23 de mayo de 2007. Restaurante Valencia Orient

Nos encontramos con un restaurante recién inaugurado. Un local moderno con una distribución impecable, con grandes paneles y divisorias de cristal que separan los distintos ambientes. Esto hace que se tenga la sensación de estar en un pequeño restaurante, íntimo, incluso con salas de una sola mesa donde el ambiente reservado está asegurado. Detrás de una inmensa cristalera repleta de pequeños objetos de bronce, podemos observar todos los movimientos del chef y de su personal de cocina. El servicio de sala, pese a ser abundante, peca todavía de imprecisión, comprensible si tenemos en cuenta el poco tiempo que llevan trabajando en equipo (estamos hablando de escasamente una semana en funcionamiento). Eso si, el restaurante nos recibe con una bonita entrada oriental, que realmente se parece a los aledaños de un jardín zen, y que aterriza en una cava de cristal, refrigerada y con forma de escaparate, repleta de excelentes vinos, lo que permite ofrecerlos ya a la temperatura adecuada. La amabilidad del personal, consigue que nos sintamos muy bien atendidos.

Después de mirar la carta de vinos, nos ratificamos en el que ya teníamos visto en la cava, así que invitamos a acompañar nuestra cena a un tinto alicantino, un reserva Santa Rosa, del 2002, de hechura impecable criado en las bodegas de Enrique Mendoza, y que nos enamoró al primer sorbo. ¡Delicioso!. La somelier que nos lo provee, realiza un fantástico protocolo de vino, decantándolo perfectamente y con un impecable envinado de las copas, haciendo la prueba del vino que nos va a servir (en esta mesa, ambos Karoleta y Quesoy estamos de acuerdo en que deben probar el vino antes de servirlo, aunque esto sea motivo de grandes discusiones entre gastrónomos y someliers. En esta mesa no existen dudas al respecto.). Como comentario, decir que quien nos sirve este caldo, es una enamorada de los vinos Valencianos y se nota que tiene debilidad por Les Alcusses, segundo vino de Celler de Roure (que compartimos, aunque habitualmente nos inclinamos por su hermano mayor, Maduresa en nuestras cenas de los miercoles) y nos informa que ha recibido el segundo premio de vinos tintos jóvenes en el concurso de vinos realizado por someliers de toda España en una cata a ciegas. Tomamos nota.
Las viandas: Quesoy se inclinaba por un menú de degustación, pero se nos informa que sólo es para mediodia. Como detalle de la casa se nos presenta un plato con una tempura de langostino, enorme y tierno, y delicadamente decorado con una reducción de salsa de ostras. Así que nos decidimos por unos entrantes de corte oriental: sushi variado (de buena elaboración), y un sashimi de carabinero (con un tomate confitado delicioso). Los platos fuertes: un taco de atún rojo con cebollas confitadas y crujientes variados (enorme taco, con un punto impecable de plancha) y un solomillo de buey con mantequilla de erizos de mar (un hermoso solomillo de inmejorable punto de plancha, de ternura deliciosa. De lo mejor en carne que hemos probado en los últimos tiempos, y hemos probado bastantes, por cierto). Se nos pregunta qué tal la cena y si tenemos alguna crítica que hacerles (como si supieran de la existencia de elmiercolestoca, cosa imposible hasta el momento en que ya está pagada la cuenta) y por hacerles una crítica constructiva, Karoleta les sugiere que deberían realizar el sushi con atún en lugar de salmón ya que los tekamaki son exquisitos y confiesa que también son su debilidad. Acogen de buen grado la sugerencia y la trasladan a la cocina agradeciendo el comentario.
Llegamos a los postres y Quesoy se decide por una esfera de helado de avellana (de bonita presentación, con una salsa también de avellanas, que quitaba el habla, y unos canutillos rellenos de crema de una delicadeza extrema) y un segundo postre llamado 'chocolate, cuero, roble y tabaco' (con una puesta en escena tan laboriosa como afortunada, que imita la posición que en un cenicero ocupan estos elementos recreándose en sus formas en este plato rebosante de originales sabores, entre los que destaca una gruesa porción de chocolate. Tremendo).
Quesoy cierra la cena con un expreso, el cual para endulzarlo le traen dos recipientes de exquisito diseño, al nivel por supuesto del local, la vajilla y la cristalería, con azúcar blanca y moreno. Todo un detalle.

En Valencia, c/ Joaquín Costa, nº 22. Telf. 963741490


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3 comentarios:

KAROLETA BALLESTAR y ANDRES ALONSO dijo...

Thanks a lot for your commentary. We wait to be still enjoy yourself in the future.

Good profit and 'sayonara baby'

Anónimo dijo...

Carlos:
Me ha gustado vuestra pagina y voy a segir leyendo las demas criticas. Tambien las que estan por escribir. Pero no estaria mal que orientaseis sobre el rango de precio de los restaurantes. Gracias.

KAROLETA BALLESTAR y ANDRES ALONSO dijo...

Gracias Carlos por tu comentario y gracias por seguir leyendo nuestro blog.
Tu petición es una de las peticiones más frecuentes y pero nuestro blog nace de un deseo de disfrute, no para hacer una guia. No tenemos ningún inconveniente en dar el precio de la cena, siempre que sea reciente, pero a nivel personal, no en el blog. Comentarte que con solo cambiar un vino, una cena puede dividir su precio...o multiplicarlo. Bueno, si te animas, nos puedes escribir a quesoy@elmiercolestoca.com karoleta@elmiercolestoca.com

Estaremos encantados de recibir tus correos.

¡Bon profit!