconsejar y llevar por él. Para nosotros fue un verdadero placer.
¡A seguir disfrutándo!
Menos mal que era el plan C. Porque el Buey Kobe (un entrecot que se deshacía en la boca), ha sido para morirse.
Muy recomendable. Y estoy de acuerdo en que lo mejor es dejarse aconsejar. El vino que nos seleccionó Salvador para el Kobe era fantástico (Jaros 2003).
En resumen, para mí un plan A para comprobar como se maneja la parrilla sin perder el buen hacer.
Gracias por vuestro comentario. Jajajajajaja nuestros planes, por ser A, B y/o C, nunca suelen desmerecer...sólo que están en cola entre otros muchos restaurantes que queremos probar. Este era uno de ellos, claro está. Y si, creemos que en casi todos los locales, si tienen buen hacer, lo mejor es dejarse aconsejar. Es un acierto seguro. Nos alegra que os haya gustado.
¡Bon profit!
Trabajo en Bétera y aún no he probado ese restaurante. Al que sí que voy a menudo es El Porxe de Amparo y está muy bien. Menú diario de 15 euritos por dos platos, bebida y postre.
La Bona Cuina tiene fama de carete no?
Muchas gracias por tu comentario, conozco el Porxe de Amparo y recuerdo con mucho agrado sus asados, en cuanto a los precios y calidades, decir que la gastronomía no puede ser barata,aunque lo cierto es que la bona cuina hizo en su momento un esfuerzo por acercar más sus precios al consumidor medio, creando un espacio junto al restaurante con estilo de taberna donde las tapas son las protagonista.
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